Nuestro país siempre ha sabido de pasiones y enemistades que parecen irresolubles. En el fútbol, la música y también en la política. La historia está atravesada por antonomasias que se dirimen en la calle, en las redes sociales y en las mesas familiares. Pero lo que aconteció en estas últimas semanas, fue una campaña ciudadana sin precedentes, bajo la consigna "Milei no".

El significado de la palabra "ciudadanía" es la "condición que reconoce a una persona una serie de derechos políticos y sociales que le permiten intervenir en la política de un país determinado." Cuando hablamos de identidad en términos de Sartre, donde uno se completa con la ayuda del otro, nos ayuda a comprender cómo se gestó el proceso de las últimas semanas. En el otro yo veo a un igual y salimos en conjunto porque "algo" nos unifica.

Porque no hablamos de sectores politizados en su conjunto, sino espacios que se sintieron amenazados ante el crecimiento de la figura del candidato libertario y se organizaron en consecuencia.

Si queremos ponerle un punto de partida, podemos arrancar con las "Swifties". Los y las fanáticas de Taylor Swift fueron los primeros en publicar un contundente comunicado: Milei es Trump. En el recital no faltaron afichadas a favor de Sergio Massa y debates políticos decorados con glitter y pulseritas de la amistad.

Días después, la comunidad Otaku Argentina realizó un posteo cuestionando la dolarización, la promesa de campaña más conocida de Milei. Afirman que con ese modelo económico los precios de los mangas se venderán "a un valor muchísimo mayor al que están en este momento".

"Tenemos que poder hablar en voz alta defendiendo nuestros consumos de un aumento brutal que venimos viviendo de mano de las diferentes empresas que distribuyen mangas. Está bien estar descontentos con que sea tan difícil consumir lo que tanto nos gusta, pero esto hay que pensarlo también en que el próximo gobierno nos está planteando que gran parte de los ingresos se vayan endeudándonos por salud y educación, y no poder continuar consumiendo este hermoso mundo que nos apasiona que es el del anime y el manga. Alcemos la voz y defendamos lo nuestro" concluyeron.

Pero si de clubs de fans hablamos, pocos en Argentina son tan conocidos como "las nenas" de Sandro. El mensaje de las seguidoras del Gitano estaba hecho con un programa antiguo de Windows, decorado con rosas en los bordes. "Sandro hoy estaría elevando las banderas de la justicia social y, sobre todo, de la unidad nacional, por eso es que como fandom, Las Nenas llamamos a votar a Sergio Tomás Massa."

Uno podría pensar que son debates superficiales, donde detrás del monitor es sencillo esconder las palabras, pero el voto se peleó cuerpo a cuerpo, en el transporte público. Anita Careaga se subió al subte B, solo en compañía de un bolso, se paró y desnudó ante el resto de los pasajeros la tragedia que vivió su familia: su mamá detenida con 16 años y embarazada. Su abuela, que salió a buscarlas y terminó asesinada en los vuelos de la muerte.

Ricardo Gené, médico neumonólogo de 79 años también eligió el subte para contar que pudo recibirse gracias a la gratuidad universitaria y aseguró que hace 40 años trabaja en hospitales estatales. Héctor Rolando Francia, veterano de Malvinas desplegó una bandera argentina en un vagón lleno de gente e imploró "no votar por un partidario de los ingleses." También participó una mujer -de la que se desconoce el nombre- sobreviviente de violencia de género: "si hubiese libre portación de armas, yo hoy no estaría acá hablando con ustedes" explicó.

"A mi me gusta el modelo inglés" afirmó Milei en una entrevista hablando de los clubes de fútbol. "¿Sociedades anónimas?" preguntó Fantino, a lo que el libertario afirmó con la cabeza y desató una respuesta negativa desde las instituciones deportivas más importantes del país. Boca, River, San Lorenzo, Independiente, Racing, Rosario Central, Colón, los más emblemáticos abrieron la puerta para que luego, todos, se pronunciaran en contra de este formato de negocios que deja por fuera al verdadero protagonista, que es el socio.

El mundo de los influencers argentinos se revolucionó el miércoles, cuando una de las más conocidas -porque quién no vió una receta suya- afirmó que votaría por Massa: Paulina Cocina.

"Quería contarles que el domingo voy a votar a Massa", sostuvo y compartió el por qué de su decisión. "Tengo mil motivos, mis dos más importantes: no apoyo ni apoyaré a quienes defienden públicamente la dictadura, y (uno del que se habla poco) me preocupa mucho tener un presidente que cree que el cambio climático no existe." La chica de las recetas además contó que, en una publicación anterior, donde hablaba del balotaje, fue amenazada por usuarios, al posicionarse en contra de Javier Milei.

¿Esto garantiza el triunfo de Sergio Massa? No. Es más, Milei es el favorito para las encuestas. Atlas Intel, la única que acertó el resultado de las PASO y las generales, dan al candidato de La Libertad Avanza 48% y al de Unión por la Patria 44%.

Lo verdaderamente interesante es, para ambos el panorama es desafiante. Si es Milei, el condicionamiento será instantáneo por el rechazo que genera en un porcentaje grande de la sociedad que se ha organizado -por primera vez en algunos casos- en su contra. Si el triunfo es para Sergio Massa, el desafío es aún mayor, por la ilusión que ha despertado su postulación, como la contracara al fascismo. Argentina demostró una vez más, que necesita un gobierno que esté a la altura de su Pueblo.