Crónicas sureras: Puntales de mi patria
22 de febrero de 2025
De mi infancia donde nace la pampa, eneros sin fin y sin pileta, y mates eternos con mi abuelo vienen mis ideas que son Juan el ciruja, Gaitán el alambrador o toros pioneros. Destino surero y peronista.
El 4 de enero de 1822 el gobernador Martín Rodríguez imponía restricciones a las corridas de toros por estos pagos, y para alrededor de 1850 quedan totalmente prohibidas.
Podríamos pensar que aquello que había sido colonia española dejaba de lado algunas costumbres heredadas y empezaba a buscar las propias.
Nuestros gauchos eligieron, para continuar con el espectáculo donde los hombres dominan a las bestias, hacer de la doma, jineteada; transfigurar una tarea rural en un evento de reunión y fiesta. Durante mucho tiempo esos eventos no fueron más que reunión entre la paisanada vecina y el gauchaje amigo especialmente citado.
Uno de los precursores de esas fiestas, tales como las conocemos hoy en día, fue Don Orlando Gargiulo en su estancia La Valeria, en Cañuelas. Él y Miguel Franco en 1966 organizaron "A Lonja y Guitarra", velada que combinó los mejores jinetes, los más bravos yeguarizos y los artistas folklóricos más populares del momento. Éxito total, 30 mil personas.
El verano es tiempo de jineteadas y recitales, fiestas de todo tipo que a lo largo y ancho de la patria aportan identidad y ser nacional a un pueblo que es constantemente asediado por imposiciones culturales foráneas.