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¿Es posible un nuevo plan de gobierno?


12 de mayo de 2023

El modelo económico vigente, sus limitaciones y condicionamientos. Los que ganan y los que pierden y la necesidad de repensar un plan de gobierno que permita liberar al país de las restricciones externas, construir una nueva matriz productiva y volver a impulsar el mercado interno en pesos con una política de shock distributivo.

Horacio Rovelli

Por Horacio Rovelli

 

Si bien la dictadura militar de 1976 impuso en el país un modelo de valorización financiera del capital basado en el extractivismo y en la producción primaria, subsistió y subsiste el modelo económico ISI (Industria sustitutiva de Importaciones y crecimiento en base al mercado interno, razón por la que se pudo desarrollar en el kirchnerismo), y también se debe considerar al modelo neo desarrollista que funciona como una válvula de escape de los grupos económicos (e incluso la oligarquía terrateniente) ante el agotamiento de los procesos neoliberales por el sobreendeudamiento externo, que busca la industrialización, pero a través del financiamiento de la clase obrera con salarios bajos y la precarización laboral para fortalecer el ahorro y la inversión del gran empresariado.

El modelo económico vigente (2016-2023) es básica y principalmente el extractivista, agropecuario exportador y financiero, merced a la renta[1] del subsuelo, del suelo y la creada por la legislación vigente a favor del sector bancario, bursátil y cambiario. Es un modelo orientado y dependiente del exterior y, por ende, requiere de costos internos baratos. Esencialmente el modelo funciona con mano de obra barata medida en moneda dura (dólar, euro, yuan) y en poder adquisitivo de las remuneraciones.

Tras el gobierno kirchnerista que impulsó el consumo interno, el trabajo y la producción nacional; la gestión de Cambiemos, de endeudamiento y acuerdo con el FMI mediante, reimplanta la valorización financiera del capital y es el que prevalece con la administración de Alberto Fernández.

El plan económico vigente es el acordado con el FMI, incluso refrendado por la Ley 27.668 que aprobó "el Programa de Facilidades Extendidas a celebrarse entre el Poder Ejecutivo nacional y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para la cancelación del Acuerdo Stand By celebrado oportunamente en 2018 y para apoyo presupuestario".

Y las medidas anunciadas no bien asumió el ministro Sergio Massa, se insertan en el plan y se subordinan a la prosecución del modelo, de allí que el mismo Massa define como ventajas del país sus riquezas en recursos energéticos, minerales, proteínas y conocimientos. En ese marco, define principios y motores, siendo los primeros el orden fiscal, el superávit comercial, y el fortalecimiento de las reservas internacionales (que no fue ni va a ser lograda por la misma y permisiva inercia del propio gobierno en general y del BCRA en particular).

El principio de desarrollo con inclusión no es creíble cuando prevalece la integración al exterior sobre el mercado interno, se ejecuta un severo ajuste fiscal (en que solo se asiste a la población más necesitada, en sintonía con lo dispuesto por el FMI de ayudas directas y transitorias únicamente para grupos vulnerables y hogares de bajos ingresos), y el Estado queda relegado a meras tareas administrativas.

Sin embargo, la Vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, en su disertación en la Ciudad de La Plata el 27 de abril 2023, aseveró que “no nos va salvar ni Vaca Muerta, ni una buena cosechas ni el Litio ni nada” si antes no tenemos un Estado presente que determine las reglas de comportamiento y se apropie de parte de esa renta para invertir en obras públicas que redistribuyan el ingreso.

No podemos tener un plan de vivienda, para lo que contamos con todos los insumos (arena, cal, cemento, hierro, madera, aluminio, hierro, azulejos, mosaicos, grifería, etc. etc.) sin necesidad de importar nada, porque emplearía mayor mano de obra. Eso significa mayor consumo de alimentos y de energía y repercute en una merma en nuestro comercio exterior, superávit comercial que a su vez apuntalan con el incremento del tipo de cambio que deprecia salarios y activos locales y aprecia las divisas

El gobierno acuerda con las grandes empresas que pueden importar a precio oficial (al día 5 de mayo 2023 de $ 235,34 cuando el dólar paralelo era de $ 469) y a la vez se le da un dólar preferencial a los exportadores del agro de $ 300, que a los grandes productores, acopiadores y comercializadores les resulta insuficiente, de allí que liquidan sus ventas a cuenta gota, obviamente ese mecanismo estructuralmente deficitario y solventado por el Estado, por definición, no puede perdurar en el tiempo y, solo se hace hasta poder contar con los divisas suficientes para terminar el año.

Divisas que el gobierno espera finalmente obtener del FMI para que le adelanten a este mes de mayo, el préstamo de capital para pagar los vencimientos de junio, septiembre y diciembre 2023 por 10.793 millones de dólares.  Es una deuda que después se debe pagar en 10 (diez) años.

La otra alternativa es que el monto en divisas necesario se lo facilite el grupo de países del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) que se reúnen en la Ciudad de Cabo los días 2 y 3 de junio 2023, e invitan especialmente a la Argentina a sumarse al BRICS ampliado. Pero allí la Argentina debería acoplarse como país soberano y negociando de igual a igual, con economías demandantes de alimentos, energía, litio y otros minerales y, eso exige un plan distinto de gobierno que el que se acuerda con el FMI

 

Nuevo plan de gobierno

Si el elevado endeudamiento de la gestión de Cambiemos obligó a tomar un crédito extraordinario del FMI, el camino debe ser el inverso: investigar a donde se fueron esos capitales, la evasión fiscal y recuperar los fondos fugados y con ellos amortizar la deuda con el FMI (Proyecto del Senado Oscar Parrilli) para que, librados de las exigencias de pagos externas, cambiar la matriz productiva y volver a impulsar el mercado interno en pesos con una política de shock distributivo.

Dejar de depreciar nuestra moneda, la devaluación ya la hizo el gobierno de Cambiemos cuando de abril a julio de 2018 el tipo de cambio paso de valor casi $ 20 a casi $ 40 por dólar y la continuó este gobierno, la Argentina es el país más barato de la región y nuestra productividad y riqueza no es la menor y no lo justifica.

Priorizar que el destino de la producción sea el mercado interno y luego si hay saldos exportables que se venda afuera, imponiendo severos cupos de exportación.

Declarar la Emergencia Cambiaria que le dé la potestad al BCRA en base al Decreto N° 2581 del 10 de abril de 1964, con la finalidad que el BCRA en cumplimiento de sus misiones y funciones preserve las reservas internacionales y programe su utilización para el pago de deuda pública y de financiamiento de obras y servicios públicos y, obligue al sector privado a financiarse las importaciones y los pagos de su deuda

Declarar la Emergencia Alimentaria y de esa manera no solo asegurar la alimentación básica a la población, sino también y de acuerdo al Art. 755 del Código Aduanero aumentar los Derechos de Exportación (retenciones) de todos los productos primarios y sus derivados y llevarlo al porcentaje del año 2007, con lo que se desacopla la relación precios internos y precios externos y se consigue recursos para el fisco.

Fijar un salario mínimo vital y móvil mensual que se vaya acercando a la Canasta Básica Total del INDEC que, para el mes de marzo 2023 para una familia compuesta por el matrimonio y dos hijos fue de $ 191.228.  Ídem con las jubilaciones y pensiones.

Ejecutar un vasto Plan de Obra Pública para disminuir la desocupación y poner en marcha la reactivación de la economía argentina.  Este plan de construcción tendrá dos componentes fundamentales: el primero consiste en la construcción de viviendas populares y el apoyo a planes de autoconstrucción, mientras que el segundo está basado en la obra pública de infraestructura.

Utilizar la masa de Leliq y Notaliq (Letras y Notas de Liquidez del BCRA) que es dinero inmovilizado a 7 días de plazo mayoritariamente para el primer instrumento y de 30 días para el segundo, por el cual el BCRA paga una tasa del 91% nominal anual, pero que efectiva es del 140,4% y que, a mayo de  2023 supera los 12 billones de pesos (es en pesos pero al tipo de cambio oficial supera los 50.000 millones de dólares), para que se dirija directamente a los sectores de la población más vulnerables y los trabajadores y jubilados y pensionados que perciben remuneraciones por menos de la Canasta Básica Total y, a las pequeñas y medianas empresas y al Estado.

Con intervención directa del Estado nacional, provincial y municipal crear mercados concentradores locales y regionales de abastecimiento de alimentos, evitando los innecesarios gastos de transporte y generando trabajo y mercado en el lugar.

Finalmente comprender que la economía complementaria es con Brasil (que es al país que más bienes industriales le vendemos) y con los demás países del BRICS. Que el futuro nuestro en comercio internacional pasa por esa integración que debe ser digna y soberana, de igual a igual entre naciones independientes

 

En síntesis

Se debe convertir en Ley del Proyecto del Senador Oscar Parrilli para investigar la deuda y dejar de pagarla “a libro cerrado” que implica una mayor extranjerización de nuestra economía, atada una mayor primarización que conforma una matriz extractiva, agropecuaria, agro industrial exportadora, que le permite a las empresas trasnacionales y grandes nacionales obtener una tasa de ganancia y una valorización de sus activos en moneda dura, superior a la que impera en el mundo en desmedro de la población y de nuestros bienes naturales.

Y a la vez, se debe recuperar independencia económica y la soberanía política, que no lo va hacer este gobierno que no siquiera investigó la deuda, evasión fiscal y fuga de capitales y es más, lo avala con la Ley 27.668 que nos obliga a cumplir con el programa de pagos y compromisos asumidos con el FMI.

Cuando se declaró la Independencia el 9 de julio de 1816, el diputado por la provincia de Buenos Aires, Pedro Medrano, hizo agregar en el Acta en que se declaraba la Independencia del rey de España, el “de toda potencia extranjera”. El FMI no es un país, pero si es una potencia extranjera y cogobierna con las autoridades de este gobierno.

 

[1] Renta: Apropiación de una ganancia extraordinaria, que estará determinada por la diferencia entre el precio de producción individual y el precio de producción general de la rama (costos más beneficio)

Horacio Rovelli

Horacio Rovelli es Licenciado en Economía por la Universidad de Buenos Aires. Profesor a cargo de la asignatura Política Económica de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA), y de Instituciones Monetarias e Integración Financiera Regional en la Facultad de Ciencias Económicas (UBA).  

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