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Un museo de grandes novedades


23 de marzo de 2024

El jefe de la CIA, Paolo Rocca, Daniel Funes de Rioja, la Sociedad Rural, la Cámara de Comercio, los Bancos, la embajada de Estados Unidos y cuanto grupo económico se haya apropiado de un pedazo de la riqueza nacional, han alzado la voz esta semana para celebrar los indicadores económicos del reseteo impuesto a la Argentina. Justo en las vísperas de un nuevo 24 de marzo. Una memoria que demanda futuro, compromiso y convicciones.

Fernando Gomez

La nostalgia te atrapa en el pasado, te hace volver la mirada hacia atrás y perder el horizonte. Te atrapa en el dolor que dejan las ausencias, en la melancolía por un tiempo sin porvenir. La memoria no, la memoria es un arma cargada de futuro, te permite volver a pasar hechos y personas por el recuerdo y los sentimientos. La memoria es un motor indispensable en la construcción del destino colectivo.

Los héroes existen, irrumpen en la historia para garantizar la victoria de los humildes, para reparar los sueños rotos. Nuestros héroes son de carne y hueso, viven con la pasión aferrada al corazón, tanto que funden su existencia en el sacrificio de una vida digna de ser pasada una y otra vez por la memoria. Quizás por eso Walsh nos enseñaba que las clases dominantes pretenden que no tengamos historia, héroes ni mártires.

El 24 de marzo está caprichosamente enclavado en el calendario como oportunidad para pasar por la memoria esos héroes en su dimensión real. Sus nombres e historias, pero fundamentalmente sus convicciones, sus certezas ideológicas y las experiencias de organización política colectiva, como logística indispensable de nuestro Pueblo para imponer la liberación nacional como estrategia, la grandeza de la Patria como objetivo y la felicidad de nuestro Pueblo como destino irrenunciable.

Las banderas de verdad y justicia, imponen cada 24 de marzo recordar aquella fatalidad de nuestra historia en que se instauró la noche más oscura, la imposición política de un programa de miseria planificada, ejecutada por los hacedores de sombras y pesadillas que se apropiaron del ejército de San Martín, para establecer un baño de sangre para beneficio exclusivo de las potencias extranjeras y los grupos económicos de adentro y de afuera que se creen dueños de nuestro destino.

El reseteo que sufre la Argentina de hoy, pergeñado por los mismo nombres que ocupaban entonces el poder económico, sus hijos y sus nietos, es un enorme museo de grandes novedades que no se pretende moderno por su imposición tecnológica, pero huele a naftalina con cada iniciativa que apuesta la extranjerización de nuestra economía, la dependencia de nuestras decisiones políticas y la injusticia social como destino inexorable para las mayorías populares.

 

El museo de grandes novedades

Paolo Rocca reúne una multiplicidad de peculiaridades que lo hacen referencia ineludible de la depredación económica de nuestro país. Todos integrantes del mismo conglomerado que ostenta posición monopólica u oligopólica en sectores estratégicos como el acero, los hidrocarburos, el gas, la producción de bienes industriales y la instalación de emprendimientos a gran escala para la explotación extractivista de la Argentina.

Desde esa reunión de intereses apropiados a lo largo de nuestra historia, ostenta un bajo perfil público y un alto semblante privado entre los grupos económicos que operan en el país, que le ha permitido calificar este tiempo como un “reseteo” de la Argentina.

Hace dos días apenas, en Texas, Estados Unidos, se hizo presente para elogiar el paréntesis político impuesto con la falla en el sistema que significa la presidencia de Javier Milei. "Es un presidente particular. Lo han visto en su intervención en Davos. Pero el punto central es que su programa económico suena a lo que la Argentina necesita, como la reducción del déficit fiscal y del gasto público del 40% al 25% y una liberalización del mercado" sostuvo el empresario que controla la secretaría de Trabajo, sectores estratégicos de las áreas de hidrocarburos y la petrolera YPF, entre otros cuadros impuestos al gobierno del que Milei pone momentáneamente la cara.

"Tenemos esperanza en el presidente. Tal vez estemos frente al inicio de un nuevo ciclo para el país" sostuvo Rocca, ante el auditorio de los grupos económicos que tributan a las cadenas de suministro norteamericanas, que esperan ansiosos apropiarse de la enorme reserva estratégica que se encuentra en nuestra Patagonia.

Propulsora Metalúrgica era una empresa del Grupo Techint en marzo de 1976, conducida por Paolo Rocca, quien aún no había consolidado la actual posición dominante, pero que esperaba ansioso que la dictadura militar le pavimentara a sangre y fuego un camino hacia la consolidación hegemónica en la economía.

Predios cedidos a la dictadura, legajo de delegados gremiales entregados al ejército y un entramado de negocios que abultaban sus balances, son el rastro que vincula al propulsor del actual “reseteo” con aquel genocidio que lo encuentra entre las sombras.

Al cierre de esta edición, Javier Milei fue visitado por el poderoso Grupo de los 6: el titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), Daniel Funes de Rioja; de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), Gustavo Weiss; de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, Adelmo Gabbi; de la Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino; la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC), Mario Grinman, y en representación de la Asociación de Bancos Argentinos (Adeba) estuvo el presidente del Banco Macro y River Plate, Jorge Brito. Lo fueron a visitar al presidente a la Casa Rosada, como gesto de apoyo cerrado a la imposición de un programa de miseria planificada que emula al de la dictadura.

“Le dijimos que el G6 apoya el modelo que quieren implementar. Vi a un hombre consciente del esfuerzo que están haciendo todos los argentinos y muy decidido en el camino que quiere tomar”, contó Grinman, quien en 1976 ya integraba en sus jóvenes años la representación patronal de la Federación de la Industria Gráfica Argentina.

 Reunión del G6 con Javier y Karina Milei el año pasado, durante la campaña electoral.

“Estábamos muy interesados en este diálogo con el presidente para que conociera nuestra posición de apoyo a la estabilización macroeconómica” indicó Daniel Funes de Rioja, quien en 1976 representaba ante la OIT a las patronales nucleadas en la UIA; y personalmente fue asesor del Ministerio de Planeamiento durante el gobierno de Videla.

Como broche de una semana de profunda nostalgia con los patrones de la dictadura, la Argentina sufrió la visita del director general de la CIA, la central de inteligencia norteamericana, que junto al Comando Sur de la generala Laura Richardson, están programando para nuestra Patria Grande un destino de subordinación geopolítica a los intereses en declino de los Estados Unidos.

Todos celebraron a los funcionarios de turno su eficacia en la implemetación de una agenda que los llena de plata. Todos lisonjearon al tipo sentado en la presidencia y sus laderos en la ejecución de los mandados. Lo mismo que hacían con los militares que asaltaron el Estado en la dictadura. Décadas después, algunos peregrinaban prisiones y otros seguían haciendo fabulosos negocios con el que se sentara en idéntico lugar. 

 

Los números que celebran

Los grupos económicos que impusieron su planificación económica mientras Javier Milei destila sus limitaciones mentales en redes sociales, celebran el resultado del reseteo económico impuesto, aún sin lograr la sanción de una sóla ley, ni tener conformada la estructura mínima del sector público que consolida un marco regulatorio.

Es decir, con poquísimo de la democracia liberal, aún así, el programa de miseria planificada se encuentra en franca consolidación.

Rodolfo Walsh, apenas un año después de instaurada la dictadura militar, elaboró una carta demoledora. Su último documento, escrito con el dolor aún yirando en las venas de haber perdido a su hjia Vicky seis meses antes, en el que reseñó los crímines que hoy se siguen juzgando como delitos de lesa humanidad. Pero describió con idéntica crudeza los objetivos económicos de los mandantes del genocidio:

"En la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada. (…) En un año han reducido ustedes el salario real de los trabajadores al 40%, disminuido su participación en el ingreso nacional al 30%, elevado de 6 a 18 horas la jornada de labor que necesita un obrero para pagar la canasta familiar, resucitando así formas de trabajo forzado que no persisten ni en los últimos reductos coloniales.”

"Congelando salarios a culatazos mientras los precios suben en las puntas de las bayonetas (…) elevando la desocupación al récord del 9% (…) Los resultados de esa política han sido fulminantes. En este primer año de gobierno el consumo de alimentos ha disminuido el 40%, el de ropa más del 50%, el de medicinas ha desaparecido prácticamente en las capas populares."

"Dictada por el Fondo Monetario Internacional (…) la política económica de esa Junta sólo reconoce como beneficiarios a la vieja oligarquía ganadera, la nueva oligarquía especuladora y un grupo selecto de monopolios internacionales. (…) La rueda loca de la especulación en dólares, letras, valores ajustables, la usura simple que ya calcula el interés por hora, son hechos bien curiosos bajo un gobierno que venía a acabar con el ‘festín de los corruptos’".

Apenas cotejar los números que Walsh escribió y observando el agravamiento de los indicadores actuales en apenas 100 días de paréntesis en la historia ofrendado al salvajismo político y la radicalidad ideológica de las potencias extranjeras y los grupos económicos, corresponde hacerse el mismo interrogante que se hacía Rodolfo: “Frente al conjunto de esos hechos cabe preguntarse quiénes son los apátridas de los comunicados oficiales, dónde están los mercenarios al servicio de intereses foráneos, cuál es la ideología que amenaza al ser nacional.”

El ciclo económico que hoy celebra Paolo Rocca, Funes de Rioja, la Socidad Rural y los empresarios del G6 son una versión remosada de aquel programa miserable encarnado por Martínez de Hoz.

Aquellos doce puntos anunciados un 2 de abril de 1976 por aquel infame Ministro de Economía, siguen constituyendo la columna vertebral del programa económico que las potencias extranjeras precisan para saquear nuestra Soberanía y con ella nuestras riquezas. Aquel que precisan los grupos económicos para provocar  una transferencia brutal de ingresos desde el bolsillo de las trabajadoras y los trabajadores hacia las finanzas de los poderosos. Aquel que sigue precisando la oligarquía local para someter a nuestro pueblo a trabajar para multiplicar sus riquezas y pagarles sueldos  de hambre.

No había forma de implementar un programa económico de miseria sin antes aniquilar la capacidad de resistencia del Movimiento Nacional. El plan genocida de exterminio tenía como principal objetivo destruir la logística de ese Movimiento Nacional, que son sus militantes. Esa militancia capaz de llegar hasta el último barrio, a la última fábrica, de caminar escuelas y universidades para organizar cada día una porción  más grande de pueblo detrás de un destino de soberanía política, independencia económica y justicia Social.

Por eso es indispensable que en éste enclave del calendario, reconstruyamos la radiografía de ese programa económico que hoy mantiene absoluta vigencia. Pero más aún, que reconstruyamos la enorme vocación militante de una generación que no sacrificaba las convicciones ideológicas en el altar del pragmatismo. Una militancia que hacía de la organización y lo colectivo, el sentido épico de su existencia. Una militancia que pensaba la política como un desafío constante de sentir el dolor ajeno como propio.

Es un tiempo de resignificación de lo que somos como Movimiento Nacional. De reconstruir programas esenciales que pongan los anhelos de nuestros Pueblo, sus sueños y esperanzas, muy por encima de las expectativas de una clase dirigente, que es responsable de desnaturalizar el movimiento político llamado a representar la agenda de urgencias de los más humildes en la Argentina.

Nuestro pueblo, esa brasa ardiente de memoria y dignidad, sigue encendiendo el fuego que aparece en el horizonte de nuestros sueños. Porque si hay algo que nos enseñó la historia, es que la noche no es eterna, tan solo oscura.

Fernando Gomez

Fernando Gómez es editor de InfoNativa. Vicepresidente de la Federación de Diarios y Comunicadores de la República Argentina (FADICCRA). Ex Director de la Revista Oveja Negra. Militante peronista. Abogado.

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