31/12/2022
Internacionales
34,5% de los mayores de 65 años carecen de ingresos en América Latina y el Caribe
OIT alertó en su reciente informe sobre el deterioro de la cobertura de protección social en la vejez que deja al 34,5% de los mayores de 65 años sin ningún tipo de ingreso laboral ni pensiones, una situación de vulnerabilidad e inseguridad económica que se ha agravado rn América Latina y el Caribe por el impacto de la pandemia de Covid-19.

Eduardo Camin
Publicado el 31 de Diciembre de 2022

“La proporción de personas mayores sin
ingreso laboral ni pensión aumentó de 31,9 por ciento en 2019 a 34,6 por ciento
en 2020 y 34,5 por ciento en 2021. Esta brecha de cobertura es la más alta de
toda la serie disponible desde el año 2012”, destaca la nota técnica publicada
por la Oficina Regional de la OIT.
El informe observa que un 46,8 por ciento
de los mayores de 65 años recibe solamente pensión, un 5,1 por ciento recibe
ingreso laboral y pensión, mientras que 13,6 por ciento reporta sólo ingreso
laboral. En total, solamente 51,9 por ciento reciben una pensión.
El análisis de la OIT dice que las
dificultades para alcanzar los objetivos de cobertura, suficiencia y
sostenibilidad financiera de los sistemas de pensiones se han agudizado, en un
contexto de pospandemia, con mayores incertidumbres sobre la capacidad de
retomar el crecimiento económico, con menores espacios fiscales, aumento de las
presiones inflacionarias e incremento del costo del crédito, entre otros.
A lo anterior, se agregan los factores
estructurales tradicionales como la alta informalidad, que presionan a los
sistemas de pensiones, disrupciones en la organización de la producción y el
trabajo; el envejecimiento de la población y el incremento en las tasas de
dependencia; y la incidencia de desastres naturales, entre otros.
El Panorama de la protección social en
América Latina y el Caribe , analiza las tendencias de la seguridad social
en la región, en especial el caso de los sistemas de pensiones y la seguridad
económica de las personas mayores, que fueron puestos a prueba durante la
crisis social y económica detonada por la pandemia y que persiste.
La pandemia visibilizó la importancia de
los sistemas de protección social, entendidos como el conjunto de políticas y
programas que garanticen una cobertura integral frente a los distintos riesgos
sociales a lo largo del ciclo de vida, advierte la OIT.
“La protección social es fundamental para
fomentar la inclusión y cohesión social, la reducción de la pobreza y las
disparidades sociales, especialmente en un contexto marcado por una crisis que
ha afectado con mayor fuerza a los sectores más vulnerables”, añade el informe.
Advierte que la falta de recursos como
ahorros u otras fuentes privadas y la disminución de la capacidad para generar
ingresos laborales en edades avanzadas, puede llevar a situaciones de pobreza
en la vejez. La OIT recuerda en este documento que el desempeño de los sistemas
de protección social y sus desafíos se relacionan con una “tríada de
objetivos”: cobertura, suficiencia y sostenibilidad.
La cobertura refiere a la cantidad de
población alcanzada por la protección de riesgos sociales y acceso efectivo a
prestaciones; la suficiencia refiere al nivel o cuantía de las prestaciones
monetarias o en especie ; la sostenibilidad es la capacidad relativa de
una economía para afrontar los costos presentes y futuros de un sistema de
protección social para garantizar la cobertura y la suficiencia de
prestaciones.
La OIT destaca que los sistemas
contributivos de pensiones permiten asegurar una continuidad en los ingresos,
en la medida que se cumpla con los requisitos de edad y años de cotización
requeridos (o de ahorros previsionales) para la obtención del beneficio, lo que
depende, entre otras cosas, de trayectorias laborales formales.
La cobertura
contributiva se redujo en la región 0,4 puntos porcentuales entre 2019 y
2021, pasando del 47,4 por ciento al 47,0 por ciento de la fuerza de trabajo
ocupada. La caída en el nivel de cotizantes para el año 2020 representa un
retroceso de siete años y, pese a la recuperación, los niveles de 2021 son
similares a los del 2018.
El nuevo documento de
la Oficina Regional de la OIT incluye los “10 desafíos para la consolidación de
sistemas de protección social para la población mayor” en América Latina y el
Caribe:
1.
Recuperar
el crecimiento económico
2.
Aumentar
el empleo formal
3.
Aumentar y
consolidar el espacio fiscal
4.
Consolidar
regímenes contributivos que aseguren prestaciones suficientes y sostenibles
5.
Afianzar
regímenes no contributivos financiados con recursos de rentas generales
6.
Establecer
adecuados mecanismos de actualización del valor de las prestaciones en
respuesta a la inflación de cada país
7.
Incorporar
mecanismos de financiamiento solidarios para atender la situación especial de
los regímenes semicontributivos
8.
Lograr la
cobertura universal mediante la sumatoria de los regímenes contributivos,
semicontributivos y no contributivos que considere las brechas de género y por
rangos de ingresos, promoviendo el fortalecimiento de la gobernanza y
coordinación del sistema como un todo
9.
Asegurar
la protección de riesgos de la salud para la población mayor, con independencia
de su situación de ingresos
10.
Explicitar
los posibles efectos y requisitos institucionales para afrontar los efectos en
los períodos de transición entre políticas
Los informes
internacionales y las retoricas del neoliberalismo
En realidad, detrás
del discurso, nos envuelven acciones, tal vez aparezcan desconectadas entre sí,
pero el hilo conductor que las conduce es el comportamiento neoliberal de
las politicas económicas y sociales.
Frente al embate y el
descontrol de las políticas neoliberales que durante cuatro décadas conspiraron
contra la legislación laboral, frente al desmantelamiento de los sectores
públicos como la escuela, salud, transporte y la seguridad social, guiados por
las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Mundial
entre otros.
Por ello, la
desigualdad, la injusticia y la pobreza deben ser analizadas en el marco del
orden mundial que las produce. Sin embargo, de manera general los analisis
sobre América Latina formulados por el pensamiento académico y por los
organismos internacionales mantienen un denominador comun de una supuesta y
recurrente falta de madurez de la región respecto a las formas que el
capitalismo presenta en naciones o regiones del llamado nucleo central del
capitalismo.
Y muchas veces
diferentes informes y recomendaciones nos hablan de reformas económicas o
sociales insuficientes, instituciones políticas que no terminan de una buena
vez de alcanzar los niveles adecuados. Se nos percibe como una región inmadura,
que necesita acelerar su marcha para ingresar al desarrollo, a la democracia, a
la conformación de ciudadanias responsables…
Pero en realidad,
detrás de esta constante de deberes acumulados o mal hechos en nuestra región,
se oculta lo esencial: en el marco de las relaciones establecidas en el seno
del capitalismo como un sistema mundial, que de manera simultánea propician
distintas formas de despliegue capitalista entre economías desarrolladas y
subdesarrolladas, que bajo logicas generales y comunes presentan
particularidades diferentes.
Entendemos que los
procesos de la región no son expresión o resultado de un insuficiente
desarrollo capitalista, sino que por el contrario, lo que tenemos aqui es un
exceso en dicho desarrollo. Y es a través de la implementacion de sus recetas
que nos encontramos en el paraíso de las injusticias
El problema del
analisis sobre America Latina no debiera ser una agenda de supuestas tareas pendientes,
sino advertir las formas particulares de cómo la región se constituye y se
construye. Desde esta posicion es desde donde podremos buscar explicaciones y
respuestas desde la perpectiva sobre lo que la region es y no sobre lo que
debería ser (según los burócratas).
Eduardo Camin es periodista uruguayo
residente en Ginebra, fue miembro de la Asociacion de Periodistas de Naciones
Unidas (ACANU).
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