30/7/2022
Sociedad
Santiago del Estero: amenazan a un sacerdote que impulsa una mesa contra el agronegocio
El Grupo de Curas en la Opción por los Pobres (OPP) realizó una asamblea para llevar su solidaridad con el sacerdote y las comunidades que son parte de la Mesa Parroquial de Tierras.
Publicado el 30 de Julio de 2022

El 29 de junio de
este año, el sacerdote Ruben Lasaga del grupo de Curas en la Opción por los Pobres,
de la Parroquia Nuestra Señora de la Merced, localidad de Nueva Esperanza, recibió
vía whatsapp una amenaza de muerte.
Al teléfono de la
secretaria parroquial llegó el mensaje: “Le queremos hacer llegar un mensaje al
señor cura: los caminos del monte de Pellegrini son largos y solitarios, y él
siempre anda solo. Los caminos tienen sus trampas, y que por favor, no
se siga metiendo en lo que no le corresponde, y que la próxima no va a haber un
mensaje de advertencia”.
Un hecho
gravísimo que se relaciona directamente con el trabajo que, hace más de 18
años, lleva adelante Lasaga junto a organizaciones comunitarias y campesinas
que forman parte de la Mesa Parroquial de Tierras. Un espacio donde familias y
organizaciones campesinas se encuentran habitualmente para compartir iniciativas
que permitan avanzar en derechos posesorios a la tierra, ambientales, a la
producción y a las formas de vida campesinas e indígenas; y fundamentalmente
para defender los territorios de los atropellos que sufren estas comunidades. Algo
que, con el tiempo, se ha convertido en un claro obstáculo para los intereses
del puñado de terratenientes que maneja desde hace décadas el agronegocio en la
provincia de Santiago del Estero.
La amenaza,
además, llega en un contexto en el que se acumula gran cantidad de denuncias
por fumigaciones con agrotóxicos y desmontes por parte de las organizaciones
que pertenecen a la Mesa de Tierras.
“Esto no es para
mi persona solamente, sino para todas las organizaciones. En Santiago del
Estero hay mucha gente que vive amenazada y silenciada, que no puede decir lo
que piensa y lo que pasa por todo un aparato de la burocracia estatal, de los
privados y de las bandas armadas y de la persecución como en este caso,
escondidos detrás de un mensaje de Whatsapp”, planteó el propio Lasaga en
diálogo con las radios comunitarias de la Red Farco.
En esta línea, el
sacerdote explicó que la denuncia se radicaría en la fiscalía federal.
Asimismo, dijo que el obispado está al tanto de toda la situación y en
permanente comunicación con él.
Por su parte, el
Grupo de Curas en la Opción por los Pobres, realizó días atrás una asamblea
solidarizándose con Lasaga y con las comunidades campesinas de la provincia que
se encuentran atravesando esta situación. Ese día, además, emitieron un comunicado
en el que se denuncia la falta de control de los organismos estatales respecto
del agronegocio y el extractivismo; y donde además se exige mayor intervención
para que se respeten el derecho a la tierra y a la soberanía alimentaria.

Sobre la jornada
de asamblea, el cura Eduardo de la Serna, escribió una crónica que compartimos a continuación:
Mostrar lo
invisible
Un grupo de curas
fuimos a Santiago del Estero a manifestarle a Rubén – y con él a las y los
campesinos amenazados por el poder – nuestra solidaridad.
Él preparó un
encuentro con algunos grupos relacionados con el tema y también algunos de los
amenazados o desplazados de sus tierras. Expresión más que evidente de que,
como él señaló, lo que le pasó a él no es sino lo mismo que les pasa en el día
a día a los legítimos y ancestrales poseedores y ocupantes de las tierras. Allí
pudimos escuchar algunos casos emblemáticos:
Uno, poseedor y
dueño de un terreno que fue desalojado por el poder judicial porque un
importante miembro poder del mismo “eligió” apropiárselo. Y, claro, “puede”.
Otra, ocupante de
un terreno del que un importante empresario nacional, dueño de una importante
empresa de bebidas, quiere más y más tierras que las ya apropiadas.
Otros,
intervenidos por la policía, siempre funcional, violencia delante de los niños,
todos y todo fuera de la casa sin razones ni razón y con faltantes cuando estos
se fueron…
La tierra,
siempre y en todas partes la tierra, es el tema. Tierra para poder vivir en
unas regiones, tierra para tener unos pocos animales y cosecha en otras, para
celebrar y reunirse con amigos y hasta enterrar a los propios se vuelve
apropiación para negocios inmobiliarios o agronegocios envenenadores. El poder,
siempre y en todas partes el poder, es el tema. Porque el poder puede, los
pobres son impotentes, el poder invisibiliza a los que no pueden alzar la voz,
“aparecer”, mostrarse. Y, además, aquellos a veces se muestran “buenos”, y –
por caso – visibilizados por personajes conocidos, y a veces queridos… ¡Vamos!
Poder ir,
simplemente estar, pretendió visibilizar. Mostrarnos, sin casi hablar, mirar y
abrazar a las y los amenazados, desplazados y violentados. No fuimos solo por
Rubén, entonces, fuimos por todos y todas, a quienes él acompaña. Y, por lo que
nos dijeron, para ellos y ellas fue un momento pacificador y sanador.
Hace mucho,
monseñor Romero comentaba que era razonable que sus curas fueran amenazados y
hasta matados. Porque eso mismo le pasaba a los pobres y campesinos. Si a los
curas no les ocurriera lo mismo sería indicio de que no estaban en el lugar que
debieran. De estar se trata. De estar con los pobres, de hacer nuestra la causa
de los pobres. Volvemos a un tema centrar: no se trata de dar la vida. Nadie sano
quiere ser matado. Se trata de dar vida, de acompañar la vida de los que la
tienen amenazada. Y se trata de que los violentos, los apropiadores, los que
“pueden”, con frecuencia les arrebatan la vida a las víctimas y a quienes, como
algunos curas, religiosos y religiosas, caminan, lloran y celebran junto a
ellos. ¡Vamos!... pero por ese lado, entonces.
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