31/12/2022
Política
Balance, medalla y beso: un año en el que la clase política se quedó en pelotas
2022. El año de la tercera estrella clavada en el pecho del orgullo colectivo de nuestro pueblo. El fútbol nos regaló la alegría que la política se empeña en sacarnos. Año del FMI y la extranjerización de nuestra economía. Un balance fatídico en el que se frustraron las expectativas. Y un 2023 de organización popular y agenda patriótica necesaria.

Fernando Gómez
Publicado el 31 de Diciembre de 2022

Foto: Vanesa Schwemmler. Festejos en Viedma, Río Negro.
Se fue el año de la tercera. El 2022 será una estrella clavada en el pecho del orgullo colectivo de nuestro pueblo, quizás uno de los más masivamente futboleros que conozca el planeta tierra.
En el 2022 se
alinearon razones futbolísticas, mágicas, esotéricas y profundamente
sentimentales que nos permitieron cerrar un necesidad emotiva que arrastrábamos
hace 36 años. Salimos campeones del mundo, dimos la vuelta en un Mundial que
todavía nos falta repasar una y otra vez hasta gastar las imágenes y festejamos
de una manera única. Como sólo nuestro Pueblo es capaz de festejar:
colectivamente, con dignidad y alegría.
El fútbol nos
regaló ese destino de felicidad colectiva que está inscripto en el destino de
merecemiento de un pueblo humilde que pone el lomo todos los días para inventar
alegrías en un paisaje plagado de miserias.
Nos debíamos ese
enorme consenso colectivo forjado en la calle, a la ribera de la cancha donde
los pibes conquistaron la copa, ese que grita con dignidad a los cuatro vientos
de ésta galaxia que no sólo no somos un país de mierda; sino que seguramente
habita en el fondo de nuestras convicciones, la certeza de una grandeza que
está grabada a fuego en el destino de nuestra Patria.
Grandeza de
nuestra Patria y felicidad colectiva. El fútbol nos lo recordó y, al mismo
tiempo, terminó por dejar desnuda, absolutamente en pelotas, a una clase
política que anda sumergida en una desorientación total, destilando
indignidades, atravesada de vergüenzas y desvergüenzas por como viven la
responsabilidad de sus actos.
En bolas y a
los gritos
Con la misma vergüenza
ajena con la que cualquier persona de bien observa a quien pretende llamar la
atención en un cumpleaños, la clase política andaba tratando de llevarse para
la bolsa de su descrédito popular un pedacito de reconocimiento de una Copa del
Mundo que, de haberlos tenido como protagonista, la hubieran puesto en peligro.
Así cerró el año
una dirigencia política que resulta cómplice o espectadora cobarde -según de
quien se trate- del redespliegue de los intereses de Estados Unidos en nuestro
país.
Un año en el que
balancearemos un nivel de extranjerización de nuestros recursos estratégicos
aún más grandes que los heredados durante el gobierno de Mauricio Macri.
La pandemia
primero y la disputa hegemónica que se libra en Ucrania, pusieron a la riqueza
nacional (gas, petróleo, granos, litio, tierras raras, minerales, agua potable,
alimentos y tierra) en el centro de los intereses geopolíticos del redespliegue
yanqui en nuestro contintente.
En una coyuntura
histórica similar, el peronismo forjó el capítulo con mayor peso identitario y
profundidad patriótica de la historia nacional. Éste gobierno subordinó nuestra
riqueza a intereses extranjeros, y avanzó sin prisa y sin pausa durante tres
años para forjar la ratificación del acuerdo con el FMI que nos dejó clavado
Macri en el centro de nuestras preocupaciones.
En el cierre del
2021, desde esta editorial de InfoNativa, sosteníamos que este año nos esperaba
“el FMI, también. Con las mismas garras de siempre y los programas de ajuste
preparados para condicionar el desarrollo económico argentino y subordinar
nuestra riqueza a las apetencias económicas de los Estados Unidos.”
Todo eso sucedió
de una manera dramática, en la que las mayorías populares vieron colapsar las
expectativas electorales que lo llevaron a votar al Frente de Todos allá por el
2019, y dejaron de encontrar en la respuesta que nace del sistema político y
sus elecciones, las oportunidades para conquistar su futuro.
Entramos en un
año electoral, en que los miserables de Cambiemos reacomodan con radicales sus
porotos para construir una fórmula alternativa al Frente de Todos para
desmantelar el futuro de este país y subordinarlo a las necesidades de
rentabilidad de los grupos económicos y a los interese geopolíticos de Estados
Unidos.
Con otras formas,
Sergio Massa que trabaja inobjetablemente para los mismos patrones yanquis que
Larreta, aguarda los tiempos electorales para saber si pasa papelones en ésta o
espera al tiempo siguiente para terminar de cumplir con las tareas
comprometidas con Estados Unidos.
El destino
electoral del Frente de Todos, puede incluír conflictos en los nombres, pero no
tiene en su gestación, un debate sobre una agenda sobeana, que involucre el
protagonismo del Estado para consolidar independencia económica y que se
proponga conquistar un destino de justicia social en la vida real de los Argentinos,
alejada de las máximas risibles que escriben los dirigentes en twitter.
2023 será el año
en que la clase política ande rezando que a nadie se le ocurra imprimir una
boleta de la Scaloneta para la próxima elección, y repetir de modo trágico
aquella elección del 2001 que anticipaba la rebelión popular frente al tamaño
de la entrega heredada del menemismo y De la Rúa.
Un año que
arranca con Milagro Sala presa, con las garras del FMI sobre el bolsillo de
nuestros humildes y nuestros jubillados, con nuestros bienes comunes en manos
extranjeras, con un show de Leliq que marca un descontrol de la timba
financiera y con millones de jubilados cobrando 50 lucas para poder inventarse
la vida cotidiana.
Se nos viene un
año plagado de conflictos. Un año en que la organización popular necesita
reivindicarse y pensar desde sus propias necesidades el destino de su
convicciones. Un año en que los Patriotas que siguen viendo la política como
instrumento de libeación, forjen la agenda necesaria que despegue la política del
conchabo con el que sueñan los políticos profesionales, que buscan ser
invisibles para que nadie les pregunte que carajo hacen aferrados a un cargo o
una banca en el marco de un gobierno que sólo trae ingratitud con nuestro
pueblo.
Se nos viene el
año de la agenda patriótica y las reivindicaciones populares que se producen en
la calle. A veces en el silencio aturdidor de los medios hegemónicos, pero
siempre con la dignidad en la que se forjan las grandes epopeyas.
Se viene,
también, un año para seguir construyendo InfoNativa. Por eso nos tomamos
tres semanas para tomar carrera y volver con todo en un 2023 en el que sigamos
poniendo en palabras, debates y desafíos, la Patria que seguimos soñando.
Pasá nomás 2023,
te estábamos esperando…
Otras similares