6/5/2023
Internacionales
Miami, sueños convertidos en pesadillas
Muchas personas de América Latina abandonan familiares y hogares en sus países para buscar en Estados Unidos el propagandizado “sueño americano”, que para muchos resulta muy difícil de encontrar.

Hedelberto López Blanch
Publicado el 6 de Mayo de 2023

Varios reportajes publicados en los
periódicos de derecha anclados en Miami, como El Diario de las Américas y El
Nuevo Herald, están reportando sobre la realidad de muchas personas que viven
en esa localidad.
Por las calles, lugares baldíos, debajo de
majestuosos puentes que circunvalan la ciudad, cada día aparecen más personas
desamparadas, sin trabajo, con hambre que en la mayoría de los casos tratan de
mitigar sus frustraciones mediante cualquier tipo de droga barata o el alcohol
menos calificado.
En un reportaje realizado por el libelo El
Nuevo Herald, (ENH) aparece la ciudadana Liseth Guerra quien lleva seis años
viviendo en la calle, desde que su primer esposo murió y ella no puede pagar el
apartamento donde vivían. Por estar discapacitada recibe una pensión de
850 dólares mensuales que no le alcanza para costear un alquiler que aunque sea
un pequeño cuarto, (efficiency) vale entre 1 500 y 1 700 dólares.
Guerra, cubana de nacimiento, relató que en
dos ocasiones ha aplicado al Plan 8 (viviendas que sufraga el Estado) pero no
ha quedado seleccionada. “Algunas veces paso la noche en casa de mi mamá que
vive en un apartamento de este tipo pero no me puedo quedar más de una semana
porque las leyes extremas en este país no lo permiten”.
A la pregunta de cuántos indigentes hay en
Hialeah, la oficina de la Secretaría de la municipalidad respondió que “no
tiene estadísticas sobre la cantidad de gente sin hogar aunque tienen reportes
en los vecindarios de personas durmiendo en la grama, entre dos viviendas, y el
problema va en aumento constante.
Esteban Bovo Jr., alcalde de Hialeah,
durante una sesión parlamentaria declaró que “el tema de la indigencia se está
incrementando con todos los requisitos que se necesitan para alquilar: primer
mes, último mes, algunas personas no lo pueden cubrir y terminan en los carros
o en trailers”.
Ismare Monreal, jefe del gabinete de Bovo,
indicó al diario que ha aumentado el número de reportes policiales sobre
personas durmiendo en las calles de la ciudad y ven numerosos desamparados en
parques y en centros comerciales. Cuando reciben los reportes policiales los
trasladan al Homeless Trust, a la Iglesia Rescate, y a otras organizaciones sin
fines de lucro. O sea, como no pueden resolver nada envían los miles de casos a
otras instituciones las cuales podrán ayudar a cinco o seis personas.
El pastor David Monduy de la Iglesia
Rescate, ubicada en la Cuatro Avenida del este de Hialeah, advirtió que las
personas sin techo se ven con mayor frecuencia en los alrededores de
ferreterías, en Palm Avenue y en las avenidas del este de la ciudad. Entre la
Tercera avenida del oeste y la calle 23 un grupo de personas indigentes se
reúnen con frecuencia en un área con muchos galpones donde la iglesia suele
llevar su “camión ducha” para que se aseen dos veces por semana.
Allí, se ubica Arturo Báez, cubano de 59
años, visiblemente afectado con quemaduras por la exposición al sol y llagas en
la piel por picaduras de mosquito, quien dice haber vivido en la calle desde
hace años.
Otro libelo, el Diario las Américas, que al
igual que El Nuevo Herald, se han dedicado durante décadas a tratar de denigrar
a la Revolución cubana con falsas noticias, ahora no le ha quedado otro remedio
que exponer en una serie de reportajes, las verdades que ocurren en Miami Dade.
En uno de esos escritos, informa que
Moraima Salgado, como otros cientos de ciudadanos, vive en su auto desde hace
nueve meses. Tiene una rutina que la lleva a recorrer solo unos metros cada día
en busca de un poco de sombra, comida y agua con hielo. «Solo voy dos o tres
veces a la semana a casa de una amiga que vive a dos millas de aquí para darme
una ducha.
Moraima llegó muy joven a Estados Unidos.
Después de pasar una temporada en California y otra en Puerto Rico, su madre
consiguió trabajo en una de las factorías que existían en Miami, para sacar
adelante a cuatro hijos. Ella, por su parte tuvo que laboral a los 15 años,
primero en un cine, después en una farmacia de la compañía Walgreens, y más
tarde obtuvo la licencia para laborar en antiguas casas de apuestas, que
sucumbieron ante los casinos actuales.
Al fallecer su madre, no pudo pagar más la
renta y alquiló un efficiency del campo de trailers University Lakes por el que
pagaba 850 dólares, hasta que el propietario decidió subir la renta a 1 050 en
febrero.
Ella es solo una entre los cientos de
personas no contabilizadas en Miami que viven en sus deteriorados automóviles.
Recibe 841 dólares mensuales por el programa de Seguridad de Ingreso
Suplementario (SSI) que brinda asistencia a las personas con discapacidades
pues tiene la columna deformada y sufre depresiones.
En las zonas centrales y periféricas de
Hialeah, Kendall, Miami y Doral, la noche se convierte en un hervidero de autos
que hacen las veces de dormitorios, agrega el diario. Moraima subraya que son
cientos de personas que pernoctan en el mismo sitio que ella lo hace, como
varias madres con hijas pequeñas y sus juguetes que viven en camionetas y autos
prácticamente en desuso.
“Estoy expuesta al calor, al sol, a los
mosquitos, muchas veces me siento insegura, por eso intento dormir cerca de
algún lugar que abra las 24 horas, pero ni así”, asegura. Su rutina, consiste
en conseguir en un mismo centro comercial lo necesario para sobrevivir el día a
día.
Todo hace indicar que el llamado “sueño
americano” se ha convertido en una enorme pesadilla para muchos miamenses.
Hedelberto López Blanch, periodista,
escritor e investigador cubano.
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