26/11/2022
Internacionales
Bolivia enfrenta cambios políticos trascendentales
La confluencia de conflictos regionales, políticos y sociales dentro y fuera del gobierno y del MAS contrasta con un panorama económico estable.

Eduardo Paz Rada
Publicado el 26 de Noviembre de 2022

La incertidumbre y falta de decisiones
estratégicas de los principales conductores de la “Revolución Democrática y
Cultural” en Bolivia; las variadas reuniones entre el Presidente y Líder del
Movimiento Al Socialismo (MAS), Evo Morales Ayma, con el Presidente y el
Vicepresidente del Estado Plurinacional, Luis Arce Catacora y David
Choquehuanca, a veces con los Ministros, otras con los dirigentes de los
Movimientos Campesinos, Indígenas, Interculturales y Mujeres y la Central
Obrera Boliviana (COB) y otras con dirigentes del MAS, sin resultados
efectivos; y la realización de gigantescas concentraciones y marchas de
centenares de miles de hombres y mujeres de los sectores populares “en defensa
de la democracia y el gobierno del MAS”; son las huellas características del
momento actual en el país.
Enfrente, la oposición neoliberal,
conservadora y oligárquica, constituida en primer lugar por el Comité Cívico de
Santa Cruz, los medios de comunicación empresariales, los partidos minoritarios
de la Asamblea Legislativa, Comunidad Ciudadana (CC) de Carlos Mesa y CREEMOS
de Fernando Camacho, actual Gobernador de Santa Cruz, algunas plataformas
ciudadanas y sectores sociales y agentes de la derecha latinoamericana
instalada en Miami y Washington; intentan repetir el libreto del Golpe de
Estado de octubre-noviembre de 2019 aprovechando cualquier tema o asunto
coyuntural y, ahora, las disputas en el oficialismo.
La confluencia de conflictos regionales,
políticos y sociales dentro y fuera del gobierno y del MAS contrasta con un
panorama económico estable, en el cual los indicadores de crecimiento
económico, exportaciones, balanza comercial, balanza de pagos, inflación,
estabilidad monetaria e industrialización marcan resultados positivos, a pesar
de las presiones negativas de la crisis económica internacional post pandemia y
por la Guerra de Ucrania.
Tensiones endógenas y exógenas
En este contexto general, los avatares que
enfrenta en las últimas semanas el proceso político en el país se ha acentuado
aceleradamente tanto por acciones desde la oposición regional y política y los
medios de comunicación de las corporaciones privadas por el tema relacionado a
la fecha de realización del Censo de Población y Vivienda y por los conflictos
dentro del bloque de poder constituido por el Pacto de Unidad (PU), la COB, los
parlamentarios de la Asamblea Legislativa, los ministros del gobierno central y
la dirigencia del MAS, abriendo así una serie de interrogantes sobre las
perspectivas de las transformaciones históricas y revolucionarias desarrolladas
en los últimos veinte años.
El paro de actividades impulsado
regionalmente por el Comité Cívico, la Gobernación y el denominado Comité
Interinstitucional de Santa Cruz que, mediante la violencia y las acciones de
los grupos de choque de la Unión Juvenil Cruceñista (UJC), impugnando la fecha
de realización del Censo Nacional de Población y Vivienda, fijada por el
gobierno para 2024, y pidiendo su realización en 2023, se extendió por más de
tres semanas, provocando pérdidas estimadas por el gobierno en mil millones de
dólares, la muerte de cuatro personas y enfrentamientos violentos con la
policía. Este movimiento lo conducen Fernando Camacho y Rómulo Calvo que, junto
a Jeanine Añez, ahora presa y sentenciada a diez años de cárcel, ejecutaron el Golpe
de Estado de 2019.
Camacho y Calvo representan a los sectores
de poder regional, a los terratenientes del oriente, a las logias Toborochi y
Caballeros del Oriente y cuentan con el respaldo de grupos federalistas y
separatistas. En sus movilizaciones sus dirigentes demandaron a la Policía
Boliviana y a las Fuerzas Armadas a asumir posiciones adversas al gobierno,
como lo hicieron en 2019 cuando se ejecutó el Motín Policial y la
insubordinación de los altos mandos militares para derrocar a Evo Morales. Asimismo,
debido a su relación con los grandes agroexportadores soyeros y Gobernadores de
los estados brasileños limítrofes, estas logias mantenían expectativas de que
Jair Bolsonaro consiga ganar las elecciones en Brasil.
Ante esta situación las organizaciones
populares de la ciudad de Santa Cruz, juntas vecinales de los barrios
periféricos, transportistas, comerciantes, vivanderas y gremiales que se veían
perjudicados económicamente, se enfrentaron contra los impulsores del paro, y
simultáneamente los movimientos sociales de campesinos, mujeres campesinas,
indígenas e interculturales del Pacto de Unidad (PU) y del MAS rodearon y
cercaron la ciudad de Santa Cruz impidiendo el ingreso de alimentos y otros
productos de consumo; generando una situación alta tensión y enfrentamientos
violentos.
Rechazo al diálogo y al consenso
Mientras tanto los medios de comunicación
empresariales, especialmente los periódicos El Deber, Los Tiempos y Página
Siete y los Canales UNITEL y UNO desarrollaron campañas abiertamente conspirativas
contra el proceso democrático buscando repercusiones y apoyos al movimiento
cruceño desde las otras regiones de Bolivia, especialmente la sede de gobierno,
sin conseguir respaldo importantes, excepto pequeñas marchas y concentraciones
en Cochabamba, Tarija y La Paz que no tuvieron mayor repercusión
El presidente del Estado Plurinacional y
las autoridades abrieron diversos canales de diálogo y debate en los nueve
departamentos del país en torno a la definición técnica de la fecha del censo
contando con el asesoramiento de funcionarios de la Organización de las
Naciones Unidas (ONU) y Centro Latinoamericano de Demografía (CELADE). El
gobierno, después de consultas con todas las Gobernaciones, Municipios,
Instituciones y Universidades de Bolivia y de realizar una Cumbre Nacional en
la ciudad de Cochabamba, determinó establecer para el 23 de marzo de 2024 la
fecha definitiva, dejando aislado al movimiento radical de la derecha violenta
y antidemocrática.
Los resultados del Censo serán importantes
porque permitirán definir la distribución de recursos económicos en función del
número de habitantes en cada departamento, municipio y universidad pública, así
como la redistribución de escaños parlamentarios para las elecciones de 2025.
Al respecto, el Tribunal Electoral Plurinacional firmó un acuerdo con la Cámara
de Diputados y el Ministro de Planificación para asegurar que los resultados
censales sean entregados en septiembre de 2024.
A pesar de este consenso, los grupos
radicales de la Gobernación y el Comité Cívico de Santa Cruz y sus grupos de
choque de la Unión Juvenil Cruceñista continuaron realizando operativos de
violencia de carácter racista y discriminador contra comerciantes y vendedores
de mercado y habitantes de los suburbios cruceños, la mayoría de estos
migrantes collas, es decir originarios del occidente de Bolivia.
Controversias en el gobierno y en el mas
Paralelamente, los enfrentamientos verbales
entre dirigentes sociales y políticos, parlamentarios y ministros dentro del
oficialismo se fueron acentuando, al extremo de producirse divisiones en la
bancada parlamentaria del MAS e inclusive pugilato entre diputados. El Ministro
de Justicia, Iván Lima, asumió posiciones públicas solidarias con
parlamentarios, dirigentes y periodistas de la oposición conservadora, el
diputado Rolando Cuellar abrió una campaña difamatoria contra el jefe y líder
del MAS, Evo Morales, recibiendo el respaldo de algunos funcionarios públicos.
Por su parte, el segundo dirigente del MAS,
Gerardo García, acusó a varios Ministros y al Vicepresidente del Estado, David
Choquehuanca, de realizar, desde sus despachos, campañas contra el MAS, el
parlamentario oficialista Héctor Arce lanzó denuncias de corrupción de
autoridades de alto nivel del gobierno y el ex Ministro de Gobierno que no pudo
frenar el motín policial de 2019, Carlos Romero, atacó duramente al gobierno
por retrasar la fecha del censo, coincidiendo con la oposición oligárquica.
Las especulaciones giran alrededor de un
tema vinculado al futuro político del MAS y también del proceso de
transformaciones políticas, sociales, culturales y económicas en términos de
las futuras candidaturas presidenciales para las elecciones de 2025.
Declaraciones de dirigentes de segundo y tercer nivel se han manifestado por
opciones diferentes: unos se pronuncian por la candidatura presidencial de Evo
Morales y otros por la de Luis Arce; el primero ha manifestado que la decisión
al respecto recién se adoptará en 2024 y ahora corresponde defender al
gobierno. Inclusive, las normas electorales establecen la realización de
elecciones primarias.
Antecedentes de la conspiración
Durante el primer mandato del Presidente
Evo Morales, cuando se nacionalizaron los hidrocarburos y recuperaron para el
Estado las empresas privatizadas y en medio del debate para la aprobación de la
Constitución del Estado Plurinacional de Bolivia en septiembre y octubre de
2008, se produjo un conato de guerra civil también en Santa Cruz y el oriente
del país que buscaba impulsar el federalismo y separatismo territorial y político
impulsado también por Comités Cívicos y autoridades regionales, provocando
enfrentamientos violentos y la derrota de los federalistas auspiciados por los
terratenientes y agroexportadores.
En esa oportunidad, el gobierno de Evo
Morales determinó expulsar al embajador de Estados Unidos, Philip Golberg, por
injerencia política y apoyo a los subversivos; entretanto la Cumbre de
presidentes de la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR), reunida en Santiago
de Chile a iniciativa de Lula Da Silva, Michelle Bachelet y Hugo Chávez, daba
su respaldo al gobierno elegido democráticamente.
El siguiente movimiento conspirativo de la
derecha radical y neoliberal se produjo en octubre-noviembre de 2019 con la
ejecución del Golpe de Estado cívico-policial-militar que obligó a Evo Morales
a salir del país en una situación de emergencia ante riesgo de atentado contra
su vida apoyado por el presidente Andrés Manuel López Obrador que envío un
avión militar desde México y Alberto Fernández, electo presidente argentino.
En ese momento el artificio fue un supuesto
fraude electoral ante el cuarto triunfo electoral del MAS; se produjo una
movilización masiva de sectores medios y acomodados dirigidos por Fernando
Camacho del Comité Cívico de Santa Cruz seguida por un Motín Policial y el
pedido de renuncia por parte de las Fuerzas Armadas. Inmediatamente los
gobiernos de Estados Unidos (Donal Trump) y Brasil (Jair Bolsonaro)
reconocieron al gobierno de facto y el Secretario General de la OEA, Luis
Almagro se convirtió en respaldo del gobierno de Añez.
Golpe y resurrección
La ejecución del Golpe fue coordinada por
funcionarios de las embajadas de Estados Unidos, la Unión Europea y Brasil, los
obispos de la Iglesia Católica, los dirigentes políticos Carlos Mesa, Fernando
Camacho, Samuel Doria Medina y Jorge Quiroga que se reunieron en las oficinas
de la Universidad Católica y definieron que la senadora Jeanine Añez asuma la
presidencia del país.
Después de algunos meses de estupor popular
y cuando el gobierno de facto implementaba medidas a favor de terratenientes,
bancos privados, transnacionales, medios de comunicación que apoyaron el Golpe
y grupos empresariales privados, descuidando la atención a la población frente
al COVID 19 y postergando sistemáticamente la realización de nuevas elecciones,
los movimientos populares, son el MAS, la COB y el PU a la cabeza, impulsaron
una resistencia en todo el territorio nacional que en agosto de 2020 se
convirtió en una movilización nacional-popular, obligando a convocar a
elecciones en octubre de 2020.
En estas elecciones nuevamente el MAS ganó
con el 55% de votos -en 2005 lo hizo con 54%, en 2009 con 64%, en 2014 con 61%
y en 2019 con 47%- siendo candidatos a la presidencia Luis Arce y a la
vicepresidencia David Choquehuanca, ambos exministros de Economía y Relaciones
Exteriores, respectivamente, de Evo Morales, quien se encontraba exiliado en
Argentina, después de su paso por México. La nominación inicial de candidatos
fue planteada por las organizaciones populares del Pacto de Unidad en Bolivia
con David Choquehuanca a la presidencia y Andrónico Rodríguez a la presidencia
y luego, en consulta con Evo Morales en Buenos Aires, surgió el binomio
Arce-Choquehuanca.
Desenlace abierto
En los dos últimos años el gobierno del MAS
ha identificado varios desafíos relacionados a los temas políticos, económicos
e internacionales: mantener la estabilidad y el crecimiento económico, asegurar
la unidad interna y enfrentar los conflictos con cohesión y participar
activamente en los procesos de integración regional en ALBA, CELAC, CAN y en la
reconstrucción de UNASUR y, al mismo tiempo, enfrentando varios conflictos
frente a los cuales el conjunto del movimiento nacional y popular ha realizado
al menos tres grandes marchas con más de un millón de adherentes que se
pronunciaron por la defensa del proceso de cambio, en estas marchas,
concentraciones y movilizaciones participaron Evo Morales, Luis Arce y David
Choquehuanca como los principales referentes del actual proceso.
Este panorama permite advertir que si los
principales dirigentes y autoridades, Evo Morales, Presidente del MAS, Luis
Arce, Presidente del Estado, y David Choquehuanca, Vicepresidente, no
encuentran un acuerdo de unidad y coherencia, exigido por las organizaciones
populares y sindicales de todo el país, las perspectivas políticas del proceso
revolucionario nacional-popular se presentarán muy difíciles poniendo en riesgo
las transformaciones económicas, políticas y sociales realizadas en Bolivia.
La rebelión de octubre de 2003, que expulsó
de Bolivia al neoliberalismo representado por Gonzalo Sánchez de Lozada, fue el
impulso de veinte años del proceso de liberación nacional; ahora, la
resistencia, lucha y derrota del Golpe de Estado y del gobierno de facto abre
un nuevo periodo que deberá servir para profundizar la lucha
antiimperialista y aportar a la
construcción de un socialismo latinoamericano y caribeño.
Eduardo Paz Rada. Sociólogo boliviano y
docente de la UMSA.
Otras similares