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Milei y después


01 de junio de 2024

Milei sigue boludeando en el extranjero, mientras su gobierno exhibe debilidades por donde se lo mire. El mayor exponente de la libertad a nivel mundial, corre el riesgo de transformarse en el chivo expiatorio de una banda de rufianes conocidos. La ley bases y estabilidad política, asuntos separados. Calle y programa como respuesta necesaria del movimiento popular ante la crisis del sistema.

Fernando Gomez

“A Milei con la política argentina se le hace complicado, no la entiende” fue la primera definición del flamante jefe de gabinete de Javier Milei, luego de salir eyectado su ex amigo, Nicolás Posse, quien después de hablar una sola vez en público en cinco meses y de haberse reunido en tres oportunidades con el jefe de la CIA, terminó renunciando envuelto en sospechas de espionaje ilegal.

52 funcionarios de primera línea abandonaron el gobierno en seis meses, más de dos por semana. Los últimos lo hicieron denunciados penalmente por la acompañante terpéutica del Presidente, Sandra Pettovello, quien busca deslindar responsabilidades por el canuto de mercadería que estaba dejando pudrir en los depósitos del ministerio que conduce.

Todo esto sucedió en apenas una semana, en la que el presidente Javier Milei se mantuvo paseando por Estados Unidos, país que visitó una vez al mes y del que recorrió los estados de Téxas, California (en dos oportunidades), Florida, Nueva York y Washington. Milei visitó más estados yanquis que provincias en la  Argentina.

Hace apenas una semana, visitó Córdoba en lo que iba a ser el lanzamiento de un “Pacto de Mayo” rodeado de gobernadores de las provincias de nuestro país. Nada de eso ocurrió.

Milei, que venía de exhibir un deplorable estado de salud mental en el Luna Park y mediante entrevistas variadas en las que se notaba un estado de megalomanía preocupante, terminó cristalizando la anomalía política que se experimenta en este descalabro de una democracia debilitada, sostenida con alfileres.

Cuatro mil personas acompañaron su mensaje en Córdoba, otro tanto fueron a contemplar su show en el Luna Park. Debilidad exhibida al mismo tiempo en que los fabricantes de encuestas pretenden apuntalar la vida institucional de una República anormalizada, pretendiendo que la aceptación social de Javier Milei es distinta a la que se exhibe en la calle.

La retórica violenta del presidente; la denuncia constante de estar en estado de amenaza su gobernabilidad por parte de la casta política, judicial, empresaria y piquetera; la identificación periódica de enemigos virtuales y físicos que acechan sus alucinaciones; la autopercepción de líder histórico de la humanidad; harían pensar que esa adhesión política que fabrican los encuestadores, debiera traducirse en una demostración de fortaleza aguerrida por parte de quienes han aceptado el martirio de un ajuste brutal, para salvar al país de ellos mismos.

Pero no. A Milei lo acompaña la hermana, su profesora de Reiki, y un puñado de personajes que solo podrían hacer algunos mangos y negocios detrás de este golpe de suerte. El resto, apenas, lo usa de futuro chivo expiatorio de la dramática crisis política, social, económica e institucional que se avecina en nuestra Patria, como consecuencia inevitable del programa de miseria planificada que se está implementado a la sombra de la “batalla cultural” que esgrime el tipo con problemas que funge las veces de presidente.

Los fabricantes de encuestas, las corporaciones económicas locales y extranjeras, la clase política que finge acompañarlo, la oposición dialoguista que simula estar facilitando gobernabilidad al presidente recién electo, el sistema político que finge oponerse bajo el paraguas del denuncismo fácil y el lagrimeo virtual a flor de twitter como impostura de resistencia. Todos ellos, por acción u omisión, trabajan para que la riqueza nacional quede al servicio de los intereses geopoilíticos de Estados Unidos, y que los resortes políticos y económicos locales, estén al servicio de la rentabilidad de los grupos económicos que financian su futuro.

Esa runfla es el sistema político que conforma la vida institucional del país, la que está dando pasos adelante para transformar en ley un estatuto legal del coloniaje que, RIGI mediante, pretende consolidar la ya obscena extranjerización de nuestra economía y la garantía por 30 años de no tener que pagar un peso por el saqueo de nuestra riqueza, ni lidiar con conflictos locales llevando las controversias al extranjero.

Los que canjean garantías para negrear laburantes y pagar salarios de miseria al sector empresario local que está más cerca de la ruina que de volver a registrar ganancias en sus estados contables. Un sistema político dispuesto a garantizar el abasto energético a la demanda extranjera, antes que a las necesidades de la industria nacional y la calefacción de los hogares argentinos.

Ese proyecto de ley que asegura beneficios fiscales, prerrogativas patronales, asimetrías para beneficio del extranjero, que han denominado Ley Bases, es tan propia de Javier Milei, como fue propio de De La Rúa el proyecto del blindaje y el megacanje.

A De La Rúa lo convencieron Cavallo y Sturzenegger que si largaba esas dos iniciativas, salvaba su gobierno de la ruina económica. El blindaje y el megacanje fueron un negocio de deuda brutal para un puñado de financistas extranjeros y una condena para el país a la dependencia económica permanente.

Como si la post posmodernidad se hubiera morfado hasta el último rincón de los recuerdos, Sturzenegger aparece con su fábrica de viejas ideas para instalar la idea que con éste programa de miseria planificada, habrán de llover inversiones y salvar al país del “calvario estatal”. Cuando la ley sea ley, Milei será apenas el responsable del fracaso, la miseria y las muertes que ya se cuentan sobre la espalda del desgobierno que le hacen encabezar.

Y aún así, tendremos el problema más grande sobre nuestras espaldas. El desierto ideológico que vuelve una y otra vez a recurrir a un sistema político infestado de colonialismo, como respuesta superficial para enfrentar problemas estructurales de nuestro país, en un contexto geopolítico que, por efervescente y conflictivo que aparezca, no deja de ser una oportunidad para conquistar soberanía política y recuperar la capacidad de planificar la economía nacional para la felicidad del pueblo.

En el horizonte cercano, aparece la tarea de comenzar a edificar la respuesta política a la altura del saqueo se nos ofrece como iniciativa sistémica. La movilización popular, la masividad de la misma y el espíritu de lucha del movimiento popular, deben ser la respuesta frente al Congreso el día que se pretenda transformar en ley, el engendro colonialista en debate.

Y en el horizonte mediato, al calor de la calle, debe consolidarse un programa que desafíe la extranjerización de nuestra economía, que recupere la capacidad del Estado de planificar la economía, que diseñe estrategias de producción popular para poner las necesidades comunitarias como eje central de la inversión pública, que recupere el control de los recuros estratégicos para diseñar el desarrollo industrial nacional a la medida de las necesidades de nuestra Patria y no del extranjero.

Abrir una cerradura al futuro, que nos permita mirar más allá de este tiempo plagado de horrores.

 

Y se nos fue Norita

Parecía imposible, pero el mundo es hoy un poquito más horrible que ayer. Se nos fue Norita de esta tierra, esa condensación de luchas pasadas, presentes y futuras que recorrió y seguirá recorriendo con sus ojos brillantes, siempre vivos, profundos y atentos la herida abierta de nuestra Patria.  

Se nos fue Norita, la referencia ineludible para saber cuál era el lugar correcto donde estar parado. Nos  dejó una tarea, un compromiso ineludible para este dramático presente: frenar esta locura y dar vuelta definitivamente esta historia. Y nos enseñó el camino: luchar, luchar y luchar. Hasta la victoria, Norita querida.

Fernando Gomez

Fernando Gómez es editor de InfoNativa. Vicepresidente de la Federación de Diarios y Comunicadores de la República Argentina (FADICCRA). Ex Director de la Revista Oveja Negra. Militante peronista. Abogado.

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