Un intento de magnicidio sin responsables intelectuales para la justicia
29 de junio de 2024
Comenzó el juicio por el atentado contra Cristina Fernández de Kirchner, donde lo que más resuena son las ausencias.
Los únicos llevados al banquillo de los acusados serán los integrantes de la famosa “banda de los copitos”; Fernando Sabag Montiel, Brenda Uriarte y Nicolás Carrizo. Hay más dudas de cómo fue llevada la investigación, que certezas sobre los autores intelectuales del hecho.
Poco se habla de Gerardo Milman, que estaba al tanto de lo que iba a suceder con Cristina horas antes: “Cuando la maten yo voy a estar camino a la costa”. Tampoco sobre sus dos secretarias, quienes primero negaron haber estado con él en el Bar Casa Blanca, hasta que las cámaras de seguridad las desmintieron.
La jueza Capuchetti esperó dos meses y medio para citarlos, con los teléfonos ya vaciados, trabajo que, según una de las dos mujeres que trabajaba con el diputado, fueron limpiados en las oficinas de Patricia Bullrich.
“[Cristina Kirchner] es corrupta. Roba. Hace daño a la sociedad y demás cuestiones que ya son sabidas. Cualquier persona siente lo mismo que yo. Son pensamientos que pueden ser bien vistos por parte de la sociedad” afirmó Sabag Montiel en las primeras declaraciones del juicio.
El odio y las editoriales cargadas de misoginia que la ex presidenta vivió durante sus dos presidencias y después cuando comenzó la persecución del lawfare demuestran que tienen una fuerte influencia para una parte de la sociedad. Sin ir más lejos, dos dÃas después de que el arma no funcionara, tanto ClarÃn como La Nación publicaron en sus portales cuál era el uso debido para accionar una pistola calibre 32 como la utilizada por Montiel.
Está comprobado que la jueza Capuchetti (semanas después del atentado) se reunió con Ricardo Roa, director del Diario ClarÃn. Se desconoce qué se habló en dicha cumbre.
“La relación con [Nicolás] Carrizo fue breve y fugaz. Solo nos relacionamos laboralmente por cuatro o cinco meses. No habÃa un interés polÃtico. Creo que tanto él como su mujer son cobradores de planes sociales”. Nicolás Carrizo es uno de los tres acusados y era integrante de la agrupación de ultra derecha “Revolución Federal”, que se disolvió mágicamente después del intento de magnicidio.
Lo que no se disolvió fueron las facturas que comprobaban que, en la carpinterÃa de Jonathan Morel, el referente de este espacio, habÃan llegado siete millones de pesos de la mano de la empresa “Caputo Hermanos”. Esta firma es manejada por Luis "Toto" Caputo, nuestro actual ministro de economÃa y primo de Nicolás Caputo, “hermano de la vida” de Mauricio Macri.
La justicia tampoco investigó la pista de Hernán Carrol, quien Montiel aseguró de puño y letra, que se encargarÃa de ponerle abogados. Este hombre de extrema derecha, viajó con Gerardo Milman a Perú antes del atentado.
El Secretario de Justicia de la Provincia de Buenos Aires, Martin Mena, aseguró a AM 750 que después de un año de que lo pida la querella, aún Capuchetti “no hizo ni siquiera el oficio para preguntarle a Migraciones”.
Pero sigamos con la audiencia de Sabag Montiel, quien asegura que entregó su celular “en perfectas condiciones, pero después aparece roto con otro teléfono al lado, el cual no corresponde a él. Lo que me llamó la atención es que él dijo que le dio la clave de su celular al defensor oficial” explicó José Manuel Ubeira, colegiado defensor de la expresidenta. A estas alturas es inexplicable cómo, un teléfono que se mete en una bolsa una funda Faraday y se envÃa a una fiscalÃa, aparece vaciado.
“El coronavirus es otro de los fundamentos por el cual cometà un atentado. Es una justicia que muchos hayan sido financiados, el coronavirus es un negocio. Obviamente no me vacuné” aseguró Montiel. Si bien se describe “apolÃtico” y lejos de las ideas de Milei, es innegable que el intento de femicidio – magnicidio contra Cristina Fernández de Kirchner habilitó un nivel de violencia polÃtica, que pone en jaque a la democracia de manera cotidiana y muchas de las ideas que el presidente representa, tomaron mucho más valor después del hecho.
De un juicio donde solo serán acusados los que se capacitaron para manejar el arma, la consiguieron y gatillaron, poco queda aclarada la trama detrás de la acción en sÃ. Porque, como está comprobado, los responsables intelectuales son en la actualidad, miembros del gobierno de Javier Milei.