30/7/2022
Economía
La variable económica que no cambia: Los salarios e ingresos pierden por goleada
20 puntos han perdido los ingresos durante los últimos seis años. El gobierno del Frente de Todos, por mucho discurso y apariencia de tensiones internas que presente, no sólo no logra revertir la tendencia a la baja que se verifica durante el Macrismo, sino que la profundiza. Así se desprende de un informe del Centro CIFRA de la CTA.
Publicado el 30 de Julio de 2022

“La participación de los trabajadores en el ingreso es una
de las preocupaciones prioritarias tanto para los gobiernos que se definen como
“nacionales y populares” como para los que asumen una identidad neoliberal pero
por motivos opuestos.” Sostienen en la introducción de su informe Pablo
Manzanelli, Leandro Amoretti y Eduardo M. Basualdo integrante de CIFRA - Centro
de Investigación y Formación de la República Argentina.
El informe del mes de Julio, sobre la distribución del
ingreso en la etapa actual de gobierno del Frente de Todos, arroja números que
desnudan la descomunal tensión social que habita el bolsillo del conjunto de
los que habitan éste suelo. Demuestra una variable económica inalterable desde
hace seis años, en los que la pérdida del poder adquisitivo alcanza los 20
puntos.
Los autores, destacan que los gobierno nacionales y
populares se proponen mejorar la distribución del ingreso, mientras que
aquellos de neto corte neoliberal pretenden “disminuirla aumentando el
excedente en manos del capital y obscurecer la visión de esa situación”. En el
gobierno del Frente de Todos, la tendencia habla por si sola.
El informe destaca que entre 2016 y 2021, medidos los salarios
en precios constantes, “los asalariados perdieron 7,7 billones de pesos de
2021, prácticamente equivalente a 70 mil millones de dólares de diciembre del
2021, los cuales representan el 19,5 % del valor agregado promedio entre
2016/21, habiéndose registrado la mayor la pérdida durante el gobierno actual: poco
más del 50% en ambas variables”, representando la demostración mas firme de la brutal
transferencias de ingresos regresiva registrada en éste ciclo.
“La crítica situación de los ingresos populares junto al
acuerdo con el FMI trajo aparejada una crisis de gobierno que también es
necesario indagar porque es otro factor que conspira contra la solución de la
problemática aquí tratada. Por esa razón en el próximo apartado se encara una
aproximación breve y general a esa crisis política que signa a la alianza de
gobierno” destacan en el informe.
La inflación como herramienta de disputa económica
La política es la disputa por el excedente económico. Quién
gana y quién pierde en una determinado tiempo político, termina por
caracterizar adecuadamente el sentido ideológico de quien condujo ese momento.
Durante los últimos años, en la Argentina, por acción de los
incrementos constantes y siderales de precios, el sector empresario maximizó sus
ganancias y los trabajadores perdieron duramente.
“las abultadas transferencias del trabajo al capital y la
consiguiente recomposición de las ganancias en estos sectores estuvieron
influenciadas, al menos en parte, por un ajuste en los precios que fue superior
no solo a los salarios nominales sino también al aumento de precios en el resto
de las actividades económicas. En otras palabras, se trata de los principales
beneficiarios de la estructura de precios y rentabilidades relativas que
tendieron a imponer las devaluaciones que signaron la crisis de 2018-19 como la
que tuvo lugar en el marco de la pandemia en 2020 con su peculiar recuperación
en 2021” señalan en el informe al hacer referencia a la industria y al comercio
sobre sus márgenes de ganancia.
El informe de CIFRA que compartimos a continuación, se
encuentra en sintonía con aquél reporte del mes de Mayo del Centro Estratégico
Latinoamericano de Geopolítica (Celag) que arrojó la siguiente conclusión: “Si
la inflación continúa al mismo ritmo que tuvo durante los primeros cuatro meses
de este año, cuando termine 2022 los trabajadores habrán perdido 1,4 salarios
mínimos adicionales, sin importar que sus sueldos hayan aumentado en la misma
proporción que los precios”.
Duele el
bolsillo de los argentinos. Y ese es un problema bien real que enfrenta la
inmensa mayoría que habita este país.
Es un
conflicto real y efectivo que se materializa cotidianamente, cada vez que un
ciudadano real, de carne y hueso, se para frente a una góndola para comprar
algo de alimento.
Son
tensiones silenciosas que atraviesa el malhumor social, muy alejada de los
debates superestructurales, muy atomizada y carente de agenda política
aglutinante. Pero está ahí, castigando la legitimidad de la política de una
manera preocupante.
En ese
laberinto se ha perdido la esperanza que habitaba el Frente de Todos, en medio
de una realidad que refleja hartazgo social y con un futuro de dependencia
económica aún mas preocupante.