21/5/2022
Sociedad
Semana de mayo, una crónica del pueblo en la calle
En una nueva entrega de Historia Nativa, el profesor David Acuña relata en esta nota una cronología de los hechos que se dieron durante la conocida “Semana de mayo” de 1810. “Experiencias del ayer, enseñanzas del presente” señala el autor.

David Acuña
Publicado el 21 de Mayo de 2022

Por “Semana de
mayo de 1810” se señala el tiempo que transcurre entre la confirmación de la
caída de la Junta Central en Sevilla, la destitución del virrey del Río de la
Plata y la asunción de una Junta de Gobierno liderada por el potosino Cornelio
Saavedra.
El día 13 llega,
primero al puerto de Montevideo y luego al de Buenos Aires, la fragata británica
“París” con la noticia de la toma francesa de Sevilla y que la Junta Central
había quedado disuelta. Baltasar Hidalgo de Cisneros, virrey del Río de la
Plata, ante la noticia que ya circulaba en toda la población, redacta una
proclama el día 18 donde se da cuenta de la situación en la que se encontraba
la Península. Dos días después, el 20 de mayo, Juan José Castelli intima a
Cisneros para que convoque a un Cabildo Abierto de los vecinos de Buenos Aires
y discutir la cuestión política. Al virrey no le queda otra opción que ceder
ante las exigencias de Castelli y demás criollos y convocar para el día 22 un
Cabildo Abierto que debatiera sobre la crisis del poder monárquico en el
Imperio.
De los 450
invitados al Cabildo Abierto solamente participaron unos 250. French y Beruti,
al mando de hombres armados con cuchillos y trabucos, controlaron el acceso a
la Plaza, con la finalidad de asegurar que el cabildo abierto fuera copado por
criollos partidarios del bando revolucionario.
Desde el inicio
del Cabildo Abierto quedan manifestadas dos posiciones enfrentadas.
Una de ellas,
liderada por el obispo de Buenos Aires, Benito Lué y Riega, sostenía que:
“No solamente
no hay por qué hacer novedad con el virrey, sino que aun cuando no quedase
parte alguna de la España que no estuviese sojuzgada, los españoles que se
encontrasen en la América deben tomar y reasumir el mando de ellas y que éste
sólo podría venir a manos de los hijos del país cuando ya no hubiese un español
en él. Aunque hubiese quedado un solo vocal de la Junta Central de Sevilla y
arribase a nuestras playas, lo deberíamos recibir como al Soberano”.
Por otro lado, la
posición de Castelli, como orador del bando revolucionaria, contestaba a la
posición del obispo:
“Desde la
salida del Infante don Antonio, de Madrid, había caducado el Gobierno Soberano
de España, que ahora con mayor razón debía considerarse haber expirado con la
disolución de la Junta Central, porque, además de haber sido acusada de
infidencia por el pueblo de Sevilla, no tenía facultades para el
establecimiento del Supremo Gobierno de Regencia; ya porque los poderes de sus
vocales eran personalísimos para el gobierno, y no podrían delegarse, ya por la
falta de concurrencia de los Diputados de América en la elección y
establecimiento de aquel gobierno, deduciendo de aquí su ilegitimidad, la
reversión de los derechos de la Soberanía al pueblo de Buenos Aires y su libre
ejercicio en la instalación de un nuevo gobierno, principalmente no existiendo
ya, como se suponía no existir, la España en la dominación del señor don
Fernando Séptimo”.
Quedaba claro en
Castelli y demás revolucionarios, que los pueblos americanos estaban habilitados
para gobernarse a sí mismo.
El día 23 por
medio de un bando, se comunica a la población que el virrey Baltasar Hidalgo de
Cisneros ha cesado en sus funciones de gobierno siendo remplazado por el
Cabildo, el cual deberá designar una Junta de gobierno. Al día siguiente, el
Cabildo comunica la conformación de una Junta de Gobierno encabezada por el
ex-virrey Cisneros y secundada por cinco vocales: Cornelio Saavedra (militar,
criollo), Juan José Castelli (abogado, criollo), Juan Nepomuceno Solá
(sacerdote, español), José Santos Incháurregui (comerciante, español). Esta
composición de cinco miembros dejaba en posición mayoritaria al sector
conservador. Los comandantes de los cuerpos armados dieron su conformidad,
incluyendo a Saavedra y Pedro Andrés García.
Sin embargo, el
sector más revolucionario no estaba para nada de acuerdo con la nueva
composición del gobierno ni lo que representaba. En casa de Rodríguez Peña, se
reúnen dirigentes civiles y oficiales de los cuerpos, entre ellos: Manuel
Belgrano, Eustaquio Díaz Vélez, Domingo French y Feliciano Antonio Chiclana
donde se llegó a dudar de la lealtad de Saavedra. Castelli se comprometió a
intervenir para que el pueblo fuera consultado nuevamente, y entre Mariano
Moreno, Matías Irigoyen y Feliciano Chiclana se calmó a los militares y a la
juventud de la plaza. Finalmente decidieron deshacer lo hecho, convocar
nuevamente al pueblo y obtener del Cabildo una modificación sustancial con una
lista de candidatos propios. Cisneros no podía figurar.
Por la noche,
Castelli y Saavedra, acompañado de varios hombres, se presentaron en la
residencia de Cisneros instándolo dimitir el nombramiento y llamar a otro
Cabildo Abierto.
El 25 de mayo,
ante una Plaza y lugares aledaños colmada de hombres y mujeres que exigían un
cambio de raíz del gobierno local, el Cabildo sede ante las presiones del
sector revolucionario. De no haberlo hecho, era muy factible de que el cabio se
hubiera llevado adelante, pero corriendo sangre de por medio.
De esta manera
queda conformada la “Junta Provisoria Gubernativa del Río de la Plata”. Sus
integrantes fueron: Cornelio Saavedra, presidente; Juan José Castelli, Manuel
Belgrano, Miguel de Azcuénaga, Manuel Alberti, Domingo Matheu, Juan Larrea,
vocales; y Juan José Paso y Mariano Moreno, secretarios. Los cabildantes
reconocieron la autoridad de la Junta Revolucionaria, quien desconoció la
autoridad del Consejo de Regencia español.
Es notoriamente
evidente, que, sin la presión y movilización popular, no hubiera habido un
triunfo del sector revolucionario. La conjunción de las milicias criollas
comandadas por Saavedra, el sector militante comandado por Castelli y Moreno, y
la anuencia de los sectores orilleros de la Ciudad movilizados por French y
Beruti fue la clave para el inicio de la Revolución y el posterior proceso de
Independencia en el Río de la Plata.
Experiencias del
ayer, enseñanzas para el presente...
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