“La red antisocial: de los memes al caos”, el documental que retrata la gestación de Anonymous y las nuevas derechas en internet
13 de abril de 2024
“La red antisocial: de los memes al caos” es un nuevo documental de Netflix en el cual se aborda la transformación de un foro de internet sobre anime y cultura japonesa en el caldo de cultivo de dos fenómenos altamente relevantes de la polÃtica reciente: el grupo de activismo hacker Anonymous y la figura de ultraderecha QAnon, clave en la organización de la toma del Capitolio de EEUU.
Para aquellas personas fanáticas del anime a principios de los 2000, 4chan era un foro conocido. Este espacio, que comenzó como un sitio extremadamente simple que permitía a los fanáticos de la cultura japonesa intercambiar mensajes e imágenes tuvo una transformación verdaderamente sorprendente: de máquina de memes a activismo antisistema a organizador de las nuevas derechas en EEUU.
Este documental entrevista a varios de los protagonistas de esta historia, incluyendo a Jeremy Hammond, quien estuvo diez años en prisión por su actividad como hacker vinculado al activismo y el grupo anonymous, así como influencers centrales en la popularización de la figura de ultraderecha QAnon. En el mismo, se retrata a una juventud en búsqueda de conexión en una realidad que no da tregua, y que se expresa en una rebeldía que comienza sin demasiada dirección pero que luego tiende a polarizarse a izquierda y derecha.
“La red antisocial” retrata una situación que parece ser altamente contradictoria. ¿Cómo puede ser que en el mismo espacio se gesten movimientos de ultraderecha que impulsaron el camino de Trump a la presidencia y movimientos antisistema que cuestionan los privilegios de los ricos por sobre los derechos de las mayorías? El documental parece quedarse corto en este sentido, retratando una juventud cuya principal característica es querer divertirse generando escándalo. Pero si bien no ahonda en esta cuestión, los propios protagonistas y los hechos relatados dejan ver otro panorama: una disputa entre jóvenes de izquierda y de derecha por la hegemonía del espacio. Esto es lo que explica que el mismo movimiento que invade un juego de internet que elimina usuarios de manera racista con avatares negros y con afro, use estos mismos avatares para construir simbología nazi.
Estos jóvenes no están al margen de los movimientos de la sociedad, y así como estos sectores disputan la hegemonía social, esto mismo sucedía en 4chan. Cuando el gobierno de EEUU ataca y desbarata a Anonymous al calor de la represión del movimiento Occupy Wall Street en el cual este grupo fue un actor clave, son los sectores de derecha los que ganan terreno y utilizan estos espacios para impulsar la campaña electoral de Donald Trump y crear la figura QAnon que tomó relevancia en la toma del Capitolio.
Uno de los elementos que “La red antisocial” deja planteados, pero no profundiza, es el efecto de “agujero de conejo” en el cual los usuarios cada vez se ven más inmersos en contenido relativo a su propia ideología y esto favorece la radicalización de usuarios que solamente se informan a través de estas redes sociales. Este fenómeno, en el cual los algoritmos personalizan los contenidos consumidos de manera que las pantallas de una misma aplicación pueden mostrar realidades absolutamente diferentes para dos usuarios que viven en el mismo edificio, se suma al hecho de la existencia de redes sociales asociadas específicamente a ciertas ideologías como lo pueden ser Parler y Reddit a los sectores de derecha.
Estos fenómenos, ligados con una falta de perspectiva para la mayoría de los jóvenes en un mundo con un futuro cada vez más incierto al calor de pandemias, guerras, crisis climáticas y económicas, ayudan a explicar el surgimiento de las nuevas derechas a nivel mundial.
Estas cuestiones también son válidas para Argentina. En una sociedad donde hace muchísimos años la población considera que al día siguiente estará peor que el anterior emerge una figura como la de Javier Milei cuya construcción se hizo primariamente a través de las redes sociales. En este momento, el Presidente tuitero se encuentra reuniendo a sus seguidores en persona para conseguir la legalidad partidaria en todas las provincias y así poder desligarse de otros partidos de cara a las siguientes elecciones.
Estos seguidores, que se encuentran en las redes sociales y se dedican al acoso de aquellas voces que no son la propia, están empezando a verse las caras e intentando torcer los consensos que rigen la sociedad argentina desde la democracia. Al tiempo que el Presidente se dedica a tuitear de manera casi compulsiva, estas comunidades se fortalecen y forjan identidades aún más sólidas. Mientras tanto, el resto de la política argentina persigue de atrás un fenómeno que pareciera no tener retorno: el salto de la comunicación política a las redes (anti)sociales.