21/1/2021
Internacionales
¿Biden podrá revertir la decadencia norteamericana?
“La pandemia aceleró la disputa hegemónica en el siglo XXI, favoreciendo el bloque de potencias emergentes y un mundo multipolar” analiza el intelectual brasileño, Emir Sader.

Emir Sader
Publicado el 21 de Enero de 2021

Trump deja al gobierno de Estados Unidos en una situación
de aislamiento internacional, que el país no había vivido en mucho tiempo.
Cerrado sobre sí mismo, con conflictos incluso con sus aliados europeos. Frente
a una alianza entre China y Rusia, luego de ceder espacio para que estos
opositores avancen en alianzas en áreas previamente prevalecientes en Estados
Unidos, como Latinoamérica, Europa y todo el Pacífico.
Biden incluyó en su campaña el rescate de Estados Unidos
de su aislamiento internacional. Lo que representa mucho más que eso: el
intento de revertir el ya largo proceso de decadencia estadounidense.
Paradójicamente, empezó esa decadencia cuando, al final
del campo socialista, Estados Unidos se convirtió en la única superpotencia a
escala mundial. Pero al mismo tiempo, con el fin del ciclo desarrollista, el
neoliberalismo se perfila como el modelo económico predominante.
La espectacular expansión del neoliberalismo a escala
mundial escondió otro fenómeno: la incapacidad del nuevo modelo para conquistar
bases sociales de apoyo y estabilidad política, privilegiando los intereses del
capital financiero. Esta nueva política económica rompió con décadas de
reducción de la desigualdad y volvió a un período de profunda y extensa
concentración del ingreso.
La euforia con el neoliberalismo fue rápidamente
acompañada por la incapacidad del modelo para reanudar el crecimiento económico
y generar empleos. La crisis de 2008, considerada casi similar a la de 1929,
arrojó la economía internacional a una recesión que no terminará hasta la llegada
de la nueva crisis, iniciada el año pasado.
Si antes EEUU proponía un modelo centrado en las grandes
corporaciones multinacionales, de las cuales las de la industria automotriz
eran las más destacadas, pasó a proponer un modelo centrado en el capital
financiero, no comprometido con el crecimiento industrial y la expansión de los
mercados internos de consumo.
La decadencia estadounidense en el mundo tiene su aspecto
de pérdida de la hegemonía de Estados Unidos en el mundo y el aspecto decadente
de la economía estadounidense y el modelo que proponen para el mundo entero.
Estados Unidos perdió su capacidad de liderazgo político e ideológico, mientras
que China expandió sus relaciones en el mundo, teniendo como tarjeta de
presentación su poder económico, que solo se consolidó en su capacidad de
recuperarse de la crisis recesiva de 2020.
Biden propone rescatar la gloria pasada de Estados Unidos,
comenzando con un importante plan de recuperación económica para el país. Un
plan que, por un tiempo, tendrá el efecto de paliar la profunda recesión
económica derivada de la pandemia, que cortó la recuperación que mostraba la
economía hasta principios del año pasado.
A nivel político internacional, el regreso de EEUU a los
Acuerdos de París tiene el papel simbólico de deshacer los reveses de la
administración Trump, de restablecer el bloque norteamericano, que tiene en
Europa y Japón sus aliados fundamentales. Los países latinoamericanos que son
víctimas directas de la administración Trump, como México y Cuba, ya conocen
las posturas relajadas del nuevo gobierno.
Pero los principales obstáculos para Biden provienen no
solo de la situación de depresión económica en Estados Unidos y en el mundo,
sino principalmente de la expansión de la influencia de China y su alianza con
Rusia, que ahora está presente en todos los continentes del mundo. Si el siglo
X XI aparecía ya como la disputa hegemónica entre el poder decadente de Estados
Unidos y el surgimiento de un mundo multipolar, en el que China y Rusia
tendrían un papel fundamental, la crisis pandémica sólo aceleró esta disputa,
favorablemente al último.
En las relaciones con este bloque, Biden no tiene mucha
capacidad de maniobra, manteniendo relaciones que fluctúan entre conflicto y
convivencia, pero en un clima más desfavorable para Estados Unidos. En primer
lugar, por la fortaleza de la economía china, que propone un modelo económico
antiliberal, lo que explica la capacidad de recuperación de la economía china y
su constante crecimiento récord en las últimas décadas.
Biden tendrá que remar contra la corriente, sobre todo
porque todavía tendrá que afrontar la acción opositora de Trump en casa. Hereda
una situación de EEUU en el mundo no solo de aislamiento, sino que también
proyecta una imagen dolorosa, por la actuación de Trump, incluida la invasión
del Capitolio, lo que incide directamente en la imagen idílica de democracia
que EEUU proyectaba en el mundo.
La pandemia aceleró la disputa hegemónica en el siglo XXI,
favoreciendo el bloque de potencias emergentes y un mundo multipolar. La tarea
de Biden no será fácil.
Emir Sader, sociólogo y científico político
brasileño, es coordinador del Laboratorio de Políticas Públicas de la
Universidad Estadual de Rio de Janeiro (UERJ).
Otras similares