14/5/2022
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Antonio Berni, un artista con los ojos abiertos a la realidad que lastima
Antonio Berni nació en la ciudad de Rosario (provincia de Santa Fe) el 14 de mayo de 1905. A un año más de su nacimiento, lo recordamos en estas páginas.
Publicado el 14 de Mayo de 2022

Antonio Berni nació en la ciudad de Rosario (provincia de
Santa Fe) el 14 de mayo de 1905. Sus padres eran de origen italiano: su padre,
Napoleón Berni, era un sastre nacido en Italia, y fue uno de los tantos
inmigrantes europeos que se instalaron en la ciudad durante esos años. Su
madre, Margarita Picco, era argentina hija de inmigrantes italianos radicados
en Roldán, un pueblo de la provincia de Santa Fe, a 30 km de Rosario. Berni
nació en calle España 288 (entre Salta y Catamarca); una placa con bajorrelieve
indica el sitio.
En 1914 ingresó como aprendiz en el taller de vitrales
Buxadera y Cía, donde recibió las enseñanza de su fundador, N. Bruxadera, un
artesano catalán. Poco tiempo estuvo en este taller ya que entre 1914 y 1915 su
padre volvió a Italia, entonces Berni es enviado a la casa de sus abuelos en
Roldán. A pesar de que Antonio se alojó en Roldán, estudió pintura en el Centre
Catalá de Rosario con los maestros Eugenio Fornells y Enrique Munné.
En 1920, a los 15 años, expuso sus cuadros por primera vez,
en el Salón Mari. La muestra constó de 17 óleos (paisajes suburbanos y estudio
de flores). Expuso nuevamente sus obras en 1921, 1922 y 1924. En 1923 también
expuso, pero esta vez en la Galería Witcomb de Buenos Aires. Ya por ese
entonces recibía los halagos de los críticos en varios artículos publicados el
4 de noviembre de 1923 en los diarios La Nación y La Prensa. Sus primeros
cuadros respondieron al impresionismo y al paisajismo.
En 1925 consiguió una beca otorgada por el Jockey Club de
Rosario para estudiar en Europa y en noviembre de ese año llegó a Madrid.
En febrero de 1926, el Salón de Madrid expuso "Puerta
cerrada", es un paisaje madrileño que llamó mucho la atención, como si
nadie antes hubiera pintado así la ciudad. Más tarde pintó otros temas
españoles, "Toledo y el religioso" (1928), y "El Torero
calvo" (1928).
Estando en esta ciudad advirtió que en realidad era París la
cuna de la pintura española. Por eso decidió trasladarse a la "Ciudad
Luz".
En París asistió a los cursos de los pintores franceses
André Lhote y Othon Friesz, en la Academia libre de la calle Grande Chaumiere.
Y aunque sólo estudió unos meses allí, su influencia se dejó sentir en una
serie de desnudos figurativos.
Hacia 1927 se instaló en Arcueil, a 6 km al sur de París, en
el valle del río Biévre. Se conocen dos paisajes de Arcueil de 1927.
De ese año son "Paisaje de París", también los
óleos: "El mantel amarillo", "Desnudo", "La casa del
crimen", "Naturaleza muerta con guitarra".

Terminada la beca, Berni volvió por unos meses a Rosario,
pero al poco tiempo retornó a París, ahora con un subsidio del Gobierno de la
provincia de Santa Fe.
A fines del invierno de 1928 hizo una exposición individual
en la Galería Nancy de Madrid.
Participó junto con Libero Badii, Héctor Basaldúa, Horacio
Butler y Lino Enea Spilimbergo de una muestra que organizó Butler y trajo a
Buenos Aires con destino a la Asociación Amigos del Arte.
La exposición, que fuera visitada por el entonces Presidente
de la República, Marcelo T. de Alvear, recibió el beneplácito del público e
inclusive se vendió una obra de cada expositor. Berni concurrió personalmente a
la Casa de Gobierno de Argentina para cursar dicha invitación.
En 1929 Berni presentó una muestra individual en Amigos del
Arte y luego en el Museo Municipal de Bellas Artes de Rosario. Además intervino
en el XVIII Salón Nacional (Buenos Aires), allí exhibió su obra "Toledo o
el religioso".
En 1928 conoció a Louis Aragón, poeta, novelista y ensayista
francés, uno de los líderes del movimiento dadaísta y del surrealismo. Aragón
lo acercó al surrealismo y también a André Bretón, poeta y crítico de arte.
Por otra parte Berni en ese año se relacionó con el joven
pensador Henri Lefebvre, uno de sus mejores amigos franceses, quien lo iniciará
en la lectura de Marx. También conoció a Max Jacob, con quien aprendió la
técnica del grabado.
Sin lugar a dudas la retrospectiva de Giorgio de Chirico y
el conocimiento de las obras de Magritte serán los elementos fundamentales que
llevarán a Berni a ingresar al surrealismo.
Para Berni el surrealismo "es una visión nueva del arte
y del mundo, la corriente que representa a toda una juventud, su estado de
ánimo, su situación interna, después de terminada la Primera Guerra Mundial.
Era un movimiento dinámico y realmente representativo".
Berni ayudó a Aragón en su lucha antiimperialista, en un
país donde abundaban los chinos, africanos, vietnamitas, Berni ayudó a
distribuir un periódico para las minorías asiáticas y colaboró con
ilustraciones para otros diarios y revistas.
Estudió las obras surrealistas, leyó a los poetas y
escritores de este movimiento y también a Freud. En 1930 conoció al ensayista y
poeta francés Tristán Tzara.
Berni iniciará su pintura surrealista, pero no pertenecerá,
ni al automatismo de Miró, ni al onirismo de Dalí. En realidad tomó la pintura
de De Chirico y le dio un contenido propio. "La Torre Eiffel en la
Pampa", de 1930 es un ejemplo de ello. Nunca se supo si esta obra la
realizó en Rosario o en París.

Por entonces, después del golpe de Estado de 1930, ya casado
y con una hija decidió volver a la Argentina. Al regresar, vivió por unos meses
en una chacra de la provincia de Santa Fe, para luego instalarse en Rosario y
trabajar como empleado municipal.
Tomó parte activa de la vida cultural de la ciudad, organizó
la Mutualidad de Estudiantes y Artistas Plásticos y se adhirió por un tiempo al
partido comunista. En 1932, en Amigos del Arte expuso sus obras surrealistas de
París, y algunos óleos como "Toledo o el religioso". Esa muestra fue
la primera exposición de ese movimiento en América Latina y también la primera
en exponer collage. Se tituló Primera exposición de Arte de Vanguardia. El
público no estaba acostumbrado y la muestra resultó difícil. La crítica en
pleno la rechazó.
Tanto Europa como América, por entonces sufrían la crisis de
1929 en Estados Unidos y Argentina con la revolución del 30 había comenzado la
llamada "década infame". Rosario era un lugar muy especial en esos
años. Ahí se asentó la mafia, la de Chicho Grande y la de Chicho Chico, y la
prostitución que tuvo su imperio en el barrio de Pichincha. En 1932 Berni se
internó en ese universo para colaborar como fotógrafo en una nota periodística
encargada a Rodolfo Puiggrós, futuro dirigente comunista. Era una zona de
garitos y varités, que desaparecieron en 1937.
Y fuera de esta miseria humana que observó Berni estaba la
otra, la del hombre que vivía en las zonas rurales entre los chacareros. Este
mundo era totalmente distinto al de París de los años 20 y de los artistas
surrealista. No pudo dejar de sentir una gran conmoción interior. De alguna
manera dejó en parte el surrealismo ya que sufría la desazón, la desesperanza
de la gente. Decidió asumir un compromiso con su país.
"El artista está obligado a vivir con los ojos abiertos
y en ese momento (década del 30) la dictadura, la desocupación, la miseria, las
huelgas, las luchas obreras, el hambre, las ollas populares crean una tremenda
realidad que rompían los ojos", diría en 1976. Así comenzó la etapa del
"realismo social".
Berni era un hombre con gran sentido del humor y sentía una
gran necesidad del mundo de los justos. Luchó por ello siempre, pero lo hizo
con gran ternura y con un trasfondo casi épico. Se identificó y se integró a
ese mundo del que nunca se desligó.
De París trajo una gran carga política, influida sin duda
por su intensa vinculación con los artistas surrealistas. Ese mundo de
decadencia pintado casi de fantasía ahora le era real, lo tenía ahí en su
pueblo, en su país. Bretón decía "lo imaginario es lo que tiende a convertirse
en real". Y Berni lo tenía ahí en los hechos cotidianos.
En 1934 Berni comenzó a mostrar la problemática social de la
década del 30 con sus obras "Desocupados" y
"Manifestación". No sólo la Argentina está en crisis. La
desocupación, la pobreza, el comienzo del nazismo y fascismo, la Guerra Civil
Española, espantan a Berni. Otros aspectos que retrató tienen que ver con la
vida cotidiana, como por ejemplo en "Primeros pasos" de 1936. En 1937
presentó "Club Atlético Nueva Chicago".

El retrato es una de las formas más importantes del realismo
humanista, en Berni predomina el retrato humano, tanto en la década de 1930
como en la de 1940. "Figura" fue primer premio del XXX Salón Nacional
(Buenos Aires, 1940) y "Lily", el Gran Premio Adquisición XXXIII Salón
Nacional (Buenos Aires, 1943). Esto significó obtener el máximo galardón de
entonces.
Berni, en la década del 30 tuvo su experiencia muralista al
intervenir en la construcción de "Ejercicio Plástico". Ya él había
fundado el grupo "Nuevo Realismo". También pintó "La mujer del
sweater rojo" en 1935, "La muchacha del libro" de 1936,
"Nancy" 1941, "La chica del balón" de 1934, "La niña
de la guitarra" de 1938 y "Figura de chico" de 1941. Además hizo
autorretratos, uno en 1934, otro en 1938 y el último en 1945. En "Paula y
Lily" de 1941, pinta a su esposa de entonces y a su hija. Hacia fines de
la década del 50 realiza algunos retratos que tienen como modelo a la poetisa
tucumana Ariadna Chaves, una de sus musas argentinas.
En "Retrato" de 1946 muestra dos chicos de clase
media acomodada, antítesis de sus personajes posteriores, Juanito y Ramona. En
1954 presentó "Team de fútbol o Campeones de barrio". Respecto al
tango, pintará "Orquesta típica" en 1939, para recrearla en 1974 y
1975. Berni inicia sus representaciones en Argentina de lo que será típico de
la década de 1950: "La siesta" y "La fogata de San Juan".
Entre diciembre de 1941 y mayo de 1942 recorrió Bolivia,
Ecuador, Perú y Colombia con la idea de realizar estudios precolombinos por
pedido de la Comisión Nacional de Cultura. Su obra "Mercado indígena"
de 1942, la basó en fotos que tomó durante este viaje.
El mundo de la década del '40 será tan conflictivo como el
del '30. Una nueva gran guerra sellará sus días. En América, en Costa Rica se
produjo una guerra civil. En Panamá se instaló una dictadura. En Venezuela se
derrocó al presidente Rómulo Gallegos y surgió la dictadura de Laureano Gómez.
En Bogotá hubo una insurrección popular por el asesinato del dirigente liberal
izquierdista Jorge Gaitán. Argentina no queda al margen de este tipo de
acontecimientos. Se produjo en 1943 el golpe militar, con la destitución del
presidente Ramón Castillo.
Berni, de exquisita sensibilidad, observará y reflejará en
su pintura esa realidad. En 1944 apareció la revista Arturo, que desatará un
gran cambio, ya que introdujo definitivamente el arte geométrico adelantado por
Emilio Pettoruti. Berni también manifestó su dasagrado por la situación de
1945. Con un grupo de artistas decidió exponer sus pinturas en el subsuelo del
edificio de la Sociedad Rural, en Florida al 400. En el catálogo explicaban que
las obras estaban destinadas al XXXV Salón Nacional pero que había decidido
hacer una muestra al margen del Salón en adhesión a los anhelos democráticos de
los intelectuales del país.

Berni mientras tanto pintará "Masacre" (1948) y
"El obrero muerto" (1949). En 1951 hizo otra
"Manifestación": mujeres y niños llevan un lienzo blanco en el que
está dibujada la paloma de la paz, con un ramo de olivo en el pico. Ese año es
el del primer ensayo de la bomba de hidrógeno, por parte de Estados Unidos, en
el Pacífico. Todo esto influye en el ánimo de Berni. Por otra parte todavía
estaban en él los ecos de la 2º Guerra Mundial.
Durante 1951, 1952 y 1953 Berni se fue a Santiago del Estero
donde realizó la serie "Motivos santiagueños". Santiago del Estero
sufrió la tala indiscriminada de sus bosques. Ya por 1942, 20 firmas obrajeras
eran dueñas de 1.500.000 ha. Pero la situación venía desde muchos años atrás,
ya que la madera como la del Chaco sirvió para los durmientes de las vías del
ferrocarril y como combustible vegetal, también para los ferrocarriles. La
depredación ecológica existió, pero también, la social. Los beneficios
obtenidos por los empresarios no volvieron a los trabajadores. La tierra, poco
a poco se agotó y también el hombre.
Esta realidad la palpó Berni y, como lo hizo siempre, la
expresó a través de su pintura. Así aparecerán "Los hacheros" (1953),
"La marcha de los cosecheros", "La comida", "Escuelita
rural" (1956); "Migración", "Salida de la escuela",
"El mendigo", "Hombre junto a un matrero" y "El
almuerzo".
En el período 1955-1956, hará la serie "Chaco".
Estas pinturas las expondrá en París, Berlín, Varsovia y Bucarest. Aragón
inclusive lo presentó en Moscú en la Galería Creuze, en 1955. También realizó
múltiples exposiciones en el país, tanto individuales como colectivas. Expuso
con otros grandes pintores contemporáneos a este periódo, Pedroni, Santieri,
Giovanni Bressanini, Mónaco, Luis Videla, Cerrito, Borgarello, Robirosa, Alonso
etc.
Por entonces Berni pintó algunos paisajes del suburbano:
"Villa Piolín", "La casa del sastre" (1957); "La
iglesia", "El tanque blanco", "La calle", "La
res" "Carnicería" (1958), "La luna y su eco" (1960) y
"Mañana helada en el páramo desierto". También de esa época son
"Negro y blanco" (1958); "Utensilios de cocina sobre un muro
celeste" (1958) y "El caballito" (1956).
Mientras el mundo sufría la guerra de Corea en 1953 y
en Argentina caía Perón, el mundo interior de Berni se componía de nuevas
imágenes. A su vuelta de Santiago del Estero comenzó a hurgar hasta que en 1958
surgió claramente su nuevo personaje, Juanito Laguna, y poco tiempo después
aparecerá también, Ramona Montiel. La historia de estos dos seres los
envolverán por tiempo y con ellos trascenderá mucho más. Tanto los
"Juanitos" como las "Ramonas" se cotizaron en el mercado
exterior a precios incalculables.
Desde su cargo como Director de Relaciones Culturales de la
Cancillería (1960) durante el gobierno de Arturo Frondizi, el crítico y amigo
Rafael Squirru envió los grabados del artista a la Bienal de Venecia, donde
recibieron el Primer Premio. Al ser nombrado Squirru Director de Cultura de la
Organización de Estados Americanos en 1963, promovió nuevamente la obra de Berni
organizando exposiciones importantes como la de 1966 en el New Jersey State
Museum de Trenton.
En 1976 Berni se va a Nueva York. Allí pintó, hizo grabados,
collage, y presentó en la Galería Bonino una muestra titulada "La magia de
la vida cotidiana". Durante su estadía en esa ciudad hizo 58 obras que
quedaron en la Galería para una muestra en Texas que nunca se realizó. En 1982,
después de su muerte, llegaron a Buenos Aires. En esa época también pintó tres
óleos referidos a Juanito y a Ramona, "Juanito en la calle",
"Juanito Laguna going to the factory", "El sueño de
Ramona".
Preocupado por el mundo que lo rodeaba, en Nueva York quiso
conocer a su gente, saber de sus costumbres, de sus posibles necesidades. Así
fue como salió a la calle, observó y pintó. Entonces conoció una sociedad
opulenta, consumista, donde la publicidad es la mejor vendedora, donde él
siente que hay riqueza material y pobreza espiritual, muy distante de la de
Juanito, o de la de Santiago del Estero. Entonces decidió hacer un arte social
con ironía. De esta época es "Aeropuerto", "Los hippies",
"Calles de Nueva York", "Almuerzo", "Chelsea
Hotel" y "Promesa de castidad".
En el año 1981 se inauguró "La casa de Antonio
Berni". Una Galería de Arte y Casa de Subastas de más de 400 metros cuadrados,
ubicada en la calle Cangallo 332 (zona inusual para el arte, por ser un lugar
rodeado de bancos, financieras, bolsa de comercio, bolsa de cereales, etc.) Su
director fue Humberto Golluscio, amigo personal de Antonio Berni. Fue la sala
de arte más importante del momento, en la cual se realizó una muestra
individual de los murales del Gran Maestro.
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Berni ofició de anfitrión para que en la sala se realizaran
muestras de artistas jóvenes. También se le rindió un gran homenaje a Florencio
Molina Campos, y fue el mismo Antonio Berni el encargado de presentar la
muestra. La misma contaba con 115 obras cedidas por el museo "Florencio
Molina Campos" de Moreno, gracias a su directora, María Elvira Ponce
Aguirre de Molina Campos. En "La casa de Antonio Berni" se llevaron a
cabo muchas subastas con gran éxito, siendo la subasta benéfica para la
Fundación Favaloro, la que contó con mayor cantidad de público, y un éxito
inusitado para la época.
Entre abril y mayo de 1981 Berni tocó el tema del
Apocalipsis al exhibir los murales realizados para la capilla del Instituto de
San Luis Gonzaga en General Las Heras. También ese año da testimonio del gran
tema de su vida: "el destino del hombre". "Cristo en el
garage" es un hombre común, que ocupa el centro del espacio. En el techo
hay una claraboya por donde se ve el cielo, a la derecha una ventana abierta
permite ver el paisaje de las fábricas y al otro lado se observa la
motocicleta. Berni posiblemente quiso aludir a las torturas y las matanzas del
mundo.
Por otra parte, en 1981, año de su muerte, Berni pintó una
mujer desnuda en la arena, contemplando el cielo de una noche de luna. Es la
mujer y la naturaleza, tal cual los creó Dios. Solo que un avión, objeto del
hombre, pasa por el lugar para invadir el momento de paz y de armonía. Estos
fueron sus últimos óleos, ya que el 13 de octubre de 1981 Antonio Berni dejaba
este mundo.
Unos días antes de su muerte, Berni en una entrevista decía:
"El arte es una respuesta a la vida. Ser artista es emprender una manera
riesgosa de vivir, es adoptar una de las mayores formas de libertad, es no
hacer concesiones. En cuanto a la pintura, es una forma de amor, de transmitir
los años en arte."
Al año siguiente de su muerte, la Fundación Konex le
entrega, en su primera edición de los Premios Konex dedicados a las Artes
Visuales, el Konex de Honor al artista fallecido más relevante de la historia
en la Argentina. Quedará marcado en la historia de arte de argentina.