24/12/2022
Internacionales
Trump, el conspirador golpista, preocupado ahora por no ir preso
El comité especial de la Cámara de Representantes que investigó durante 18 meses sobre el violento ataque de grupos ultraderechistas y racistas al Capitolio en Washington, el 6 de enero de 2021, subrayó el papel del entonces presidente Donald Trump, al que acusó de formar parte de una conspiración múltiple para revertir el resultado electoral.

Mirko C. Trudeau
Publicado el 24 de Diciembre de 2022

El comité especial de la Cámara de
Representantes que investigó durante 18 meses sobre el violento ataque de
grupos ultraderechistas y racistas al Capitolio en Washington, el 6 de enero de
2021, subrayó el papel del entonces presidente Donald Trump, al que acusó de
formar parte de una conspiración múltiple para revertir los resultados de los
comicios y brindó asistencia a la ‘‘insurrección’’.
La comisión considera que Trump
obstruyó un procedimiento oficial e incitó a una insurrección, además de
conspirar para engañar al Gobierno federal y para hacer una declaración falsa.
Si bien las recomendaciones del Comité no tienen peso legal ni obligan al
Departamento de Justicia a tomar ninguna medida, lo que sí hacen es enviar una
clara señal de que el Comité del Congreso está convencido de que el
expresidente ha delinquido.
Muy alterado, Trump ha llamado “malvados,
siniestros y antipatrióticos” a los miembros del comité de
investigación en numerosas ocasiones y se ha quejado de que los
procedimientos del “tribunal partidista” del comité “no han permitido el debido
proceso, ni el contrainterrogatorio ni la presencia o entrevista de ningún
miembro republicano real de los testigos”.
En octubre pasado, la Justicia sentenció a
cuatro meses de cárcel y 6.500 dólares de multa por desacato a Steve Bannon,
quien fuera asesor ideológico del expresidente, por obstruir la
investigación de la comisión parlamentaria.
El comité no tiene potestad para imputar ni
poder de decisión en la investigación del Departamento de Justicia. La decisión
final sobre si presentar cargos recae sobre el fiscal general, Merrick Garland,
encargado de anunciar la designación de un fiscal especial para investigar a
Trump sobre su implicación en el asalto al Capitolio y los documentos
clasificados que fueron hallados en su residencia de Mar-a-Lago (Florida).
El comité –compuesto por siete demócratas y
dos republicanos– dedicado a investigar el intento de un golpe de Estado para
revertir la elección presidencial- recomendó que el Departamento de Justicia
formule cargos criminales contra el expresidente Donald Trump y sus cómplices,
para impedir que una perturbación de esa magnitud se pueda presentar de nuevo
en el sistema institucional estadounidense.
El fallo afirma que Trump participó en una
conspiración multiparte para revertir los resultados de la elección
presidencial de 2020 y lo acusó de violar cuatro leyes criminales, incluyendo
brindar asistencia a una insurrección. Es la primera vez en la historia
estadunidense en que el Congreso recomienda la formulación de cargos criminales
contar un expresidente.
Además de la recomendación de acusar
penalmente al presidente por fomentar una insurrección, el comité también
recomendó cargos por obstruir un procedimiento oficial del Congreso (el proceso
de certificación del resultado electoral), por conspiración para defraudar a
EEUU con sus repetidas afirmaciones falsas sobre la elección, y también por
conspiración al hacer declaraciones falsas en su intento de anular los
resultados del colegio electoral.
El comité también recomendó cargos
criminales contra cinco aliados de Trump, incluido su entonces jefe de gabinete
Mark Meadows y su abogado personal Rudolph Giuliani.
Ultraderecha
Hay que resaltar que el acusado central es
el principal referente para una diversidad de grupos racistas, supremacistas,
armamentistas, ultraderechistas y simplemente paranoicos que desde hace décadas
han acentuado su radicalismo e incrementado su presencia social, así como su
peso en el escenario político estadounidense, copando buena parte de las
estructuras y liderazgos del Partido Republicano.
La perspectiva de llevar a juicio a un
expresidente, sin precedente en la historia de Estados Unidos, coloca una
enorme presión sobre los eventuales fiscales y jueces, y sobre la
institucionalidad en su conjunto. Si Trump fue capaz de intentar un golpe el 6
de enero de 2021 para permanecer en la Casa Blanca, los analistas se preguntan
lo que haría para zafar del banquillo de los acusados o para no pisar la
cárcel.
Los analistas se preocupan más allá del
hecho concreto, porque una eventual desestabilización de Estados Unidos
conllevaría turbulencias sociales, económicas y financieras no solo en el país,
sino en el resto del mundo.
Irresponsable
Entre los hechos divulgados por los
congresistas, destaca que el ataque al Capitolio, que dejó un saldo de cinco
personas muertas y más de 140 policías heridos, mientras el entonces mandatario
se sentó en un comedor de la Casa Blanca para observar los sucesos por
televisión, demostrando su tremenda irresponsabilidad.
La copresidenta del comité, la diputada Liz
Cheney (hija del ex vicepresidente Dick Cheney), declaró que todo presidente
estadunidense en la historia ha defendido y respetado el traslado ordenado del
poder ejecutivo con la excepción de uno. Por lo que hizo, Trump deberá ser
considerado incompetente para cualquier puesto electoral. Si hemos de
sobrevivir como nación de leyes y democracia, esto nunca más puede volver a
suceder, afirmó el copresidente del comité, el demócrata Bennie Thompson.
El panel especial realizó más de mil
entrevistas con testigos, recaudó más de un millón de documentos y llevó a cabo
10 audiencias públicas, trasmitidas en vivo, ofreciendo videos, imágenes y
testigos que trasmitieron a un vasto público el drama de un país cuya
democracia estaba literalmente bajo asalto.
El esclarecimiento de lo ocurrido el 6 de
enero se lleva a cabo en distintas instancias. En una de éstas, un jurado
declaró culpables de sedición a integrantes de las turbas ultraderechistas que
irrumpieron armados en el Capitolio; mientras la justicia investiga las
maniobras de Trump para trastocar su derrota electoral en victoria y para
hacerla pasar como producto de un fraude.
Además hay una pesquisa en curso por la
sustracción ilegal de documentos clasificados de la Casa Blanca y por añadidura
la empresa inmobiliaria de Trump fue declarada culpable de defraudar al fisco a
lo largo de tres lustros.
El comité ha determinado que Trump debería
de rendir cuentas ante las autoridades legales por actos criminales. El
Departamento de Justicia ya nombró en noviembre a un fiscal especial –Jack
Smith– para investigar a Trump en torno a lo ocurrido el 6 de enero, así como
en el manejo indebido de documentos oficiales secretos, algunos sobre seguridad
nacional, después de su salida de la Casa Blanca.
Pocas esperanzas
El comité selecto será disuelto el 3 enero,
cuando se inaugura la nueva sesión legislativa en la que los republicanos serán
mayoría en la cámara baja, y con ello se espera que harán todo lo posible para
anular los avances de esta investigación. El presidente entrante de la cámara
baja, el republicano Kevin McCarthy, es uno de cuatro legisladores republicanos
que este comité envió al Comité de Ética por no cumplir con órdenes del panel
para presentar documentos y testimonio.
Hasta ahora, el exmandatario tiene un largo
historial de evadir responsabilidad por actos ilegales tanto en sus negocios
como en su comportamiento personal. La respuesta no gira sólo en el ámbito
legal, sino en gran medida es asunto político. Aunque es un poco temprano para
evaluar las consecuencias políticas, algunos consideran que la derrota de
varios de los candidatos que Trump respaldó en las elecciones legislativas de
noviembre muestran el daño político que podría haber resultado en parte del
trabajo de este comité.
Pero Trump sigue como la figura más
poderosa dentro del Partido Republicano y cuenta con enorme respaldo de sus
bases.
Mirko C. Trudeau es analista del
Observatorio de Estudios Macroeconómicos de Nueva York
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