“Corre el rumor de que en los próximos meses van a querer voltearlo a Milei a través de un juicio político”, alertó Fantino en su stream con cara de tener información de fuentes altamente confiables. “Los mensajes que da Milei en las redes sociales y sus intervenciones como en Davos, dan cuenta de que alguien que no está en sus cabales. Con esta demostración de debilidad, hay dirigentes importantes que empezaron a hablar de un juicio político a Milei para implementar su destitución”, planteó Roberto Navarro en su canal.

El descalabro económico tiene tal magnitud que una destitución del presidente por medios institucionales podría estar en el horizonte de posibilidades. Sin embargo, ¿es esto posible, teniendo en cuenta que Milei tiene casi casi 90 días desde su asunción?

Empecemos por aclarar que es un juicio político y luego vamos a ir colocando esta herramienta en el contexto del momento presente.

¿Qué es un juicio político?

Un juicio político es un mecanismo de control y sanción por parte del poder legislativo de la república sobre autoridades del poder ejecutivo o el poder judicial. Además, es el proceso de destitución de las máximas autoridades del país, tanto en el poder Ejecutivo, como en el judicial.

La Constitución nacional establece que los funcionarios sujetos a este tipo de investigación son el presidente, el vicepresidente, el jefe de gabinete, los ministros del gabinete nacional y los jueces de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Este juicio público está a cargo del Congreso de la Nación.

Según el artículo 60 de la Constitución Nacional, el fallo del juicio político “no tendrá más efecto que destituir al acusado, y aun declararle incapaz de ocupar ningún empleo de honor, de confianza o a sueldo en la Nación”.

¿Cómo es el proceso de juicio político?

Hacer un texto con otras palabras. La Cámara de Diputados es quien ejerce la acusación, con una mayoría de 2 tercios de los presentes, ante el Senado, que con la misma mayoría juzga al acusado por Diputados. Antes de eso, el pedido de juicio político, que puede ser presentado por un funcionario o por un particular, debe ingresar por la Comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados.

En la Comisión se decide qué denuncias son admisibles y cuáles no. Recién cuando se considera admisible la denuncia, esa Comisión inicia un sumario que puede incluir la citación de testigos, la solicitud de información a jueces federales, el pedido a un juez para que ordene interceptar conversaciones telefónicas y la declaración del propio imputado. Concluida la investigación, la Comisión debe emitir un dictamen, con la mitad más uno de los miembros presentes, para que se desestime o se inicie el juicio político en la Cámara de Diputados.

¿Qué posibilidades hay de que la oposición le haga un juicio político de Milei?

En primer lugar, hay que entender que un juicio político tiene un componente subjetivo. Es decir, implica que se debe reunir una mayoría política si se quiere avanzar con el juicio. Se establece si hay mal desempeño a través de los testigos y las pruebas. Sin embargo, no hay juicios políticos sobre presidentes que sean hegemónicos.

Es por eso que la definición de un posible juicio político está asociado al desarrollo del gobierno de Milei. Las movilizaciones constantes contra las iniciativas del Gobierno hacen parecer que la caída en popularidad del oficialismo es inminente. Sin embargo, según las diferentes consultoras, se podría decir que todavía mantiene porcentajes por encima del 40%. Entonces, ¿de qué depende la evaluación de la popularidad del Gobierno de Javier Milei?

Probablemente, quién haya dado más en la tecla con esta cuestión sea el periodista económico Alfredo Zaiat en su columna en el programa de Futurock, Segurola y La Habana. “La clave está en si el Gobierno se queda sin dólares o no”. En estos momentos, a través del Carry Trade, el ministro de Economía Luis Caputo, viene garantizando un negocio en pesos totalmente rentable para los especuladores. La tasa de interés sigue por encima de la evolución del dólar y los “fondos de inversión” siguen apostando al peso porque ven que el ajuste del Gobierno pasa sin tanta resistencia social. Esto implica que “los mercados” tengan confianza en que el dinero que el oficialismo va a dejar de pagar en salud, educación, jubilaciones y asistencia social, va a poder utilizarlo en comprar dólares y canjearle los dólares cuando ellos se cansen de hacer dinero con la timba financiera.

Es por eso que, una rebelión popular o simplemente una mala noticia en el frente económico, podría hacer huir, de un momento para el otro a los fondos buitres y reclamar sus dólares. Si esto sucede, obviamente no hay dólares para todos. Esto haría que el Gobierno se quede sin dólares y que tenga que recurrir al FMI, que habitualmente en estos casos es capaz de bajar el pulgar. ¿Podría ayudar a Javier Milei una elección de Donald Trump? Bueno, en estos casos es difícil saber que podría hacer una nación extranjera.

Por lo pronto, lo que queremos decir con todo esto, es que mientras se calienta la situación en los barrios y los lugares de trabajo, esto puede generar una reacción en cadena que termine en que se le terminen los dólares al Gobierno y de ahí a un juicio político, hay pocos pasos.