28/2/2021
Opinión
Aborto legal y migración
Ximena Hernández en este artículo para Pressenza, aborda las barreras que las mujeres migrantes encuentran para acceder al sistema de salud pública en Argentina, más aún si se habla de derechos sexuales; reproductivos y de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo.

Ximena Hernández
Publicado el 28 de Febrero de 2021

Fotos: Ximena Hernández
Si decimos América Latina será toda feminista, no es posible
pensarnos este panorama sin la participación y la inclusión de las mujeres
migrantes, lo anterior con base al panorama que representa la implementación de
la lucha gestada en las calles, la cual tuvo como resultado la aprobación del
proyecto de ley por la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) el pasado 30
de diciembre en Argentina.
En ese sentido, hay dos aspectos transversales en términos
de migración que tienen que ver con la inclusión y la participación. El primero
se trata del acceso a la salud pública en Argentina, lo cual contiene varias
aristas, ya que en su generalidad no ha sido lo suficientemente asequible para
las mujeres que se encuentran en situación de vulnerabilidad económica, y en el
caso de las mujeres migrantes se complejiza mucho más por diferentes
intersecciones.
En esa línea, cuestionar
cuál será el escenario a la hora de la implementación de la IVE para las mujeres migrantes en Argentina, no
solo es necesario como exigencia al Estado que tiene una deuda histórica con
nosotras y eso incluye a las migrantes,
sino que también hace parte de la construcción a la que le apostamos como
feministas, y es que el panorama del acceso de mujeres migrantes al sistema de
salud es desalentador, ya que las barreras con las que se encuentran dificultan
la senda por diferentes factores como:
La falta de información respecto a derechos sexuales y reproductivos y
de la ley misma por la IVE, la falta de DNI o irregularidad migratoria para
poder ser atendidas, la violencia institucional presentada en algunos casos por
(medicxs, enfermerxs y administrativxs) que cala muchas veces en la xenofobia y
la discriminación, la falta de redes y contención si el caso es la interrupción
voluntaria de un embarazo, el sistema al que responde el hospital público para
acceder a turnos y prestaciones, la
precarización laboral, en la cual tener una obra social es un privilegio, además del miedo a un antecedente que no les
permita continuar como residentes en Argentina.
El estudio realizado en octubre del 2020 por la Comisión
Argentina para Refugiados y Migrantes (CAREF) titulado “Me tuve que hacer
valer; si no, te pasan por encima. Experiencias de mujeres migrantes en sus
procesos de parto en Argentina”¹, en el cual se toma el testimonio de varias
mujeres migrantes sobre los obstáculos
para el ejercicio del derecho al parto respetado en hospitales públicos del
Área Metropolitana de Buenos Aires entre 2018 y 2020, permite calibrar la
dificultad que las mujeres migrantes tienen para el acceso a la salud pública a
la hora de su proceso de parto y el gramaje de la violencia institucional
denotado en sus relatos sobre sus cuerpos física y psicológicamente, por lo que
pensar en el panorama a la hora de la
Interrupción Voluntaria del Embarazo para migrantes en el escenario del
hospital público es sumamente desalentador.
Una de las experiencias que contiene este estudio y que
revela el peligro en el que puede ser puesta la vida de la mujer por la misma
institucionalidad tiene que ver con el relato de una mujer migrante que a sus
43 años durante su primer embarazo, tuvo un trato violento por parte del
personal del hospital al retrasar la Interrupción Legal del Embarazo (ILE) por
el diagnóstico en el que se determinó que el feto venía con síndrome de down y
déficit de crecimiento.
La dilatación de la Interrupción que ella había solicitado
era justificada por “exámenes complementarios” turnos que fueron demorados
durante varias semanas y que atrasaron el proceso de la interrupción del
embarazo, lo que la llevaron a pensar en buscar como alternativa hacerse un aborto clandestino para la
interrupción legal de su embarazo enmarcada dentro de la normativa del
(ILE).
Sin embargo, encarar un aborto clandestino, sin una red de
contención, con la variable del riesgo que siempre se habita como migrante
respecto a la residencia y deportación, por la penalización del mismo y el
miedo y desconocimiento del procedimiento la llevaron a no realizarse el
aborto. En el final de su relato narra que tuvo que buscar otro hospital de
CABA donde se le fue prestada la atención y contención necesaria para poder
hacer la interrupción de su embarazo, lo que correspondía cuando solicito en el
primer centro de salud.

En ese orden de ideas cuando hablamos del escenario a la
hora de la implementación de la ley por la Interrupción Voluntaria del Embarazo
en la que hemos puesto el cuerpo de tantas formas las personas gestantes, es
necesario complejizar el escenario con esta perspectiva de intersección que enmarca
desigualdades al ser migrante. Para no irnos tan lejos la pandemia fue otra
variable que detonó la desigualdad y la vulnerabilidad de mujeres migrantes que
habían solicitado el DNI, pero que a causa de la emergencia sanitaria dejó de
llegarles a sus residencias, lo que implicó en muchos casos no ser atendidas en
algunos hospitales por falta de documento, aunque la ley de migraciones (Nº
25.871/2004) en su artículo 8 así lo promulgue, la realidad a la hora de
acceder al sistema de salud siendo migrante es muy diferente.
Al engranaje anterior se le suma el Decreto de Necesidad de
Urgencia (DNU) 70/2017 que modifica la
ley de migraciones anterior que en
palabras de Amnistía Internacional “reduce el fenómeno de la migración a un
debate sobre seguridad nacional, que asocia el migrante al delincuente”² además
de la campaña de xenofobia y
discriminación impulsada por el gobierno de Mauricio Macri, en la cual
minimizó los derechos de les migrantes reduciendo aún más el acceso a
salud, educación, documentación y sistema judicial. Pese al cambio del Gobierno
el DNU aún no ha sido derogado.
Aspectos como los anteriormente expuestos son las variables
que exponen a las mujeres migrantes y que a la hora de la implementación y la
puesta en práctica de la ley de IVE es necesario tener en cuenta y hacerlas
parte de las luchas que abanderamos en nuestros diferentes espacios de militancia,
porque si ser mujer pobre en Argentina es difícil, ser mujer pobre y migrante
en Argentina aumenta los factores de vulnerabilidad y violencia de manera
exponencial.
En segundo aspecto tiene que ver con el papel de la participación de las mujeres
migrantes en la lucha por la Interrupción Voluntaria del Embarazo, el cual es fundamental porque no
solo hizo parte de las manifestaciones y la lucha en las calles, sino que el
trabajo que se hizo en términos de pedagogía al llevarlo a zonas de gran
vulnerabilidad en los barrios y algunos lugares del conurbano, como
también Capital Federal, lugares de residencia de la población migrante,
tuvo como resultado que se trasladará a la puesta en práctica con las amigas,
vecinas, escuela, procesos barriales y no menos importante con la pareja lo que
fue calando en espacios públicos y privados, no solamente en términos de
pedagogía del proyecto de ley, sino también en cómo se constituyen los
diferentes feminismos y que se fueran identificando prácticas del sistema
patriarcal en diferentes espacios para cuestionarlos y reformularlos.
A esto se le suma la importancia de que como mujeres
migrantes serán la bisagra a la hora replicar las luchas y experiencias en
términos de organización, no solo al hablar del aborto legal, sino de todo lo
que implica y podrán aportar herramientas adquiridas en los procesos por el
aborto legal, seguro y gratuito y lo que implica la destrucción del sistema
patriarcal al volver a sus países de origen, si es el caso.
No solamente América Latina será toda feminista, estamos construyendo un mundo a pulso entre compañeras para las que vienen y en nombre de las que se fueron, las que el aborto clandestino nos quitó, la que estaba al otro lado de la frontera, le prometieron una changa y se vino con el sueño de mejorar su calidad de vida y la de su familia, la que al llegar acá la metieron en una red de trata y la desaparecieron, la que fue asesinada por su compañero, por nosotras que vinimos con el sueño de estudiar para acabar con las desigualdad en nuestro país, por las que trabajan limpiando las casas de otrxs para mandar plata a su casa, por la que ya no nos acompaña hoy en las calles, por todas y cada una de ellas, vamos destruir la mentira de las fronteras, de la xenofobia y de la discriminación para que nada nos impida estar juntas.
¹Comisión Argentina para Refugiados y Migrantes (CAREF)
2020 “Me tuve que hacer valer; si no, te pasan por encima.
Experiencias de mujeres migrantes en sus procesos de parto en Argentina.
² Amnistía Internacional Argentina, Algunas consideraciones sobre la modificación de la Ley de
Migraciones (Decreto de Necesidad y Urgencia 70/2017
Ximena Hernández para Agencia Internacional Pressenza
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