14/5/2022
Política
Boleta única o boleta oculta: el arte de discutir sin diagnóstico ni solución
Pocos advierten que con la boleta única la "sábana" se hace capa y es posible que los pregoneros de la transparencia la usen para hacer "magia".

Teresa García
Publicado el 14 de Mayo de 2022

En Argentina asistimos hoy a un debate que se reedita desde
hace algunos años antes de cada elección: ¿es necesario reformar el sistema de
emisión del sufragio?
Se propone cambiar la tradicional boleta partidaria con la
que votamos desde el siglo XIX por una boleta única (BU) que contenga en un
mismo papel la oferta electoral completa, de todos los partidos. Sectores de la
oposición propugnan este cambio bajo el argumento de la transparencia, tiñendo
de dudas un sistema electoral que, aunque perfectible, garantiza desde hace
años elecciones limpias.
Se pasean por los canales de televisión criticando el
sistema electoral argentino, en especial la mal denominada "lista
sábana", argumentando que el electorado sólo conoce al primer candidato o
candidata del espacio político y que luego en los restantes lugares se ponen
personas desconocidas. Pero pocos advierten que con la boleta única la
"sábana" se hace capa y es posible que los pregoneros de la
transparencia la usen para hacer magia.
Un cambio a las apuradas conlleva el riesgo de no resolver
los problemas que se aduce tiene el sistema actual y, peor aún, puede producir
efectos no deseados y nocivos, tanto para el sistema político como para los
partidos en su conjunto.
Ante esta circunstancia parece oportuno poner en cuestión
ciertos "mantras" sobre los que se basa la falacia de que con la
boleta única se acabarían los problemas de nuestra democracia
Esto no supone demonizar a la boleta única que, como es bien
sabido, tiene múltiples y conocidas ventajas, sino clarificar y profundizar
para evitar caer en posiciones reduccionistas.
1) Ningún sistema de emisión del sufragio es perfecto. Todo
sistema tiene ventajas y desventajas. Por eso, no es posible analizar el cambio
de un instrumento de votación fuera de un contexto específico o despojado de
los efectos que podría tener sobre el sistema de partidos o el comportamiento
de los electores.
2) En Argentina no hay problemas de fraude electoral. Las
fuerzas políticas reconocen que el sistema funciona. Claro que todo sistema es
perfectible, pero nunca el resultado de las elecciones se ha puesto en
cuestión. Incluso quienes con falta de responsabilidad democrática declaman que
el sistema es fraudulento y que por eso se debería cambiar el instrumento de
votación han ganado elecciones y crecido como fuerza política bajo el cobijo de
este sistema.
3) No es cierto que con la boleta única el elector disponga
de más información para votar, todo lo contrario. Este tipo de boleta, por su
diseño, oculta información al elector, pues solo los 3 primeros candidatos de
la categoría son visibles. En este sentido, el elector cuenta con menos
información que con el sistema actual. Esto no solo favorece una mayor
personalización (y en ocasiones farandulización) de la política, sino que
debilita a las agrupaciones partidarias. En la Provincia de Buenos Aires, por
ejemplo, que elige cada dos años 35 diputados nacionales, 32 quedarían fuera de
la vista del elector.
4) En distritos populosos (como la PBA) la conjunción de
boleta única y elecciones primarias puede ser extremadamente problemática en
términos operativos.
Para darnos una idea, en las PASO 2021, en mi distrito, San
Isidro, tuvimos: 27 listas para diputados nacionales, lo que hizo que haya 945
precandidatos, más los 270 suplentes; 22 listas de senadores provinciales, por
lo que hubo 132 precandidatos, más 66 suplentes. Pero también se eligieron 12
concejales con base en 21 listas, lo que arroja 252 candidatos a concejales,
más 168 suplentes, más 84 consejeros escolares, más 84 suplentes.
Todo eso hace un total de ¡2001 precandidatos y
precandidatas en una esclarecedora boleta única del tamaño de una frazada
(incluso cuando solo se muestran los primeros 3 candidatos)!
5) Cambiar el sistema de emisión del voto tiene efectos
sobre la gobernabilidad y el sistema de partidos. El uso de la boleta única
puede alentar el voto cruzado y de este modo, dificultar la gobernabilidad y
generar parálisis legislativa al producir mayorías legislativas de diferente
color al ejecutivo y profundizar la fragmentación del sistema de partidos.
6) Al igual que con otros sistemas, con boleta única los
fiscales son imprescindibles. Aunque es cierto que, por su lógica constitutiva,
desalienta el posible robo de boletas (ya que no hay incentivos para robar
boletas en las que están todos los partidos), no es cierto que bajo este
sistema no se requiera la presencia de fiscales partidarios.
No olvidemos que el rol central de los fiscales es velar por
el correcto recuento de los votos y "cuidar" los votos de su partido.
Esta tarea que ocurre en el escrutinio de mesa seguirá
existiendo y los fiscales continuarán siendo figuras centrales en
representación de los partidos el día de la elección, en especial ante la
incorporación de un instrumento nuevo y con lógicas de recuento diferentes a
los anteriores.
Si queremos construir una mejor democracia deberíamos
tomarnos muy en serio este tema por sus posibles consecuencias y encuadrarlo en
el conjunto de los debates que atañen al sistema electoral.
Hay problemas tanto o más urgentes que el cambio de la
boleta de sufragio. Por ejemplo, en el orden provincial, la desproporcionalidad
en la representación afecta seriamente a la provincia de Buenos Aires. Sin
embargo, estos problemas no gozan del mismo atractivo mediático ni son bandera
del republicanismo de taquilla.
Si nuestro espacio político promoviera esta discusión nos
estarían acusando de querer inclinar la cancha, pese a que la Constitución
Provincial establece mecanismos para su actualización.
Seamos honestos y responsables con la gente, como dirigencia
política que somos, y no reduzcamos esta discusión a opciones maniqueas que
poco explican la complejidad del tema.
Si vamos a debatir, que sea en serio.
Teresa García es senadora bonaerense por el Frente de Todos.
Otras similares