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Esa maldita máquina de matar


28 de septiembre de 2024

En este contundente análisis, Rodolfo Pablo Treber exhibe las bases de un modelo de saqueo impuesto en 1976 y perfeccionado durante los gobiernos democráticos. Un contexto que expone la urgencia de la organización política popular para terminar con esta maquinaria de saqueo y muerte.

Rodolfo Pablo Treber

Celebración con Susana Giménez en Casa Rosada, en paralelo a despidos en el Estado y masivos quebrantos de empresas en el sector privado. Acto en Parque Lezama, veinticuatro horas después de conocerse el índice de pobreza que expone 4,6 millones de nuevos pobres. Anuncios de más ajuste de parte de Sturzenegger, mientras se ostenta récord absoluto de superávit comercial (15.000 millones de dólares en 8 meses) ocasionado por la brutal recesión económica y el empobrecimiento popular. Obscenidad e impunidad de un modelo de saqueo genocida.

El gobierno de LLA pisa el acelerador del modelo colonial extractivista, que rige en la Argentina desde 1976, dejando al desnudo sus verdaderos objetivos. Como nunca antes, queda expuesto que el empobrecimiento local y el estrangulamiento del mercado interno no constituyen métodos para sanear la economía sino que, por el contrario, solo se producen en función de aumentar la explotación de nuestros bienes comunes naturales y la fuga de capitales.

Ocho meses de gestión, 15.000 millones de dólares de superávit comercial, 4.6 millones de nuevos pobres, 2.1 millones más en la indigencia y 500 mil desocupados. El aumento de las exportaciones y la depresión del mercado interno en beneficio exclusivo de las corporaciones extranjeras.

Lejos de tratarse de un experimento o novedad económica (lo que simulan ser para ganar tiempo), la política económica de Javier Milei no es otra cosa que la profundización de un esquema de Argentina colonial que se instaló con la dictadura militar del 76 y se fue perfeccionando y naturalizando hasta estos días. Desde la exposición brutal de intereses de Martinez de Hoz, en plena dictadura: “Vinimos a desterrar de la Argentina la matriz proteccionista e industrialista”, la Argentina fue dando pasos concretos en el debilitamiento del rol planificador y empresario del Estado en pos de la liberación, extranjerización y primarización de su aparato productivo.

Bajo la falsa hipótesis de la escasez de divisas, con el correr de los años y, a pesar de las diferencias de carácter distributivo que existió entre los gobiernos democráticos desde el 83, absolutamente toda la dirigencia nacional se sometió a seguir el rumbo impuesto por la dictadura al servicio extranjero. Inversiones extranjeras, comercio exterior y logística en manos de corporaciones foráneas, banca privada, promoción del aumento de las exportaciones; son denominadores comunes de todos los gobiernos de los últimos 41 años.

Así, el Estado Nacional quedó relegado a funciones paliativas y asistencialistas mientras que corporaciones transnacionales se hicieron cargo de los sectores estratégicos de la economía para definir un modelo de país de estricto carácter neocolonial.

A fin de alejarnos de opiniones personales sobre tal o cual personaje político, debemos remitirnos a datos concretos, científicos, para la determinación de este análisis.

El gráfico realizado en base a datos del INDEC demuestra que, a pesar de fluctuaciones que se dieron por caída de precios internacionales de los commodities o sequías estacionales, la línea de tendencia es de aumento exponencial de exportaciones durante los últimos 44 años. Nominalmente, han crecido un 1,100% marcando que existió una política de estado, firme y permanente, durante todo el período, gobierne quien gobierne.

Por otro lado, cuando incluimos en el análisis el índice de trabajo formal, también en base a datos oficiales del INDEC, queda evidenciada la primarización y desindustrialización del aparato productivo que convivieron en el mismo plazo de tiempo.

En este caso, y en contraposición con lo sucedido con las exportaciones, la línea del trabajo formal es pronunciadamente a la baja.

El esquema de matriz productiva colonial, extractivista y en dominio extranjero, tiene como consecuencia directa el empobrecimiento popular y la descomposición del mercado interno de trabajo, en favor del aumento de saldos exportables y la fuga de riquezas nacionales.

Finalmente, podemos ver que el crecimiento económico que se dio durante la vigencia de este modelo colonial, a costa de mayor explotación de bienes comunes naturales, no se derramó ni distribuyó en la población generando trabajo ni ingresos formales, sino que, en oposición, solo sirvió a aquellos que ostentan los sectores de poder.

Nota: El PBI (producto bruto interno) es el índice que mide el valor en dólares de la producción de bienes y servicios totales del país.

Datos concretos de un esquema a destruir cuanto antes. Análisis de un modelo de saqueo que se lleva puesta la vida de nuestros compatriotas. Números fríos que exponen el grado de urgencia para la organización política popular detrás de un proyecto de liberación nacional. Horizonte colectivo de ineludible carácter revolucionario e industrialista; de lo contrario, seremos cómplices de esta enorme maquinaria de saqueo y muerte.

Rodolfo Pablo Treber

Rodolfo Pablo Treber, analista económico , dirigente del  Encuentro Patriótico.

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