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Desde lejos no se ve


09 de septiembre de 2023

Los que trabajan, los que se jubilan, los que alquilan, los que compran en el comercio de la esquina. Los que tienen poco y que alcanza para nada. Los que sueñan y los que sufren. Los que tenían expectativas. Los que viven de la suya y sueñan con lo posible, que se hace imposible. Los que viven en Argentina y no son dueños de ninguna compañía. Los que viven en pesos, hablan en castellano y viven padeciendo. ¿Alguien con pretensiones electorales los piensa representar?

Fernando Gomez

Si en octubre las urnas que lleguen a cada uno de los rincones de nuestra Patria fueran abiertas con el objetivo de zanjar un plebiscito que contenga dos sencillas preguntas, seguramente su resultado sería más plausible de ser sondeado por cualquier encuesta.

Imaginemos que dos papeletas se depositan en cada cuarto oscuro. En una de ellas, usted debe elegir dos opciones ante un mismo interrogante: ¿La riqueza que produce nuestro país debe terminar en el extranjero o tiene que quedar en nuestra tierra? En la otra opción, usted deberá responder otra sencilla pregunta: ¿Considera usted que la riqueza que produce el país debe quedar reflejada en el balance de un puñado de empresas o debe reflejarse en el bolsillo de los trabajadores y jubilados?

El resultado estaría cantado, y aún así, no hay fuerza política en la Argentina con posibilidad de salir victoriosa en octubre que represente a las mayorías que optaría con claridad que la riqueza quede en nuestro país y se refleje en el bienestar popular.

Las giras de candidatos y asesores por Estados Unidos, las charlas ante empresarios, representantes de intereses económicos extranjeros, especuladores y cámaras patronales; la gestualidad disciplinada ante el FMI y sus pretensiones de ajuste programático para el futuro inmediato de nuestro país e incluso las efectividades conducentes que se materializan en plena campaña electoral por parte de la alianza gobernante, atienden a cautivar las expectativas de grupos económicos, representantes empresarios e intereses extranjeros.

En el mientras tanto, la efectiva realidad que padece la enorme mayoría de los que silenciosamente habitan la existencia cotidiana relata las dificultades de hacer rendir la guita del bolsillo ante cada compra de subsistencia; pone en evidencia el drama que atraviesa la realidad de los cientos de miles que tienen que renovar un alquiler en las próximas semanas o meses y enfrentan un mercado descontrolado al que todos le prestan atención o buscan reparo en acuerdos de precios que no se encuentran por ningún lado que no sea en los anuncios.

 

Menemismo para todos

Detrás de la parnafernalia que encubre los problemas mentales de Javier Milei y erige una candidatura que pretende argumentarse como novedosa, se esconde -además- lo más rancio del funcionariado que acompañó al menemismo y no pudo reciclarse en las décadas posteriores. Una suerte de menemismo radicalizado, con sed de venganza, que busca reivindicar la implementación de programas de profundo dolor social, sin ningún tipo de autocrítica ni clemencia.

Darío Epstein, Carlos Rodriguez, Roque Fernández, Guillermo Francos y demás personajes de escaso perfil público, asumen la dirección económica y política de un proyecto que importa una reconstrucción de los arietes neoliberales que destrozaron la Argentina en la década del 90.

Eduardo Menem, Carlos Corach y Domingo Cavallo, aparecen con sus dificultades etarias a cuesta, pero referenciando la candidatura de un tipo que, con lo conquistado electoralmente, en otras circunstancias, jamás podría aspirar a ser algo más que minoría intensa, pero que en el contexto de crisis, puede ofrecerse como catalizador de un hartazgo social desmemoriado y vaciado ideológicamente.

Lo que hasta hace unos pocos años resultaba una exhibición piantavotos, en forma muy veloz, parece haber pasado al olvido el dramático desenlace social de aquella infame década gobernada por Carlos Menem. Tanto así, que uno de los asesores económicos de Cambiemos, se reúne con Domingo Cavallo, lo exhibe en redes sociales, lo invoca como referencia y utiliza su desorientación para disputarle el programa económico a Javier Milei.

Lo que hubiera sido un suicidio electoral hace ocho años atrás, se transformó en legítimo argumento de futuro que creció como hongo en el desierto ideológico que atraviesa el peronismo. El que lo llevó a abandonar la representación de los intereses de una mayoría que dejó de ver en la crisis de soberanía, la responsabilidad del conjunto de sus problemas.

 

Por la cerradura de YPF

Sobre el cierre de esta edición, una jueza de Nueva York dispuso una condena en 16.000 millones de dólares contra Argentina por la recuperación para el Estado de YPF y las reacciones exhiben los niveles de cipayismo explícito que habita a las opciones opositoras de la dinámica electoral.

Un fallo que resulta apelable, fue exhibido por los grupos económicos como definitivo. Traduce una condena frente a una demanda del fondo especulativo británico Burford Capital que compró la litigiosidad de la familia Eskenazy.

La decisión que favorece intereses norteamericanos, que pretende condicionar el futuro de la petrolera estatal y que busca condicionar la economía nacional con la especulación financiera, fue celebrada y defendida por la alianza Cambiemos, quien utilizó los argumentos edificados en Norteamerica para cuestionar la decisión de haber recuperado para el Estado la petrolera estatal.

Los asesores económicos de Javier Milei, que andaban de gira por Manhattan con bancos norteamericanos y fondos de inversión, utilizaron la decisión para reafirmar su pretensión dolarizante.

“Es consecuencia de impericia, negligencia, imprudencia, falta de rigor profesional. Se habla de que necesitamos fondos para dolarizar, esto sería más de la mitad de lo que quizás necesitaríamos. Cuando vos no pagás las consecuencias y las paga el otro es muy fácil. Probablemente tanto acá como en Londres vamos a perder otro juicio por los bonos atados al crecimiento” señaló Juan Napoli, quien concurrió junto a Darío Epstein a una serie de conversaciones organizadas por el argentino Gerry Matto, ex CEO del HSBC, banco caracterizado por el lavado de activos proveniente del narcotráfico, y que por añadidura, acompaña normalmente las aventuras políticas de Mauricio Macri.

Hasta aquí, las postales de un cipayismo extremo, característico en las filas de Cambiemos y del menemismo nostálgico encabezado por Milei.

Repasar las condiciones actuales de nuestra petrolera estatal, tampoco nos depara un paisaje pletórico de soberanía.

A la necesaria recuperación estatal, le sucedió un acuerdo firmado el 16 de julio de 2013 con la petrolera nortemericana Chevron, el cual fue hecho público muchos años después, y de su negación, se ufanaba el germen del pragmatismo que condenó al peronismo a un desierto ideológico.

Aquel acuerdo, suscripto hace diez años, marcaba un nuevo modelo de dependencia económica que aún no entró en etapa de revisión crítica. En su oportunidad fue suscripto entre YPF y la Compañía de Hidrocarburo No Convencional SRL (CHNC), una empresa desconocida y creada con el único objetivo de encubrir la presencia de Chevron en el acuerdo.

El Observatorio Petrolero del Sur realizó un análisis oportuno del acuerdo y determinó que:

  • El 1 de julio de 2013, YPF creó en el Estado de Delaware (EE.UU.), reconocido paraíso fiscal, a las empresas YPF Shale Oil Investment I e YPF Shale Oil Investment II. El agente de registración de dichas estructuras jurídicas offshore fue Corporate Service Company, mismo representante de Chevron en el Estado de Delaware.
  • El 8 julio de 2013, YPF creó CHNC en la Argentina, firma que es controlada por YPF Shale Oil Investment I y II.
  • El 16 de julio de 2013, YPF anuncia públicamente que firmó el supuesto contrato con Chevron.
  • Chevron crea Chevron Overseas Finance I en Islas Bermudas, otro paraíso fiscal.
  • En diciembre, YPF le transfirió el 50% de la concesión de Loma Campana a CHNC fruto de un acuerdo firmado por YPF Shale Oil Investment I y Chevron Overseas Finance I.
  • En marzo de 2014, la provincia del Neuquén convalida el nuevo acuerdo (YPF y CHNC) mediante el decreto 2420/13 (publicado en el Boletín Oficial con un retraso de casi tres meses).

Si bien YPF posee indirectamente el 100% de CHNC, no posee la potestad sobre su destino, ni percibe ningún beneficio. Es más, en el balance del año 2016 y como lo repitió durante años “La Sociedad [YPF] mantiene indirectamente el 100% del capital social de CHNC, pero dado que en virtud de los acuerdos contractuales existentes, no ejerce las decisiones financieras y operativas relevantes de CHNC ni financia sus actividades, no se encuentra expuesta a riesgos ni beneficios por su participación en CHNC.”

Y lo que parece un debate teórico, académico o atrapado en aspectos técnicos, es un problema soberano que nos arrastra hasta una actualidad en la que nuestra Patria produce riqueza con la explotación de Vaca Muerta, pero su rentabilidad encuentra reflejo en los balances de un puñado de grupos económicos, mientras la realidad cotidiana marca las idénticas dificultades que sólo esperan que la promesa de seguir exportando hasta el cansancio, traigan reparo en los precios que se pagan por los combustibles, la energía y el gas en nuestro país.

El tiempo en que YPF fue símbolo del despojo, fue en aquella década del 90 que hizo parir la experiencia piquetera de Cutral Co y Plaza Huincul; de Mosconi y Tartagal. La gestación de la crisis, entonces y ahora, parecen invisibles a una clase política que busca atrapar la soberanía energética en un puñado de carteles publicitarios.

 

Velocidades y definiciones

Cuando esta edición esté visible en la web, Sergio Massa relanzará su campaña en Tucumán rodeado de gobernadores, intendentes y expresiones sindicales. Llegará hasta la provincia con la expresión de voluntad de derogar el impuesto a las ganancias a los trabajadores, y con la realidad efectiva traducida en resolución de eliminar retenciones en la posición arancelaria de más de 300 productos exportables.

En la previa, el medio televisivo C5N comisionó una cronista en la provincia para cubrir el “relanzamiento de la campaña”. En la noche anterior al acto, la cronista se apostó con expectativa de recabar testimonios en la puerta de una vivienda con tres portones de acceso, de factuosa fachada, la cual era custodiada por personal de seguridad privada. En el paneo de la fachada se observaban autos de alta gama con choferes en su interior o conversando entre sí en la vereda.

La cronista expresaba, entre sonrisas, que los dirigentes del peronismo estaban en el interior de la exhuberante residencia. Habló sobre el hermetismo de las conversaciones, aunque reveló que el “olor al asado” caracterizaba el ambiente y que según se había deslizado, la noche estaba “regada por un buen vino” para celebrar la unidad.

No parece haber percepción real sobre una parte importante de las motivaciones del hartazgo social que atraviesa la existencia de las mayorías populares en la Argentina. Y si no se comprenden las angustias de los humildes, las dificultades de un sector social que vive el despojo como cotidianeidad, difícil que se puedan representar sus expectativas y anhelos en las urnas.

Tan difiícil como representar los intereses nacionales escogiendo los candidatos en el catálogo de opciones que ofrecen los Estados Unidos como único atributo.

Es evidente que desde tan lejos que andan, no ven bien las cosas que pasan.

Y en el mientras tanto la crisis se profundiza.

Los que trabajan, los que se jubilan, los que alquilan, los que compran en el comercio de la esquina. Los que tienen poco y que alcanza para nada. Los que sueñan y los que sufren. Los que tenían expectativas. Los que viven de la suya y sueñan con lo posible, que se hace imposible. Los que viven en Argentina y no son dueños de ninguna compañía. Los que viven en pesos, hablan en castellano y viven padeciendo.

¿Alguien con pretensiones electorales los piensa representar?

Fernando Gomez

Fernando Gómez es editor de InfoNativa. Vicepresidente de la Federación de Diarios y Comunicadores de la República Argentina (FADICCRA). Ex Director de la Revista Oveja Negra. Militante peronista. Abogado.

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