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Mantua. El sueño es la vida hecha deseo


30 de marzo de 2024

Esta semana, te proponemos conocer “Mantua”, una producción artística performática de Teatro Sanitario de Operaciones (TSO). En su nombre está inserta la clave del relato. Una propuesta única y compleja, con estética y mezcla de elementos animados, inanimados, narrativos y musicales adaptada a un espacio específico para habilitar todos los sentidos.

Frida Jazmín Vigliecca

Teatro Sanitario de Operaciones (TSO) nace en 1996. Realizan producciones de teatro performático donde les espectadores forman parte de la escena, lo que se denomina teatro inversivo.

Su obra Mantua lleva inscripto en su nombre la clave del relato, pues se constituye como el sueño de Julieta Capuleto luego de tomar la pócima que le ofrece Fray Lorenzo para hacerse pasar por muerta, mientras envía un mensajero para comentarle del plan a Romeo. Sin embargo, llega antes Baltasar con un mensaje que enloquece a la joven amante: Julieta yace en la tumba. Romeo cree que Julieta está muerta y de ahí la historia de amor universal que termina mal.

Dicha pieza -hablamos de Mantua- fue estrenada en el 2001 en plena crisis argentina y ha viajado por muchos países de Latinoamérica como de Europa. Ahora, 20 años después vuelve a la escena, en una nueva crisis y su impacto sigue intacto.

Se vuelve complicado transmitir las sensaciones corporales que unx vibra al asistir a una propuesta tan original como compleja. Contar una historia, un relato sin texto, por medio de acciones y cuadros visuales es, sin duda, unas de las prácticas más complejas dentro de las artes ya que estamos acostumbrados a que la palabra nos signe e identifique, la palabra crea cultura y nos socializa. Sin embargo, con una narrativa clásica y universal como lo es la trágica Romeo y Julieta, la lógica descansa y el cuerpo se presta a afectarse junto a un montón de otros cuerpos, compartiendo un sitio específico.

El lugar: una fábrica gráfica recuperada por sus obreros –Gráfica Patricios- es sin duda un sitio ideal para que la función habilite el ambiente fantasmagórico de lo onírico.

Mantua podría decirse que posee el espíritu de esa icónica obra escrita por Heiner Mülller en 1977 Maquina Hamlet ya que deforma, desarma y reconstruye al Romeo y Julieta de Shakespeare hacia lo ominoso que posee un sueño hasta volverse insolente, extraño e irreverente.

“Yo soy Ofelia. Aquella que el río no contuvo. La mujer colgando de la soga. La mujer con las arterias abiertas. La mujer de la sobredosis. La mujer con la cabeza en el horno. Nieve sobre sus labios. Ayer por fin dejé de suicidarme. Ahora estoy sola con mis pechos mis muslos mi útero” dice la Ofelia, de Maquina Hamlet trayendo toda la contemporaneidad al presente.

Es interesante el ejercicio del desdoblamiento que plantea la Mantua al haber dos intérpretes que ejecutan el rol de Julieta, como si su consciente e inconsciente se encontraran dialogando y como si el pasado grotesco se funde con el presente imperfecto.

Julieta es todo el arrojo que Ofelia no pudo concebir, Julieta es la decisión de tenderle una trampa a la muerte para poder gozar y ser ella misma propio instrumento de su deseo.

Por otro lado, la obra propone desdoblamientos donde la mecánica productiva del suceso escénico es develada junto a los personajes que se entremezclan con los actores en una metateatralidad directa y plástica.

La multiplicidad está presente en todo el espectáculo produciendo variedad de máscaras, unas encima de otras, como efectos siniestros de un sueño imposible de atrapar.

La mezcla de los elementos inanimados como la maquinaria, el fuego, el hielo, el agua y la tierra con lo animado, en este caso, los cuerpos; producen con alta eficacia la afirmación de lo vital, una fusión de lo objetual con la carne humana, con su sangre, su sudor, sus flujos genitales. Una fricción desmedida por hacernos sentir vivos, por comprender que la existencia está sucediendo en ese momento y ebulliciona con toda furia, toda violencia, con todo odio, pero sobre todo con todo amor. Porque lo conmovedor de la pieza y su inconmensurable belleza, ocurre gracias a esta insistencia en el amor y la calentura que se tienen estos amantes, que luchan ante todo y todos por estar juntos sin miedo a la muerte que, en todo caso, es lo que trasciende y los vuelven perdurables.

Frida Jazmín Vigliecca

Frida Jazmín Vigliecca es trabajadora de las artes transdisciplinar, docente y arteterapeuta.

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