Ningunos santos
08 de junio de 2024
Esta primera semana de junio, marcó la realidad institucional y deportiva de San Lorenzo de Almagro. La derrota ante Sarmiento, disputas internas dentro del oficialismo en las divisiones inferiores y el arancelamiento del sector popular para el encuentro de 8vos de final de Copa Libertadores frente al Atlético Mineiro, reflejan a las claras el agravamiento de una crisis que data de la gestión anterior y continúa hasta el dÃa de hoy. Los socios, como marca su historia, perduran en la defensa de un club para los socios y no para unos pocos.
“Ser de San Lorenzo es un interminable sobresalto, una carga que se arrastra en la vida con tanto desconcierto y orgullo como la de ser argentino” rezaba Osvaldo Soriano, la pluma negra que mejor describió la realidad del conjunto de Boedo. San Lorenzo es la Argentina ayer, hoy y siempre. No solo por ser un club criollo sin ningún tipo de contenido ingles en su nombre o identidad, sino porque la realidad del ciclón está directamente emparentada con la de nuestro país.
Luego de la pésima gestión de Marcelo Tinelli, Matías Lammens y Horacio Arreceygor que dejó una deuda de más de 30 millones de dólares, Marcelo Moretti se alzó con el poder máximo de la institución al ganar las elecciones en diciembre del año pasado. Lo que el ex integrante del espacio “San Lorenzo siglo XXI” y hoy “Boedo en Acción” prometió, tardo menos de 6 meses en restructurarlo para que, en vez de que sea un nuevo gobierno, sea una continuación de la gestión anterior.
Desde el desembolso de capitales privados para solventar la deuda que mantiene el club, hasta la tan famosa auditoria (que en campaña se dijo que iba a ser realizada por órganos internos de San Lorenzo y ya cumpliendo mandato se confirmó que será llevada a cabo por una empresa privada socia de Marcelo Moretti) todavía no se han comunicado novedades. La falta de información con respecto a la realidad de club y la toma de decisiones unilaterales sin pasar por comisión directiva, dejando afuera a las 3 fuerzas que representan a la minoría, son la síntesis de un modelo que cada día más se parece a la de aquellos vaciadores que hoy no pueden caminar por el nuevo gasómetro.
Aquellos inversionistas que apoyaron económicamente la campaña del actual presidente, hoy están cobrando aquellos servicios prestados. La llegada poco clara de la empresa Beermania (no llegaron a abrir un local en la ciudad deportiva por la queja de los socios y hoy en la sede de Av. La Plata se ven las sillas con la marca de la empresa). También el acercamiento de Mariano Zelaya, empresario y representante de futbolistas vino de la mano con la insólita incorporación de su hijo Maximiliano Zelaya, un defensor central de 27 años para las divisiones inferiores. Escribiendo estas líneas es inevitable no relacionar este hecho con el personaje Eber Ludueña, interpretado por el humorista Luis Rubio, el cual comenta que su debut en primera a los 27 años bajo la premisa de que su entrenador “no lo quería apurar”, lo lamentable es que lo de Eber es humor y lo de Zelaya es un negociado que atenta contra San Lorenzo.
“Está asegurada, 100% pase lo que pase, cualquier resultado, la comisión directiva va a respetar los dos años de contrato” declaraba el presidente azulgrana en el mes de enero, en entrevista con los medios hegemónicos deportivos, sobre la continuidad de Rubén Darío Insua. Antes de las elecciones, 3 de las 4 listas habían garantizado la continuidad del gallego, exceptuando la de Marcelo Moretti que internamente en el mundo del club se sabía que su candidato predilecto a dirigir era su amigo Néstor Raúl Gorosito. Insua realizo buenas campañas luego de 6 años donde San Lorenzo penó por los últimos lugares de la tabla de posiciones y llego a pelear el descenso. No solo lo ubicó en las primeras planas del futbol argentino, sino que con un equipo austero logro poner nuevamente a los cuervos en lo más alto del futbol internacional con el acceso a disputar las copas Sudamericana y Libertadores. No solo en lo futbolístico fue enorme el aporte de Rubén, sino que unió al mundo San Lorenzo bajo un sentido de pertenencia ya perdido. Quien en diciembre no garantizaba su continuidad, era número puesto que no iba a ganar las elecciones. Pero las declaraciones ya mencionadas duraron poco y con un operativo desgaste desde en redes sociales hasta no traer los jugadores que le habían prometido, se rompió el vínculo entre la actual comisión directiva e Insua, dejando su cargo de entrenador.
El arribo de Leandro Romagnoli a la dirección técnica del primer equipo fue muy parecido al de su antecesor con la gestión anterior. Ningún técnico que viera el destrato hacia un ídolo del club y con la fama construida de que “San Lorenzo no paga”, se pondría tamaño saco. Asumió como última instancia el pipi que, al igual que Rubén, entendió que era el momento de hacerse cargo del plantel profesional en un contexto complejo.
En materia institucional, el acercamiento del sponsor Atomik a la camiseta del primer equipo utilizado un solo partido y sin información clara de cuánta plata ingreso al club, la creación de la marca de ropa “CASLA” para los deportes federados fue celebrada por los hinchas como una gran innovación y crecimiento para San Lorenzo que, a las pocas horas, se supo que es manejada por el hermano del vocal 1ro y encargado del futbol profesional Néstor Ortigoza. El silencio en torno a la democratización en el área de peñas y la posibilidad de que se elijan representantes en el departamento que nuclea a todas las entidades que representan al club en el interior y exterior del país, son mecanismos parecidos a los utilizados por la gestión anterior, de la que fue parte el actual presidente. Este tipo de manejos anti estatutarios llegaron esta semana a un punto máximo.
Además de la pérdida de prestigio que implica la derrota ante un rival como Sarmiento de Junín en condición de local, la pelea en divisiones inferiores entre Ortigoza y Romano contra Hernán San Martin (técnico de la 7ma), el día jueves salió por los medios oficiales del club los importes de renovación y ventas de abono para la segunda parte del año. Sumado al aumento de la cuota social, los precios oscilan desde $ 290.000 la platea norte baja a $95.000 la platea sur. Lo llamativo de dichos aranceles se da en la renovación del pack Libertadores que ofrece el ingreso al partido a disputarse en el mes de agosto por los 8vos de final. Para la popular este (local) de $40.000 para su renovación y $45.000 para quien no lo haya sacado. En los primeros meses del año 2024, el pack más económico era de $35.000 con acceso a la popular este en los tres partidos de la fase de grupos y el canje garantizado para todos los partidos del torneo local y copa de la liga. Hoy, en modo de treta económica, se le ofrece al socio que sigue al equipo a todos lados, que paga la cuota todos los meses, que soportó (y soporta) la negligencia de dirigentes que lo único que les interesa es su bienestar personal y que en la época de pandemia fue el motor fundamental para que la institución se mantenga en pie, tener que pagar por su ubicación en un sector que es de las mayorías $40.000 a cambio de un solo partido por certamen internacional.
Unas de las promesas de campaña radicaban en la baja de precios y facilidades para los socios y abonados dado que eran poco accesibles. No pasaron seis meses que ya la promesa se ve incumplida. Esto que se le ofrece al hincha no es un pack, sino el arancelamiento de un sector popular. Esta medida tiene muy poco que ver con el carácter de mayorías que maneja la institución azulgrana.
Mientras los dirigentes auguran futuros centros educativos sin siquiera haber puesto un ladrillo en Av. La Plata para la tan ansiada vuelta a Boedo, los hinchas que fervientemente se movilizaron contra la dirigencia anterior, que a fines de los 70 abrieron las puertas del Viejo Gasómetro a las Madres de Plaza de Mayo que pedían por sus hijos desaparecidos, que por ser un club popular tuvo que sufrir la apropiación de sus terrenos y su cancha en manos de la dictadura militar y Osvaldo Cacciatore para negociados con empresas extranjeras. Esos mismos locos que en 1982 peregrinando por estadios ajenos dieron lugar a la muestra de amor más grande que vio nuestro fútbol en la segunda división reventando estadios y sin olvidarse del contexto, se veían esas banderas celestes y blancas con la leyenda “Malvinas argentinas” en la popular de “La Gloriosa”. Aquellos cuervos que, a fines de los 90, evitaron la privatización de su club y lograron recuperar su tierra santa con la ley de restitución histórica demostrando que la lucha no solo mueve montañas, sino también supermercados. Esa hinchada a la que Maradona bautizó como “la más ingeniosa”, que ante la mano del poder siempre cantó su descontento, haciendo escuela desde el famoso “Mauricio Macri lpqtp” de ayer, al “la patria no se vende” de hoy, estos hinchas tendrán la dura tarea de defender a este club donde quieren hacer que sea un San Lorenzo de pocos. Pero la única batalla que se pierde es la que se abandona, y esta gente demostró que no conoce esta palabra.