17/12/2022
Economía
La política discute quién gestiona el ajuste
La política y la economía, o viceversa, tienen especificidad, pero interactúan de manera dinámica.

Julio Gambina
Publicado el 17 de Diciembre de 2022

Es algo visible en estas horas en las que
se ventiló el fallo en primera instancia que condena a Cristina Fernández de
Kirchner, pero también, hace lo propio la denuncia de la connivencia del poder
económico, mediático, político y judicial.
Ambas son noticias de fuerte impacto
político y, de hecho, el descargo de la “vice” ante el fallo, anunciando el
renunciamiento a cualquier cargo tiene fortísimo impacto en vísperas de un año
de renovación de la gestión presidencial.
Incluso, más allá de la validez jurídica de
los diálogos telefónicos divulgados, se evidencia la impunidad del poder
articulado de grandes empresarios y medios con instancias de los poderes del
Estado. Detrás de estos episodios está en discusión la gestión del capitalismo
local.
No puede separarse la política de la
economía o viceversa. Los casos judiciales a que aludimos tienen impacto
político y trasfondo de connivencia del poder económico con quienes definen la
política cotidiana, sea en el gobierno o desde la oposición.
El fallo contra la vicepresidenta Cristina
Fernández de Kirchner establece una condena a 6 años de prisión y la
inhabilitación para ejercer cargos políticos de por vida, lo que ha generado un
debate en el país, no solo en el oficialismo, sino también en la oposición.
¿Quiénes serán los referentes electorales
de las coaliciones que hoy disputan el gobierno del capitalismo local y cómo se
designarán? ¿Qué posibilidad se abre para terceros que pretenden colarse en la
disputa electoral, especialmente el caso de la ultra derecha? ¿Podrá la
izquierda articular una propuesta más amplia que la actual para intervenir
efectivamente en la disputa por la representación institucional?
Resulta interesante para visibilizar en la
sociedad la difusión de la connivencia del poder económico personificado en Joe
Lewis, el británico apropiador del “lago escondido” en sus territorios y que
asocia gran propiedad territorial y capital externo con políticos de la
oposición y del oficialismo, y claro que la enorme complicidad de la prensa
hegemónica en la Argentina.
En el fondo está el ajuste y la regresiva
reestructuración económica
Queda claro que se trata de intereses
económicos, políticos y judiciales todos atravesados con lo que está por detrás
que es el ajuste de la economía, algo que se confirma en estas horas con la
tercera auditoria
del FMI, según leemos en comunicado de prensa del organismo internacional.
Allí se puede leer el avance del acuerdo:
“La prudente gestión macroeconómica y los
esfuerzos para movilizar financiamiento externo están respaldando la
estabilidad macroeconómica—se está restableciendo el orden fiscal, moderando la
inflación, mejorando la balanza comercial y fortaleciendo la cobertura de reservas.”
Señala el FMI que Argentina está cumpliendo
con lo que se comprometió en marzo pasado que es la reducción del déficit
fiscal, el control de la emisión monetaria, aunque eso sea a costa de un
endeudamiento en pesos fenomenal. Las Letras de liquidez, LELIQ, duplican la
base monetaria, que son todos los billetes y monedas que circulan en la
Argentina. Se trata, las LELIQ, de un pasivo rentado del BCRA que complica el
uso de recursos públicos destinado a resolver necesidades sociales.
Ese costo afecta las posibilidades de
atender a la población empobrecida de la Argentina y aún restan 7 auditorías
trimestrales, según el acurdo con el FMI, por lo que el ajuste es un horizonte
continuo en el futuro. El interrogante es si la sociedad afectada por el ajuste
y la restructuración regresiva no hace estallar la relativa tranquilidad con la
que se llega a este fin del 2022.
No es solo ajuste lo que está en discusión,
en rigor, es el modelo productivo y económico de la Argentina, donde lo que se
afianza es la primarizacion de la producción y las exportaciones por eso todo
remite al complejo de la soja, lo que explica la renovación de un tipo de
cambio especial en beneficio para los grandes productores y exportadores.
Pero también es el caso de los
hidrocarburos no convencionales y todo lo vinculado a sacar el petróleo y gas
no convencional de Vaca Muerta. Se pretende producir para exportarlo y
ofrecerlo sobre todo a Europa, apurada por sustituir la importación del gas
ruso.
En ese camino existen expectativas del
poder mundial, sobre todo de EEUU, en el litio. Vale recordar que Argentina,
junto a Chile y Bolivia son el principal reservorio del litio en el mundo.
Por eso las reuniones entre Sergio Massa,
el ministro de economía de la Argentina, con los sectores más concentrados de
la industria, del agro, de la agroindustria, de las finanzas, para consensuar
una política antiinflacionaria que reduzca este casi 100% que de inflación
estimada para el 2022 y asegurar un horizonte de estabilización macroeconómica
que facilite inversiones en el corto plazo.
Temor al descontento y la protesta
Hay temor por la escalada inflacionaria en
una perspectiva de hiperinflación, que pueda desatar el conflicto social.
El ministro de economía dice que “si la
inflación continua no ganaremos la elección del 2023”, pero también le está
diciendo a los grandes empresarios que contribuyan a morigerar la expectativa
de apropiación de ganancias para normalizar la situación y no exacerbar la
protesta, el conflicto social.
Fue el embajador estadounidense quien
alertó en el mismo sentido a las coaliciones políticas que disputan gobierno:
“avancen en una coalición desde ahora”, en claro mensaje para acordar
cuestiones esenciales que viabilicen la normalización del capitalismo en el
país.
A no engañarse, más allá delo que sostengan
las sentencias judiciales o las connivencias del poder judicial con el poder
político, mediático e intelectual, lo que define la política es la lucha social
contra el ajuste, especialmente si esta articula un proyecto político para
reestructurar el orden económico y político, con otros beneficiarios a los
actuales.
Es un tema escasamente evidenciado en el
debate político y a tener en cuenta, ya que solo se discute la “normalización”
del orden existente y se escamotea el desafío para posibilitar rumbos políticos
alternativos para otro orden económico y la reproducción de la vida cotidiana.
No se trata de la corrupción como pretenden
instalar mediática y judicialmente, aun siendo un tema de interés e importancia
en la sociedad, no solo en Argentina, un tema que visibiliza la situación de
Perú.
La cuestión de fondo es el debate sobre el
orden económico y político, por lo que la pelea fundamental es contra el ajuste
que supone el acuerdo con el FMI y que encabeza las demandas de los sectores
más concentrados de la actividad económica local.
Otra agenda es posible y se asocia a la
organización y lucha popular por otro orden social, económico, político y
cultural.
Julio C. Gambina. Presidente de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas, FISYP.
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