14/5/2022
Opinión
Consideraciones teórico-metodológicas para la disputa por el sentido
"Es imprescindible organizar las batallas por el Sentido como una verdadera revolución que, si se desarrolla en toda su extensión, está llamada a convertirse en uno de los acontecimientos científicos más importantes de este momento histórico."

Fernando Buen Abad
Publicado el 14 de Mayo de 2022

Nada hay en la investigación semiótica que pueda atomizarse
o separarse del contexto histórico y social. Nada hay que pueda ignorar las
determinaciones objetivas del debate Capital-Trabajo y, desde luego, nada es
comprensible sin el reconocimiento sistematizado de las luchas semióticas
emancipadoras protagonizadas por los pueblos según sus diversidades, su grado
de organización, desarrollo e intervención transformadora.
Nosotros sabemos que en el corazón de la lucha de clases se
verifica, también, la disputa por el “Sentido”. Sabemos que tal cosa no es
una controversia sólo para imponer ideas sino que se trata
de una guerra, fundamentalmente, económica que despliega multiplicidad de
armamentos incluyendo las armas de guerra ideológica. Nosotros sabemos que se
trata de una guerra híbrida que mezcla, en una dinámica vertiginosa, ofensivas
estéticas, morales, psicológicas, éticas… para garantizar al poder hegemónico
burgués, larga vida y control absoluto sobre toda riqueza material e
intelectual. Para garantizar el poderío sobre la clase oprimida. Por eso
debemos transparentar los intereses en la producción del conocimiento.
Es necesario problematizar para intervenir con un modelo
teórico-metodológico que cuantifique y cualifique el diagnóstico y el
pronóstico, el análisis y el programa de intervención. El diagnóstico y la
terapéutica. La observación y la transformación. La praxis. Es preciso
subordinar las herramientas a los propósitos. Jamás lo contrario. No confundir
la táctica con los principios. No unir para uniformar. No totalizar para
reducir o simplificar. No omitir la ética ni burocratizar la crítica. Es
preciso romper con todas las emboscadas con que se ha pervertido a la ciencia
y, a cambio, re-politizarla y revolucionarla. Derrotar al fetichismo de la
metodología.
En la producción de Sentido, en sus medios, modos y
relaciones de producción se expresan íntegramente los intereses semánticos de
clase, incluso en sus dispositivos más sofisticados. Incluso en los retruécanos
ideológicos más perversos que hacen parecer “progresistas” a los intereses
opresores más aviesos. Eso incluye teorías del Estado, teologías, Iglesias,
academias y sectas de todo tipo. Eso incluye al “opio del pueblo” en todos sus
modos y sus medios. Hemos tenido tiempo suficiente para conocerlos e impedirles
que sigan engañándonos.
Nuestra semiosis se produce a partir de la
realidad, de la experiencia objetiva que alimenta nuestra comprensión de lo
general en la relación de la práctica y la experiencia base del conocimiento.
Es eso lo que ponemos en comunicación, en comunidad para desarrollar la
producción, la ciencia y la técnica cada día más complejos y profundos. También
así podemos identificar, en la mercancía, los valores en uso y en cambio del
Sentido. Podemos identificar las mercancías ideológicas y
su plusvalor ideológico. Sus financiamientos, sus mercados, sus
estrategias de fidelidad y sus ciclos reproductivos. Toda la gama de sus
trampas, sus argucias semántico-sintácticas y los repertorios de sus
estereotipos diseñados para interlocutores prefabricados en segmentaciones
tributarias del modo de vida, fabricado por la burguesía, para sí y para sus
subordinados. Es imposible estudiar la producción de Sentido sin caracterizar
el entorno capitalista de su producción.
No nos sirven los métodos del empiriocriticismo, ni los
manuales para esconder la lucha de clases, ni las trampas para negar la
dialéctica, ni los protocolos del subjetivismo escapista. No nos sirve la
lógica de las evidencias en consensos ni los consensos de sectas. Necesitamos
que lo cualitativo y lo cuantitativo conformen una ética emancipadora con
programa crítico y revolucionario. Eso sería lo nuevo.
Es indispensable hacer visible y auditable
la trazabilidad filosófica en el despliegue de la investigación
científica y es indispensable la crónica de la autocrítica operando en
simultáneo con el análisis y el pronóstico de intervención. Paso a paso sin
dejar fisuras argumentales (voluntarias o involuntarias) por donde pudieran
filtrarse intereses ideológicos o económicos que degeneren la investigación
como suele degenerarse bajo la lógica mercantil. Es indispensable investigar la
producción de Sentido sin omitir su distribución y su “consumo”. Semántica,
sintáctica y dialéctica en cada etapa de la producción y contrastarla con todos
los factores de la producción. Tierra, trabajo y capital. Para no perder el
Sentido ni sus disputas históricas.
En ese marco de requisitos teórico-metodológicos es que
necesitamos una tipología y taxonomía del Signo como producción necesariamente
social, diversa, histórica y geosemiótica. Clasificaciones que no compriman la
diversidad ni la cultura del Signo, ni le reste memoria territorial ganada en
las batallas identitarias de su origen. Son muchas las advertencias defensivas
que deben organizarse para evitar las trampas ya padecidas y son muchas las
herramientas necesarias para configurar un instrumental científico pertinente a
los intereses emancipadores que la especie humana necesita y construye
históricamente. Eso incluye cuerpos epistemológicos de una semiótica
emancipadora y emancipada. Pedagogía y didáctica de la producción de Sentido
nuevo. Estética y Ética en fin; Filosofía científica para la transformación de
la producción de Sentido sin capitalismo.
Hay que ordenar las fuentes y la crítica a las fuentes,
también. No nos sirven las bibliografías fetiche ni los gráficos decorativos,
por más solvencia que aparenten. No nos sirven los testimonios ni las
entrevistas sin el mapa de sus intereses y compromisos. No nos sirven las
estadísticas ni las encuestas sin explicación exhaustiva sobre quién las
financia. La investigación no es un acto de fe entre compadres. Hay que
politizar la metodología. Tal como exigían Eli de Gortari y Adolfo Sánchez
Vázquez.
Es imprescindible organizar las batallas por el Sentido como
una verdadera revolución que, si se desarrolla en toda su extensión, está
llamada a convertirse en uno de los acontecimientos científicos más importantes
de este momento histórico. Asumir una responsabilidad importante ante las
ofensivas imperiales decididas imponernos, entre mil canalladas, su guerra
cognitiva desplegada, incluso, por la OTAN. Debemos desarrollar batallas por el
Sentido, también, en los terrenos científicos. Asumir la responsabilidad
histórica de la emancipación del Sentido con lo que en sí mismo significa.
Situarnos como protagonistas ante todo lo que se puede aprender, desplegar la
autocrítica sobre nuestros puntos de vista y prácticas, que no son infalibles,
y situarnos en esa posición profundamente ética, de verdadera valoración de lo
que no hemos sabido hacer y de las debilidades que nos cuestan demasiado.
Asumir que todos estamos aprendiendo, en pie de lucha, mientras usamos las
mejores armas de la teoría y la metodología, verdaderamente transformadoras.
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