24/7/2021
Sociedad
Telecomunicaciones: Neutralidad en la red y zero rating
El principio de neutralidad de la red se ha consolidado como un derecho humano en el marco del derecho internacional y protege a una multiplicidad de los mismos. Sin embargo, en la actualidad, este principio se ve amenazado por diferentes prácticas desarrolladas por los proveedores de conexión a internet.

Alfredo Moreno
Publicado el 24 de Julio de 2021

El principio de neutralidad de la red se ha consolidado como
un derecho humano en el marco del derecho internacional y protege a una
multiplicidad de los mismos. Sin embargo, en la actualidad, este principio se
ve amenazado por diferentes prácticas desarrolladas por los proveedores de
conexión a internet. Puntualmente, el zero rating,que constituye una forma de
discriminación “positiva” que emplean mediante acuerdos con los proveedores de
contenidos, y que consiste en permitir a los usuarios/clientes de internet
acceder a servicios, aplicaciones y contenidos sin afrontar un incremento en el
consumo de sus datos.
Se conoce como neutralidad de la red (Net Neutrality) al
principio que promueve que todo el tráfico de internet debe ser tratado
igualitariamente. Es decir, sin privilegiar el contenido según su marca o
nombre, sitio web, plataforma, aplicación, tipo de equipamiento utilizado para
el acceso o modo de comunicación. Es decir, e El usuario/ cliente puede acceder
a este tipo de contenido sin restricciones, entendiendo que posee el derecho de
elegir libremente entre los recursos que ofrece internet.
Es un concepto que ha formado parte del lenguaje de internet
desde sus inicios, aunque su origen proviene de principios del siglo XIX,
cuando Almon Brown Strowger inventó un sistema telefónico automático para “puentear”
a las operadoras telefónicas que redirigían las llamadas con fines de lucro.
No hay un acuerdo preciso sobre el significado de la
neutralidad de la red y puede tomar diferentes alcances según la intención con
la que se interprete. Sin embargo, se fue asentando un consenso mínimo, pero
general, que entiende a la neutralidad como la prohibición de introducir
distorsiones (artificiales) en el tráfico de información en internet,
rechazando toda discriminación intencional de contenidos o servicios
particulares.
En la red internet, el concepto de Neutralidad se basa en la
premisa de que los Proveedores de Servicios de internet (ISPs) gestionen el
tráfico de contenidos sin privilegiar a un participante de la red por encima de
otros, conocido como “internet de dos velocidades”. En este sentido, las
reglas no permiten que los proveedores de banda ancha bloqueen o ralenticen o
privilegien el acceso a las aplicaciones de contenidos sobre la red; o cobren
más o menos a los usuarios/clientes por el acceso a ciertos contenidos o
aplicaciones.
El principio de Neutralidad garantiza una internet libre y
abierta, dando a los consumidores igualdad de acceso y evitando que las firmas
de banda ancha favorezcan contenidos propios o de terceros. Sin este principio,
los proveedores de acceso a internet podrían restringir o ampliar el acceso a
determinados sitios web con el objetivo de favorecer a una empresa específica o
en beneficio propio. El regulador del mercado de telecomunicaciones tiene
la potestad de verificar el cumplimiento de este principio.
El punto de vista que pone en tensión el principio de Neutralidad,
argumentando que la gestión y administración tecnológica de la red requiere la
priorización de ciertos paquetes de contenidos por sobre otros, en una
discriminación “natural” del tráfico, no diferencia tráfico del contenido. Las
medidas de gestión de tráfico son una práctica habitual de ingenieros y
técnicos que administran el tráfico de la red. Estas tareas permiten afrontar
situaciones de saturación de canales, congestión rutas o responder a peticiones
“justificables” de bloqueo producido por ataques cibernéticos, tráfico de spam
o pedidos específicos de la justicia o de los usuarios.
Esta mirada se orienta a vulnerar el principio de
Neutralidad y de este modo justificar las acciones que desencadenan la
aplicación del principio zero rating. La Neutralidad se refiere a los
contenidos de los paquetes que viajan por la red; este flujo lo producen los
servicios de los proveedores de contenidos como Netflix, Disney, Amazon o Flow
o servicios como el comercio electrónico y las redes sociales son muy diferentes
en tamaño y poder económico.
Los ISPs más poderosos suelen recurrir a redes de
distribución de contenidos (CDN) o suscribir acuerdos de interconexión de redes
que beneficien el tráfico de las redes participantes del acuerdo (peering).
El debate por la Neutralidad de la red pone en tensión a proveedores
de contenidos y proveedores de infraestructura, dejando fuera al
cliente/usuario. ¿Quién garantiza la cobertura territorial y la calidad del servicio,
el precio justo y la integridad y acceso social a los contenidos y servicios?
En la práctica, el contenido no se distribuye en internet en
condiciones de igualdad. Es por eso que muchos ven más propicio hablar de
apertura de la red en vez de neutralidad, entendiendo que la no discriminación del
tráfico no es posible. La idea de una internet abierta apunta a enfocar en los
resultados más que en los medios, e implica que todos los usuarios sean
tratados de la misma manera (incluyendo a los generadores de contenidos o
servicios). Es la igualdad de trato hacia los usuarios la que garantizaría su
plena libertad para acceder o transmitir los contenidos que prefieran. Internet
como una plataforma abierta, global e interoperable para el libre tránsito de
contenidos (1)
¿Concentración o
medidas anti monopólicas?
En los Estados Unidos, a fines de 2017 se dio por finalizada
la neutralidad de la red. Así lo determinó el ente regulador local, la Comisión
Federal de Comunicaciones (FCC). Una de las consecuencias de esta decisión es
que ahora las proveedoras de internet como Comcast, AT&T, Verizon y Time
Warner tienen vía libre para imponer tarifas a los sitios web o plataformas de
video por demanda (VOD) caso Netflix, Disney, etc. para priorizar o privilegiar
la velocidad o el ancho de banda en la transmisión de sus contenidos. Los
proveedores de internet argumentaron que no se podía continuar con inversiones
en infraestructura y su operación ya que su facturación anual era la mitad de
lo que facturaban los proveedores de contenidos, cada vez con más demanda de
velocidad y ancho de banda.
En Argentina está vigente la Ley Argentina Digital que
sostiene en su Artículo 57 sobre Neutralidad de red y Prohibiciones. Los
prestadores de Servicios de TIC no podrán:
a) Bloquear, interferir, discriminar, entorpecer, degradar o restringir la
utilización, envío, recepción, ofrecimiento o acceso a cualquier contenido,
aplicación, servicio o protocolo salvo orden judicial o expresa solicitud del
usuario.
b) Fijar el precio de acceso a internet en virtud de los contenidos, servicios,
protocolos o aplicaciones que vayan a ser utilizados u ofrecidos a través de
los respectivos contratos.
c) Limitar arbitrariamente el derecho de un usuario a utilizar cualquier
hardware o software para acceder a internet, siempre que los mismos no dañen o
perjudiquen la red.
Nuestra ley garantiza un estándar bastante elevado de la
neutralidad porque asegura la libertad de acceso, al prohibir prácticas de
bloqueo o restricción. Por otro lado, en la actualidad hay ciertas prácticas
como las de zero rating que, si bien no están expresamente prohibidas, podrían
entrar en conflicto con la ley.
Que es el zero rating
o tasa cero
El zero rating es la posibilidad que incluyen empresas operadoras
de telefonía móvil para que sus clientes o usuarios no paguen por el uso del
servicio de Datos cuando acceden a algunas aplicaciones o servicios en
internet. Es decir, su implementación comercial permite que el cliente utilice
determinados servicios, aplicaciones, o plataformas sin que se contabilicen en
el consumo de datos mensual.
Las prácticas de tasa cero son planes de bonificación de
consumo que favorecen o impulsan el acceso a determinadas plataformas. Esto
puede adoptar diferentes variantes.
Las empresas operadoras de servicios en la red cambian y
aumentan frecuentemente las opciones comerciales que tienen para el público. El
objetivo es ofrecer mejores precios, y mejores prestaciones que atraigan la
atención del consumidor/ciudadano que les permita crecer en su facturación,
aunque ponga en tensión el cumplimiento de la norma de leyes que regulan el
mercado.
Hay un modelo extremo de zero rating como el de internet.org
que impulsa Facebook: por acuerdos con operadoras locales —y en varios casos
también los gobiernos— ofrece acceso bonificado a versiones reducidas de su
propio servicio y de una serie de aplicaciones asociadas de noticias, redes
sociales o servicios gubernamentales.
Como se puede leer en el portal Electronic Frontier
Fundations, India decidió rechazar los planes de tasa cero tales como la
plataforma Free Basics de Facebook, mientras que en los Estados Unidos las
compañías de telecomunicaciones empujan los límites con sus experimentos de
tasa cero como los planes Binge-On de T-Mobile, que dio lugar a una disputa
pública entre John Legere, CEO de la compañía, y la EFF, así como los
planes Sponsored
Data de AT&T, FreeBee de
Verizon y Stream TV de Comcast.
Los planes más nocivos en los Estados Unidos, como las
ofertas de AT&T y Verizon, sólo ofrecen a sus usuarios, bajo la modalidad
zero rating, datos de aquellos proveedores de contenidos que pagan a las
telefónicas para hacerlo. Tales acuerdos del tipo "pagar para usar" (pay
to play en inglés) favorecen a los grandes proveedores de contenidos que sí
pueden permitirse el lujo de pagar para estar a la vista de los usuarios, y
marginan a los que no pueden, como las proveedoras de contenido sin fines de
lucro, pequeñas empresas, y otros usuarios (2)
En la Argentina, las prestadoras de internet móvil
incorporan servicios ajenos para posicionar su oferta, mientras una de ellas,
integrada verticalmente, también favorece sus propios contenidos.
Consistentemente con la reorientación de las políticas de comunicación en favor
de los actores concentrados período 2016/2019 y en particular del mayor de
ellos, el regulador ni independiente ni imparcial favoreció las condiciones
para la concentración existente. Favorecen decididamente la concentración en
aplicaciones globales como WhatsApp integrada a Facebook e Instagram que
detenta el mayor tráfico de datos que alimenta el big data de la corporación.
Las redes y sus contenidos concentrados se orientan al relato universal único.

Es fundamental que haya transparencia sobre este tema. Que
cada empresa informe la velocidad de datos que ofrece, si es simétrico o
asimétrico y que se analice si hay alguna variación que favorezca alguna
plataforma u aplicación y cuáles son las razones.
Movistar, Claro y Personal están ofreciendo un servicio de
WhatsApp gratis para algunos planes. Se refiere puntualmente a que no se
incurre en un gasto adicional (no se descuentan datos del plan) cuando se
utiliza ese servicio de mensajería.

Esta práctica de zero rating, de algún modo, incentiva al
usuario (por el ahorro que le implica) a usar WhatsApp en vez de otras aplicaciones
que ofrecen el mismo servicio como puede ser Telegram, Gtalk o Messenger. En
ese sentido, se puede considerar que esta práctica afecta la neutralidad de la
red y favorece la concentración de aplicaciones integradas en la corporación
Facebook.
Si bien la ley Argentina Digital establece un principio de
neutralidad de la red, no hay una reglamentación que especifique en concreto
los procesos de aplicación. Sería adecuado que el Gobierno o el ente regulador Enacom
estableciera un reglamento específico que fije las prácticas concretas de
neutralidad como se hizo en otros países, incluidos Chile y Perú en la región.
En la actualidad, los usuarios clientes de las empresas
proveedoras de internet, no podemos estar seguros de que los servicios de
internet contratados no estén degradando un servicio por sobre otro o la
velocidad y consumo de ancho de banda sin que nos enteremos.

La existencia de prácticas de zero rating en la Argentina
evidencia las falencias de la actual regulación e implementación de la Ley
Argentina Digital en cuanto a protección de la neutralidad de la red. A la vez,
esta situación nos alerta sobre la necesidad de ajustar la normativa vigente de
modo que sea eficaz en los hechos con el fin de que, tanto usuarios finales
como proveedores de contenidos, cuenten con una herramienta útil para hacer
frente a los abusos de parte de los IPSs y empresas proveedoras de contenidos
con poder de mercado, sobre todo considerando la naturaleza oligopólica que han
adquirido en nuestro país en los últimos años.
Este tipo de prácticas genera numerosas transgresiones a los
derechos de usuarios y proveedores de contenidos y, en consecuencia, ponen de
manifiesto la necesidad de implementar medidas efectivas por parte de los
Estados, a los fines de dar cumplimiento a su deber de garantizar el goce de
derechos protegidos por el Derecho Internacional de los Derechos Humanos.
La protección de la neutralidad de la red es necesaria en el
contexto convergencia digital. Nos permite limitar la tendencia del mercado
info-comunicacional a la concentración y resguardar el derecho a la información
de la población.
En el momento de poner foco en las plataformas como servicio
info-comunicacional. En el territorio digital es donde se despliegan jugadores
globalizados que escapan a la territorialidad del Estado Nación. El desafío es
cómo evitar que la regulación se delegue a intereses privados. Aunque haya sido
especificado en la normativa, el zero rating es una de las violaciones a la
neutralidad más toleradas.
Durante el 2020 se logro un acuerdo a nivel nacional, entre
la Secretaría de Políticas Universitarias, Enacom, el Ministerio de Educación y
las empresas Telecom-Personal, Movistar-Tuenti y Claro, sobre liberación de
consumo de datos (zero rating) en el acceso a portales y servicios web de las
57 Universidades Nacionales en el marco de la emergencia sanitaria COVID-19. Entre
las nuevas implementaciones, se introdujo un software para que docentes y
estudiantes puedan desarrollar videoconferencia. También, las clases
sincrónicas, juegos, debates, trabajos colaborativos van a estar disponibles
para todas y todos desde celulares sin consumo de datos y computadoras gracias
a la colaboración de ENACOM, ARSAT y las empresas de telecomunicaciones de la
Argentina. Así, se logró alcanzar una infraestructura soberana, con datos
protegidos y una navegación gratuita. (3)
Las prácticas que transgreden el principio de neutralidad
también representan una amenaza para la privacidad y la intimidad de los
usuarios. Esto nos obliga a considerar el vínculo entre neutralidad de la red y
la vigilancia digital. La posibilidad de los ISPs de discriminar el acceso a
los contenidos, favoreciendo a unos y prohibiendo y/o estrangulando a otros,
deja en evidencia que, de esta manera, se puede acceder a todos los datos que
circulan por la red.
Para la salud de la democracia, no es admisible dejar
librado a las empresas proveedoras de conexión a internet las decisiones en
torno al tratamiento de los datos que circulan en ella. Sobre todo,
considerando que la concentración existente en el mercado local con Cable
visión Holding configura un escaso nivel de competencia entre ISPs e incrementa
proporcionalmente su poder en el mercado y su capacidad de condicionar tanto a
proveedores de contenidos, como a usuarios y, más aún, cuando generan sus
propios servicios y contenidos comunicacionales el riesgo es la democracia
representativa.
El peso político-económico del sector info-comunicacional,
condiciona imperativamente cualquier debate en torno a la neutralidad de la
red. En consecuencia, se torna fundamental la intervención de los Estados a la
hora de encarar políticas públicas que actúen en favor de garantizar los derechos
digitales de los ciudadanos, en detrimento de la concentración y centralización
de la propiedad o de los insumos necesarios para prestar el servicio
La información pública debe proveer a los ciudadanos datos
sobre los proveedores de internet, de modo inteligible y transparente respecto
a las prácticas de manejo de tráfico y políticas de uso, respecto a la
coexistencia de servicios de acceso a internet y servicios especializados.
Cuando la capacidad de red se comparte entre servicio de acceso a internet y servicios
específicos, el criterio que se comparte debe ser expresado claramente.
En este sentido, si internet se mantiene como una plataforma
abierta, innovadora y neutral dependerá en gran medida del tipo de regulación
que se acabe aplicando como política pública. La emergencia de la Covid pone de
manifiesto el valor estratégico de contar con una infraestructura de red y su
operación independiente de los objetivos corporativos que han mostrado y
muestran el criterio de mercado con faro de su gestión. La soberanía
tecnológica y los servicios TIC al pueblo necesita filtrar las políticas
comerciales.
Alfredo Moreno es Ingeniero TIC en ARSAT - Profesor de TOC
en Universidad Nacional de Moreno
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