DÃa de la SoberanÃa Nacional: Vuelta de Obligado, la hidrovÃa y la defensa de las aguas nacionales
18 de noviembre de 2023
Al amanecer del 20 de noviembre de 1845 empezaban las primeras escaramuzas de una batalla que durarÃa 7 horas, se cobrarÃa la vida de cientos de compatriotas y marcarÃa una de las grandes gestas de este paÃs en defensa de nuestra soberanÃa. Esta gesta, conocida como la Batalla de Vuelta de Obligado, se conmemora con el DÃa de la SoberanÃa Nacional. Su legado está hoy más presente que nunca.
¿Qué pasó en la batalla de Vuelta de Obligado?
En 1845 fuerzas navales inglesas y francesas arribaron a las costas de la Confederación Argentina. Su objetivo era claro: garantizar por la fuerza la libre navegación sobre el río Paraná para evitar las tasas proteccionistas que se impusieron al comercio de la mano de Rosas, y colaborar con el triunfo de las fuerzas unitarias por sobre Rosas y el federalismo.
Las fuerzas confederales fueron lideradas por el general Lucio N. Mansilla, quien tuvo una estrategia innovadora para evitar las bajas de sus tropas: llenar el río de cadenas para aprovechar la topografía del lecho del Paraná y que los barcos extranjeros sufran daños cuando intentaban avanzar. Si bien en la batalla las fuerzas patriotas sufrieron una derrota táctica, con la mayor parte de las bajas, la decisión y valentía con la que las fuerzas nacionales enfrentaron a las invasoras, fueron un punto importante para que ingleses y franceses no pudieran cumplir sus objetivos.
Para las tropas imperialistas, Vuelta de Obligado fue una victoria pírrica. Si bien ganaron la batalla, se percataron de que la navegación del Paraná implicaba un costo demasiado alto con un río de difícil navegación y unas fuerzas nacionales que estaban dispuestas a luchar hasta las últimas consecuencias, sin importar la inferioridad armamentística, para defender su soberanía.
Si bien las fuerzas anglo-francesas siguieron en conflicto varios años con bloqueos al puerto de Buenos Aires, la heroica lucha que dieron las tropas confederales fue completamente clave para evitar una victoria total de un ejército que los superaba ampliamente en armamento y recursos.
La defensa de la soberanía de las aguas de ayer y hoy
Hoy, la soberanía sobre las rutas acuíferas se encuentra nuevamente en disputa. Desde principio de año que Argentina se ve envuelto en un conflicto diplomático respecto de las tasas de peaje por el traslado de mercancías en la hidrovía del Río Paraná.
Este conflicto que, a simple vista, pareciera ser un incidente menor entre dos Estados, esconde un debate profundo sobre la soberanía nacional y la injerencia del imperialismo. Es que, si bien el conflicto con Paraguay estalla por la implementación de un peaje en el tramo argentino de la hidrovía, con la finalidad de financiar las obras requeridas para su mantenimiento, el país vecino viene incorporando ingenieros del ejército de EE.UU. en los equipos que se dedican a trabajar sobre su tramo de la hidrovía.
De hecho, las cinco empresas con flotas más importantes operando en la hidrovía son de origen estadounidense, reuniendo entre sí más de 1000 barcazas, 100 remolcadores y otros tantos tanques (a saber, y en orden de importancia: Atria, Horamar, Interbarge, ADM y Cargill).
Avances en el camino del acuerdo
Sin embargo, hace pocos días el embajador en Paraguay Domingo Peppo, declaró ante la prensa que se están haciendo avances para destrabar el conflicto. Si bien el Estado argentino se mantiene firme en su postura sobre la necesidad de establecer peajes para el mantenimiento de la hidrovía, así como para la protección de la industria y comercio nacionales, de acuerdo con las palabras del embajador se está avanzando en una solución diplomática al conflicto.
Tras hacer una presentación documental con las obras realizadas en el tramo argentino, el pasado 14 de noviembre se realizó una visita de funcionarios paraguayos a la hidrovía para observar las obras que se vienen llevando adelante en sus distintos tramos.
Resta por ver si se terminará de destrabar el conflicto tras esta visita, pero de acuerdo a las palabras del embajador Peppo se trata de “una agenda que tiene todavía un tiempo para ver si hay acuerdo o si se va a caer en algún mecanismo de controversia.”