17/7/2021
Sociedad
Futbol y Ciencia: Gol en contra
El torneo de fútbol local arranca este fin de semana con un fixture que buscaba garantizar condiciones justas, pero cuyo sorteo «dirigido» provoca más inequidades que las que evita. La importancia de utilizar un modelo matemático que identifique, dado un número de variables, el programa más ecuánime.

Pablo Taranto
Publicado el 17 de Julio de 2021

¿Permitirá la pandemia que el público
argentino vuelva a las canchas de fútbol durante el próximo torneo? Es
prematuro afirmarlo. Hasta aquí, los estadios vacíos relativizaron la
importancia de la localía. Durante la Copa Maradona, el primer campeonato
organizado por la Asociación del Fútbol Argentino en la era del COVID, los
triunfos visitantes fueron más (56 contra 45). Es lógico imaginar que, con la
presión de los hinchas, ser local vuelva a ser un elemento que potencie el
rendimiento de los equipos. Ahora bien, ¿con cuánta justicia se adjudica a cada
club la localía en un partido y se la quita en otro?
La pregunta suena incorrecta. Porque existe
un sorteo. Recientemente, la Liga Profesional de Fútbol dio a conocer el
fixture del campeonato 2021, que comienza este fin de semana. Sin embargo, se
trata de un “sorteo dirigido”. E involucra una serie de condiciones que
conspiran contra un resultado equitativo.
“Lo que suele usar la AFA es una plantilla
de partidos en fechas preestablecidas, lo que se conoce como ‘esquema
canónico’. Es decir, a priori sabemos en cada fecha quién juega
contra quién, a través de números en lugar de equipos, por ejemplo: en la
primera fecha el 1 enfrenta al 26; el 2, al 25, etcétera. Algunas ligas del
mundo usan este esquema y sobre este esquema sortean a los equipos, asignándole
luego un nombre a cada número. Es un sorteo ‘dirigido’ en la medida en que, por
ejemplo, una vez que se sortea el lugar de River, automáticamente se fija el de
Boca, en el número opuesto de ese esquema. Pero esta vez la Liga quería
garantizar otras dos condiciones”, explica Guillermo Durán, investigador
principal del CONICET y director del Instituto de Cálculo de la Facultad de
Ciencias Exactas y Naturales de la UBA.
En la fase de grupos del último torneo, la
Copa de la Liga, la cantidad impar de partidos hizo que la mitad de los equipos
jugaran un encuentro más de local. Ahora, se buscaba que esos equipos jugaran
uno más de visitante. Y que, además, en los clásicos más importantes se
invirtieran las localías con respecto al torneo anterior.
“Entonces, hicieron un sorteo dirigido
–continúa Durán– que garantizara esas dos cosas, y solo esas dos cosas. ¿Cuál
fue el resultado? Que otra serie de condiciones que serían deseables, no se
cumplieran”.
Durán las enumera. Como resultado de ese
“sorteo dirigido” sobre un esquema preestablecido, 70 enfrentamientos de este
torneo se jugarán por tercera vez consecutiva (o más) en el mismo estadio. En
particular, en cinco partidos, el mismo equipo será local por quinta vez consecutiva:
Godoy Cruz recibirá a Estudiantes de La Plata; Racing Club, a Godoy Cruz;
Lanús, a Rosario Central; Huracán, a Argentinos Juniors, y Talleres, a Vélez
Sarsfield. Y en otros 11 partidos se repetirá la localía por cuarta vez
consecutiva.
Respecto de los llamados “clásicos”, por
tercera vez consecutiva, Independiente vs. Boca se jugará en Avellaneda, y
River vs. San Lorenzo, en Núñez. De hecho, la última vez que San Lorenzo fue
local ante River Plate fue en 2018.
La mecánica del sorteo dirigido genera otra
inequidad respecto de las distancias que debe recorrer cada equipo. A River y a
Huracán, por ejemplo, les tocará ser visitantes de Talleres (Córdoba), Godoy
Cruz (Mendoza), Atlético Tucumán y Central Córdoba (Santiago del Estero),
mientras que Lanús recibirá a los cuatro. El equipo del sur del conurbano
deberá desplazarse unos 3 mil kilómetros a lo largo del torneo, menos de un
tercio que Huracán y River, que viajarán cerca de 10.500 km cada uno.
La localía contra los equipos grandes
también arroja disparidades: Atlético Tucumán y Rosario Central reciben a los
cinco. Mientras Defensa y Justicia y Colón de Santa Fe serán visitantes ante
los cinco grandes. El «castigo» será mayor para Colón, el último campeón, que
también deberá visitar a su clásico rival, Unión.
River será local ante los otros cuatro
grandes. Racing, visitante de los cuatro. San Lorenzo, visitante contra todos
excepto Racing, y también visitante de Huracán en el clásico barrial.
El inicio del torneo ofrece más
inequidades. River arranca con dos partidos de local. Boca, con dos de
visitante. Unión enfrenta a ambos en las dos primeras fechas, y a San Lorenzo
en la quinta. Un arranque complicado.
Las secuencias de viajes tampoco fueron
tenidas en cuenta por el sorteo dirigido. Con solo tres días de diferencia
(porque el calendario apretado obliga a jugar partidos entre semana), Defensa y
Justicia deberá viajar, en las fechas 21 y 22, a Santa Fe y a Tucumán. Tampoco
los desplazamientos fuera del país de los equipos que disputarán copas internacionales.
Por ejemplo, Rosario Central juega este jueves 15 de julio en Venezuela, y
cuatro días después (lo pasaron para el lunes 19) deberá debutar por el torneo
local, de visitante, en Mendoza.
“¿Es todo esto producto de alguna mente
perversa que quiere favorecer a unos y perjudicar a otros? -se pregunta
Guillermo Durán-. Definitivamente no. Pero es el producto de este sorteo
dirigido, sobre el esquema canónico, que hace que el azar provoque inequidades
notorias. ¿Cómo se resuelve? Con modelos matemáticos y resolución computacional
que permitan que todas las condiciones que el ente organizador considere
razonables se cumplan en términos de equidad deportiva”.
Durante dos años, y a partir de un convenio
entre la Universidad de Buenos Aires y la hoy desaparecida Superliga, el
modelado matemático se utilizó para confeccionar un fixture más justo. Fueron
tres torneos: los de 2018-2019, 2019-2020 y la Copa de la Superliga 2020,
suspendida al cabo de la primera fecha por la pandemia. “En todos esos
campeonatos, esas condiciones que marcamos y algunas otras más, incluido un
cierto ordenamiento de los partidos que los haga más atractivos para el público
y hasta para la televisión, se cumplieron, consiguiendo la satisfacción de los
organizadores, los clubes y los hinchas”, señala Durán, y se lamenta de que no
se haya renovado aquel convenio. Su grupo del Instituto de Cálculo sigue
colaborando con colegas de la Universidad de Chile, responsables, desde 2005,
de programar los torneos de fútbol de Chile, y desde 2019, los de Ecuador.
«La idea es, con un modelo matemático,
verificar que se cumpla la mayor cantidad posible de las condiciones de equidad
que se busca garantizar. Por supuesto, cuando se introducen muchas condiciones,
algunas empiezan a resultar incompatibles entre sí, pero el modelo entrega la
formulación que más se ajusta a ese ideal. En todos los deportes profesionales
de los Estados Unidos, la aplicación de estas técnicas está expandida desde
hace mucho tiempo. En la NBA no sería aceptable, por ejemplo, que los Knicks de
Nueva York jueguen un domingo en Los Ángeles, un lunes en Boston y un martes en
San Francisco, y que la respuesta de los organizadores sea que es lo que les
tocó en el sorteo».
Para Durán «no quedan dudas de que la
aplicación de técnicas modernas matemático-computacionales permiten torneos más
justos y más atractivos. Solo es cuestión de animarse a usarlas».
Pablo Taranto es integrante de NexCiencia,
portal de divulgación científica de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA