Crónicas sureras: Juan, un ciruja para el Movimiento
01 de febrero de 2025
De mi infancia donde nace la pampa, eneros sin fin y sin pileta, y mates eternos con mi abuelo vienen mis ideas que son Juan el ciruja, Gaitán el alambrador o toros pioneros. Destino surero y peronista.
1.
La felicidad de los hijos de la patria
Juan era el ciruja del pueblo, y además era artista. De lo cirujeado un poco lo vendÃa para comer y otro poco lo transformaba en arte.
Para la fiesta de Reyes de 1988 que organizó la sociedad de fomento sorprendió a todos los presentes, especialmente a los niños, regalándole a cada uno de ellos un barco dentro de una botella.
Llevó todos los barcos en su carro y sus perros fueron la escolta de honor.
Una vez que terminó de entregar los barcos a los niños pidió la palabra y dijo:
"Dentro de una botella entra un barco pero no entra el mar, por eso nunca naufragan.
Si nunca quieren naufragar vivan dentro de un frasco o en una botella, pero sepan, tampoco llegarán a puerto".
La gran mayorÃa no entendió nada, menos los pibes. Algunos se emocionaron porque creyeron estar recibiendo un hondo mensaje filosófico y otros se apresuraron a posar junto al héroe para la foto que quedarÃa para la posteridad.
Juan aprovechó la gloria del dÃa para comer y tomar bien, volvió tirando el carro con los perros de pasajeros y unos mangos en el bolsillo que los más conmovidos le arrimaron a modo de gratificación.
Juan se murió, murió ciruja, sus perros se aquerenciaron en el cementerio, y arriba de su tumba varios de esos pibes, ya grandes, dejaron las botellas con barcos.