23/2/2021
Sociedad
"Es posible que de acá a un año la Argentina tenga su propia producción de vacunas”
Así lo afirmó el Rector de la Universidad Nacional de San Martín, lugar donde se desarrolla la vacuna argentina contra el Covid-19 que está por comenzar la prueba en humanos
Publicado el 23 de Febrero de 2021

Desde hace seis meses la Universidad Nacional de San Martín
(UNSAM) y el Conicet, avanzan en conjunto en el desarrollo de una vacuna contra
el Covid-19. Hoy, la investigación símbolo de orgullo nacional, está por
iniciar las pruebas de la fase 1.
"La vacuna que se desarrolla en la Universidad Nacional
de San Martín avanza con la fase preclínica con muy buenos resultados. Lo que
sigue es lograr un acuerdo con un laboratorio privado para iniciar la fase 1,
que son las pruebas en humanos", declaró el rector Carlos Greco.
El proyecto se viene desarrollando gracias a la tenacidad de
Juliana Cassataro, quien se encuentra a la cabeza de la iniciativa, y un gran
equipo de científicos y científicas de distintos rubros que trabajan en
conjunto para sacar adelante la vacuna que podría garantizar la soberanía
nacional en cuanto a la inmunización del virus en el mediano y largo plazo.
También gracias al apoyo estatal por parte de la Agencia Nacional de Promoción
de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i)
en el marco de la Unidad Coronavirus que integra junto con el Ministerio de
Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación y el Conicet.
Un desarrollo que se planta en medio de un contexto en el
que la escasez de vacunas alrededor del mundo deja expuesta la cultura
individualista de la etapa, con escándalos mediáticos comandados por la agenda
de los medios hegemónicos de comunicación alrededor del mundo.
En la actualidad son las grandes corporaciones farmacéuticas
las que tienen en sus manos la producción, la distribución y la definición del
precios de las vacunas. Sin embargo, este proceso no hubiera sido posibles sin
el constante apoyo y financiamiento de los estados nacionales.
Lamentablemente, no son esos estados, sino los gigantes
empresariales a los que poco les importa la salud de millones de personas de
todo el mundo, ya que están tras los negociados y no tras valores de
solidaridad, justicia social y bienestar de la ciudadanía; son quienes deciden
actualmente a quiénes y de qué forma se venden las dosis de vacunas capaces de
inmunizar a la población contra el virus.
En nuestro país, la investigación hasta el momento ha sido
llevada a cabo en una Universidad pública junto con organismos estatales y eso
la hace una bandera de resistencia ante un mundo completamente cooptado por el
lucro y la crueldad de vender la fórmula que podría salvar millones de vidas.
No obstante, tras cuatro años de desfinanciamiento, recortes
y desprecio a la ciencia nacional, por parte de la gestión de la alianza
Cambiemos, en ese entonces encabezada por Mauricio Macri; es cuesta arriba el
camino para llegar a la vacuna de industria nacional y la Universidad ya ha
anunciado que la siguiente etapa se buscará que la financie un laboratorio privado.
A pesar de esta noticia que indica que la vacuna no será
completamente desarrollada por el área pública, por lo que no será en su
totalidad de las y los 45 millones de argentinos. En este marco, esperanzan las
afirmaciones del rector de la UNSAM, Carlos Greco, quien en diálogo con Radio
Cooperativa puntualizó "es posible que de acá a un año la Argentina tenga
su propia producción de vacunas sin necesidad de negociaciones con laboratorios
extranjeros". Esto quiere decir que, aunque una parte de la investigación
tenga una acotada injerencia privada, "en el futuro significaría una
soberanía científica tecnológica, cuando se alcance la producción de la vacuna
que para esta enfermedad significará que no dependeremos de estas complejas
negociaciones con otros productores internacionales”.
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