Elecciones sin contrato electoral ni proyecto polÃtico en discusión
28 de octubre de 2023
La importancia de “no confundir lo táctico con lo estratégico” en el marco de la urgencia electoral y por qué es necesario reconstruir una alternativa polÃtica que reivindique y exponga la agenda de la militancia nacional, es lo que plantea Rodolfo Pablo Treber en esta nota.
Sin lugar a dudas, resulta urgente evitar la victoria electoral del delirante candidato libertario que, en sÃntesis, con el conjunto de sus propuestas promueve la disolución nacional y la pérdida total de soberanÃa en manos de las grandes corporaciones extranjeras.
Sin embargo, luego del ballotage, y para evitar seguir arrastrando los problemas económicos y, por lo tanto, sociales que trae aparejado un modelo productivo de saqueo atado a las exigencias del poder económico transnacional (hoy representado por el Fondo Monetario Internacional), es necesario discutir y luchar por la implementación de un sistema productivo distinto al netamente exportador y primarizado que propone todo el arco polÃtico local.
Mediante distintos métodos, como endeudamientos exagerados sin fines productivos, fuga de capitales, sobrefacturación de importaciones, subfacturación de exportaciones, evasión impositiva, etc.; el sistema polÃtico instalado luego de la última dictadura militar genera, adrede y permanentemente, una escasez de divisas cuya única solución (y el objetivo buscado) es el aumento exponencial de las exportaciones que, en otras palabras, significa un saqueo creciente sobre los bienes comunes de nuestra Patria a fin de adquirir dólares que finalmente se terminan yendo por algunas de las vÃas mencionadas anteriormente. AsÃ, se creó un cÃrculo negativo para la economÃa nacional que solo beneficia a quienes fugan capitales y se llevan nuestras materias primas sin valor agregado y a bajo costo: las empresas y fondos de inversiones transnacionales.
Como si todo esto fuera poco para exigir urgentemente un cambio de modelo productivo, la reprimarización de la economÃa nacional, la apertura indiscriminada de importaciones y la ausencia del Estado en los sectores estratégicos de la economÃa (comercio exterior, logÃstica marÃtima y administración financiera, principalmente) produjo un crecimiento exponencial del desempleo por el cierre masivo de fábricas dedicadas a la producción de manufacturas.
A pesar de ello, y luego de 46 años de iniciado este proceso, todavÃa seguimos escuchando, en boca de polÃticos cipayos al servicio del extranjero, que la única solución para el problema de la Argentina se encuentra en abrirse al mundo y aumentar las exportaciones.
En los siguientes gráficos, podemos ver lo siguiente:
- La propuesta del aumento de exportaciones y apertura al mundo, no solamente que no es novedosa, sino que se viene realizando efectivamente, y con éxito, desde hace más de 40 años donde la Argentina aumentó un 1,200% sus ventas en dólares.
- En paralelo, como consecuencia de la apertura comercial y la economÃa primarizada que las empresas extranjeras imprimieron desde la conducción de nuestros sectores estratégicos, el trabajo formal y el desempleo crecieron a la par del aumento de las exportaciones.
Es por esto, que más allá de la urgencia electoral que nos convoca, resulta necesario no confundir lo táctico con lo estratégico y tener plena conciencia de que el trabajo venidero tiene que estar enfocado en la construcción de una alternativa polÃtica que vuelva a levantar las banderas históricas de la militancia nacional, hoy ausentes en el debate de administración colonial.
Volver a luchar por la recuperación de un Estado planificador y productivo que no delegue, a empresas extranjeras, tareas que afectan al quehacer nacional.
Volver a luchar por una Patria libre y soberana para poder reconstruir la industria nacional y, asÃ, alcanzar la justicia y el orden social que solo trae el trabajo.
El caos, la violencia, el desorden y el surgimiento de opciones polÃticas cada vez más peligrosas, son hijos de un sistema de saqueo que trae como constantes el aumento de la pobreza y desocupación.
Los gráficos expuestos marcan datos concretos de un perÃodo de 42 años con una tendencia clara en cuanto a las consecuencias del sistema. Cambiamos o erramos.