5/3/2022
Internacionales
Ucrania, la batalla cercana
"Quizás la decisión del presidente ruso Vladimir Putin, de invadir Ucrania, sea absolutamente desacertada, aunque hay que reconocer también, que es la única opción que los Estados Unidos y la OTAN le han dejado." Destaca el especialista Guadi Calvo.

Guadi Calvo
Publicado el 5 de Marzo de 2022

La alianza atlantista desde el jueves 24 de febrero, sin
duda festeja cada misil lanzado por el ejército ruso como propio y cuantas más
víctimas produzca mucho mejor. Sabiendo que cuanta más destrucción se pueda
constatar, más razón estarán dando a sus advertencias sobre las “aberrantes”
intenciones del Kremlin. Que está demorando la toma de Kiev, solo para evitar
en lo posible la muerte de civiles y regalarles esa portada a los medios pro
estadounidenses, prueba de ello es que una columna de blindados rusos de más de
sesenta kilómetros, desde hace tres días se encuentra detenida a las puertas de
la capital. La reciente toma de Kherson, la segunda ciudad del país y el cerco
sobre la capital, indican que las tropas rusas están iniciando la fase final de
la operación, que de ninguna manera habrá que entender como el final de la
guerra, sino como la entrada a otro estadio, en el que los miles de mercenarios
con que Washington piensa continuar sus acciones contra Moscú, entrarán en
acción de manera desembozada, por lo que preparémonos para asaltos a puestos
militares, atentados y esa extensa parafernalia de acciones que la CIA, tan
bien sabe jugar en las guerras híbridas, por caso en Siria o Irak.
No sabemos si junto a Biden, como pasó con Carter, hubo
junto a él un Zbigniew Brzezinski, que saltó de su asiento festejando la
invasión del Ejército Rojo a Afganistán, pero sin duda todos sus ministros y
consejeros tienen el mismo deseo: que Ucrania se convierta en el Afganistán de
Vladimir Putin. Y eso el presidente ruso, lo sabe mejor que nadie, por lo que
tampoco hay duda que lo va a evitar por todos los medios, sabiendo que no solo
se está jugando su destino político e incluso su vida, sino los destinos de
Rusia, que incluye la posibilidad de su existencia, ya que, si esto deriva en
un proceso similar al de Afganistán, esta vez occidente no va a detenerse hasta
trozar a la Federación de Rusia en decenas de pequeños estados, muchos con
potencial nuclear, que derivaran en guerras territoriales, corriendo el riesgo
de tener una guerra a la yugoslava extra large, que se extenderán por décadas.
Según algunas fuentes la inteligencia rusa habría errado en
el análisis acerca de cómo iba a reaccionar la población ucraniana,
considerando que se generaría un movimiento local que derrocaría al presidente
Volodímir Zelenski, a quien los medios internacionales han convertido en un
advenedizo héroe, quien además sin ninguna posibilidad de error, en octubre
próximo, de no suceder algo inimaginable, será canonizado con el Premio Nobel de
la Paz, con la misma coherencia de la academia sueca al hacerlo con genocidas
cómo Barack Obama, la birmana Aung San Suu Kyi o el etíope Abiy Ahmed.
Zelenski el nuevo niño mimado del Imperio, fue ungido como
tal, tras la conferencia de Seguridad de Múnich en febrero pasado, en la que
ofreció a su país, junto a sus 44 millones de habitantes como carne de cañón
para los sueños atlantistas contra Rusia. De todos modos, cada noche Ucrania
duerme a las puertas de la Unión Europea y la OTAN, sin cobijo y a la intemperie.
Lo que pasado una semana del inicio de las acciones parece haber descubierto,
por lo que ahora, fiel a su estilo mendiga de manera desesperada una entrevista
personal con el presidente ruso, cómo “única forma de detener la guerra”.
Mientras las operaciones impulsadas por Washington, para
aislar a Rusia, pareciera no estar teniendo efecto. A las sanciones económicas
y comerciales de todo tipo, que está recibiendo, hay que agregarle las
sanciones a nivel casi pueril, pero que sí sirven para generar sensación de
aislamiento en el pueblo ruso, como la expulsión de equipos y deportistas, que
le impedirían participar de eventos de la magnitud como el Mundial de Fútbol
que comenzará en Qatar el próximo noviembre o la defensa que tendrían que hacer
el equipo ruso de la Copa Davis, que ganó el año pasado, entre infinidad de
medidas nimias, de las que sus perpetradores tendrán que dar cuenta
oportunamente.
Rusia además de esas operaciones está soportando, una
campaña mediática en su contra jamás vista en la historia, en las que las fac
news, fotografías y videos de hechos de otras guerras, que se publican y
viralizan como sucedidas en Ucrania, incluso algunas de ella son imágenes del
genocidio que Ucrania viene practicando contra las repúblicas de Donetsk y Lugansk,
sin que a los responsables de esas falsedades se les mueva un músculo de la
cara. Mientras que Zelenski, quien ha salido a recoger la lastima y limosnas
del mundo y está dispuesto a llevar a su pueblo al holocausto, con tal de
quedar en la historia, llama a mercenarios y neonazis de todo el mundo a luchar
por su causa por lo que ya ha anunciado Moscú que estos agentes no serán
considerado prisionero de guerra.
Mientras que la prensa internacional nada dice del cierre de
la prensa opositora en su país, como los canales de televisión: 112 Ukraina,
ZIK, News One", y el portal Strana Ua. Dejando a los medios adscriptos a
Zelenski la libre difusión acerca de las “atrocidades” cometidas contra la
población civil, la resistencia victoriosa, las bajas rusas que ya serían cerca
de veinte mil, mientras que los soldados ucranianos parecerían ser inmune a las
armas enemigas. Más allá de la desinformación, por patética que fuera, lo que
sucede en Ucrania no es para tomarlo en gracias, entendiendo que tanto Rusia, como
los Estados Unidos y sus socios, se están jugando allí su destino, dibujando
una nueva reconfiguración mundial, de la que nadie saldrá indemne, por lejos
que se encuentre de la batalla.
La maldición de Noé
No vamos a descubrir en estas páginas la trágica agonía de
los pueblos negros, que padecen desde tiempos bíblicos. Teniendo como punta de
partida la maldición que Noé, lanzó sobre su hijo Canaán (en hebreo quemado o
negro) por toda la eternidad a él y sus descendientes: “Siervo de siervos será
a sus hermanos” (Génesis, 9, 25), la sentencia se ha cumplido hasta hoy contra
los negros de todo el mundo. Lo que por estos días se está verificando en los
puestos fronterizo entre Polonia y Ucrania, naciones particularmente temerosas
de Dios, donde se sigue castigando a los centenares de refugiados africanos que
vivía en Ucrania, postergándolos, en el mejor de los casos, para completar los
trámites migratorios, de los que los ucranianos, estimamos blancos, pueden
sortear sin ningún requisito.
Se ha conocido que a muchos ciudadanos negros se le ha
impedido abordar buses y trenes que partían desde diferentes ciudades de
Ucrania rumbo a las fronteras occidentales. Ciudadanos de Kenia, han denunciado
que han pasado horas esperando ser atendidos por los guardias fronterizos
ucranianos, que daban prioridad a sus connacionales. Tras cruzar la frontera y
llegar a Varsovia, la discriminación no menguó, ya que en un hotel de la ciudad
donde los migrantes ucranianos eran alojados gratis, los africanos fueron
rechazados a pesar de intentar pagar su alojamiento.
También se conoció que el pasado sábado 26, cuando un bus,
se encontraba a punto de cruzar la frontera, el vehículo fue detenido a la
entrada de Polonia y las autoridades de Varsovia indicaron que: “No se aceptan
negros”, `por lo que varios pasajeros han tenido que aperase en mitad del
camino, bajo una rigurosa nevada.
Las denuncias desde el pasado lunes primero han comenzado a
amontonarse en las redacciones de todo el mundo, donde se describe como grupos
nacionalistas polacos, alentados por falsa información que corre en las redes
sobre crímenes que habría cometido africanos y también personas provenientes
del sur de Asia, Medio Oriente y del Caribe, son atacados por estos comandos
neonazis.
Los fascistas vestidos con ropas negras, buscan en las
ciudades y pueblos fronterizos, particularmente en la ciudad de Przemyśl,
migrantes no blancos y con los gritos xenófobos de siempre, sabemos que la
creación literaria no es lo de ellos, proceden a golpear y saquear las pertenecías
de los “invasores” generando trifulcas que ya han provocados la internación de
tres ciudadanos indios. Algo que es frecuente en Polonia donde cientos de
ciudadanos sirios, afganos, iraquíes y kurdos, son permanentemente hostigados
por las autoridades locales.
Dada la situación el Ministerio de Relaciones Exteriores de
Nigeria informó que iniciaría una operativo para repatriar a los más de mil
trescientos compatriotas varados en países vecinos de Ucrania, en tres aviones
fletados con ese fin, medidas similares según la anunciado van a tomar los
gobiernos de Ghana, Sudáfrica y Costa de Marfil. El embajador sudafricano en
Ucrania, había informado que en ese país antes de la acción de Moscú, eran
cerca de 16 mil estudiantes del continente africano que cursaban diferentes
carreras en universidades de ese país, dado los bajos aranceles de las casas de
estudio. Se estima que son cerca de cuatro mil los estudiantes nigerianos
estudiaban en Ucrania, siendo el segundo grupo tras los marroquíes, que
representan llegan a ser ocho mil.
En el puesto fronterizo de Medyka-Shehyni, por donde 350 mil
de más del millón de personas que abandonaron Ucrania desde el pasado jueves
24, es la propia policía ucrania que impide salir del país a las personas
negras. También se conoció que más de una veintena de estudiante jamaiquino
provenientes de la ciudad de Kherson, llegaron en tren a Leópolis, una ciudad
ucraniana a setenta kilómetros de la frontera polaca, han sido obligados a
cubrir el resto del trayecto a pie, ya que les prohibido utilizar buses y
trenes gratuitos hacia Polonia.
Según los informes, que ahora llegan con más fluidez, la
situación de las personas negras, se hace a cada momento más crítica a pesar de
las excusas tanto de Varsovia como de Kiev, que siguen apoyando los berridos
del nuevo nacionalsocialismo.
Guadi
Calvo es escritor y periodista argentino. Analista Internacional
especializado en África, Medio Oriente y Asia Central.
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