Desde hace algún tiempo se viene evidenciando cierta homogeneidad en el discurso y la práctica de quienes ostentan cargos superestructurales, sin distinción de lugar, cargo, ideología ni partido. Esta especie de escuelita es impulsada por organizaciones, a su vez sponsoreadas por empresas internacionales que, con la instalación de eslóganes vacíos logran captar la atención de gran parte de la dirigencia: “trabajar en equipo con los gobiernos”, “pluralismo ideológico”, “oportunidades para desarrollarse”, “amistad cívica”, entre otros.

Si bien en la Argentina reciente, el experimento de Javier Milei marcó una contradicción con esto pues sus formas, modales y discursos no tienen nada que ver con lo propuesto por estas organizaciones, la cuestión es que -aún así- sigue haciendo eco y arrimando propios y no tan extraños en distintos puntos del país. ¿De qué se trata? ¿Quiénes sacan mayor rédito de esto? ¿Cuáles son las firmas que financian las iniciativas? Son algunas de las preguntas que se abordaron en esta entrevista con la periodista entrerriana, Luz Alcain.