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Un Bretton Woods más orgánico, más destructor, más disputado


29 de julio de 2023

"Las organizaciones de Bretton Woods, desde el FMI, Banco Mundial, y las no tanto ONU u OTAN, entre otras, fueron diseñadas para estar y permanecer a su servicio. Ninguna de ellas está exenta de disputas, rivalidades, objetivos, metas diagramadas de poder, etc. Todas ellas están, como veremos, delineadas para servirles, aunque a veces es necesario ocultar las contradicciones, sobre todo del FMI como bombero financiero del mundo, cuando ha sido el mayor incendiario."

Alejandro Marco del Pont

Hay que crear una prisión para los organismos que vigilan la economía mundial

La saga Bretton Woods se desarrolló en una encrucijada única en la historia moderna. Una superpotencia anticolonial en ascenso, Estados Unidos, usó su influencia económica sobre una potencia imperial insolvente, Gran Bretaña, para establecer los términos por los cuales esta última cedería su dominio sobre las reglas y normas del comercio exterior y las finanzas mundiales. Pero debe quedar claro que Estados Unidos no es la heredera de la supremacía británica, sino la que cambió el juego para su beneficio. No es como se decía del Ford T, un carro sin caballos, no es un carro, es un auto, una innovación, un nuevo diseño en el manejo mundial, para bien o para mal.

El último grito de la moda de un poder emergente que amenaza con desplazar a un gran poder existente, la tan mentada trampa de Tucídides, la probabilidad de guerra en tales confrontaciones está dada por el ascenso de China en el siglo XXI, un aspirante a superpotencia colonial. Y que está utilizando su influencia económica sobre una superpotencia existente, los Estados Unidos, para fijar los términos en que ésta cederá su dominio sobre las reglas y normas del comercio exterior y las finanzas mundiales. Esta posta, tan diferente como el diseño de un carro sin caballos, ya comenzó y sólo se está intentando, de manera denodada, aplazarla, aunque con un final establecido.

Dentro de esta lógica, todas las armas serán ejercidas por el Estados Unidos para mantener, preservar, y prolongar su dominio. Las organizaciones de Bretton Woods, desde el FMI, Banco Mundial, y las no tanto ONU u OTAN, entre otras, fueron diseñadas para estar y permanecer a su servicio. Ninguna de ellas está exenta de disputas, rivalidades, objetivos, metas diagramadas de poder, etc. Todas ellas están, como veremos, delineadas para servirles, aunque a veces es necesario ocultar las contradicciones, sobre todo del FMI como bombero financiero del mundo, cuando ha sido el mayor incendiario.

Las políticas básicas del FMI y su diseño llevan agua para su molino, y han mostrado que pocas veces en la historia se ha visto un recaudador tan eficaz para cobrar las deudas, garantizar intereses o renegociar lo innegociable, como ellos. Pero no es menos cierto que partes de las élites de cada país o sus administradores gobernantes han utilizado al FMI como chivo expiatorio, como responsable de las políticas económicas que de todas maneras y sin ese organismo se hubieran implementado. El agrado de otorgarle el poder de vigilancia o asistencia técnica, descripto como un sistema formal de revisión y supervisión de las políticas macroeconómicas, como si quienes estudiaron en la casa matriz no lo supieran hacer. Es sólo la muestra de la necesidad de apoyo político y cualquiera de los organismos de Bretton Woods es una buena carta de presentación, nunca el FMI obligó a perpetuar la Ley de Entidades Financieras de la dictadura argentina y, sin embargo, ahí está y nadie la tocó.

Es verdad que no es fácil negociar con esta gente, como veremos, a pesar de la apariencia de la anatomía burocrática, de su democracia interna como un grupo monolítico, desde la dirección política del FMI, a cargo de la Junta de Gobernadores, el Directorio Ejecutivo o el Director General. El cuadro que sigue deja ver el prontuario de los directores ejecutivos o la Gerencia del FMI, ninguno resultó seminarista y mucho menos admirador de las carmelitas descalzas. Más bien han sido estafadores de guante blanco, corruptos ministros o inocentes damas acechados por bufetes de Wall Street, contratados por ser allegados al Departamento de Estado, para obscuros propósitos. Aunque si quieren algo de ellos, la central está en el Departamento del Tesoro.   

Directores ejecutivos del FMI por país y situación procesal desde el 2000 a la actualidad

 

¿Estos señores son quienes toman las decisiones en el organismo? La verdad es que no, la trampa de los órganos creados en Bretton Woods tiene que ver con su forma de gobierno, y la obstinada presentación de una administración cuya toma de decisiones es ampliamente democrática. A diferencia de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en cuyo seno cada país tiene un voto, el número de votos y la toma de decisiones en el FMI reflejan la posición económica relativa de los países miembros.

El párrafo anterior, en buen romance, o dicho con claridad y de manera que sea comprensible para todos, debe entenderse como quien más tiene más puede. El FMI es el gobierno de los países ricos. Refleja, de manera lo más precisa posible, la geografía del poder mundial. Si uno tuviera que describir la anatomía de la gobernanza del FMI habría que dividirla en tres: una Junta de Gobernadores, donde cada uno de los 190 países se encuentra representado por un miembro, un Directorio Ejecutivo, con 24 miembros, y un Director Gerente y cuatro subdirectores generantes, que conforman lo que el FMI llama la alta gerencia.

Hasta aquí es una simple descripción que se puede encontrar en el propio organismo, ahora la pregunta es, si la Junta de Gobernadores, donde están los 190 países, delega en una Directorio Ejecutivo su poder, cómo se elige a estos 24 miembros que son quienes deciden en realidad. El cuadro siguiente muestra cual es la lógica en toda su dimensión del tan poco democrático funcionamiento del FMI. Cada una de las potencias tiene un asiento con un porcentaje de participación en la votación, una ponderación, un peso específico dependiendo de su aporte monetario al organismo. Después hay países que  tienen más peso dentro del grupo que representan, para tener un voto, España para poder un ejemplo, es quien tiene mayor poder de voto, en un grupo al que representa y consta de siete países (Colombia, Costa Rica, Guatemala, Salvador, Honduras, México y España).

Es decir, los grandes son los que toman las decisiones, porque son quienes tienen un asiento con un porcentaje mayor de los votos. Pongamos ejemplos, el G7, los países más desarrollados tienen casi quórum propio, ocupan el 42% del peso de la votación. Estados Unidos tiene el 16.50% de peso en su voto, cada tema importante necesita el voto de la mayoría, es decir, el 85%, pero como EE.UU. tiene el 16.5%, quiere decir que 100 – 16.5 = 83.5%, o sea, no hay mayoría, ergo, no se trata si EE.UU. no quiere. Por ejemplo la revisión de las cuotas, lo que aporta cada país y el porcentaje de su voto, esta idea se pensó para llevarse a cabo y ser revisada cada cinco años con el objetivo declarado de abordar la distribución de peso mundial. En febrero de 2020 se abandonó oficialmente la 15.ª revisión de cuotas del FMI, después de que EE.UU. no viera la necesidad de un aumento de la cuota que probablemente habría redistribuido los votos a favor de China.

Directores ejecutivos del FMI y poder de voto por país a julio 2023

 

La asignación de cuotas está determinada por una fórmula de distribución específica, basada en términos generales en la posición relativa de un país en la economía global. La fórmula actual consta de cuatro elementos: PIB (50%), apertura (30%), variabilidad económica (15%) y reservas internacionales (5%). Las cuotas están denominadas en Derechos Especiales de Giro (DEG), el activo de reserva internacional del FMI. El valor del DEG se basa en una canasta de cinco monedas: el dólar estadounidense, el euro, el renminbi chino, el yen japonés y la libra esterlina británica.

Alejandro Marco del Pont

Alejandro Marco del Pont es economista, autor de El Tábano Economista 

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