infoNativa

Vivir con permiso


20 de abril de 2024

Javier Milei transita sus días fascinado por los atributos y la vidriera que le ofrece un cargo cuyas funciones no ejerce. Un gobierno en manos de una banda de empresarios que odian el país en que nacieron o hacen negocios, y desprecian al pueblo que lo habita. Las postales del Foro de Llao Llao y la crisis absoluta de la representación política como postales locales de un orden global que se desarma en nuestras narices.

Fernando Gomez

El avión presidencial aterrizó en el aeropuerto de Bariloche. Javier Milei bajó en medio de una pista repleta de aviones privados. Desde allí, abordó un helicóptero para aterrizar en el helipuerto del lujoso Hotel Llao Llao, donde lo aguardaba la suite presidencial del exclusivo golf resort rodeado de un paisaje único de nuestra tierra.

Allí lo esperaba Eduardo Elsztain, dueño de la mayor extensión de tierras de la Argentina, de una corporación de alcance transnacional, de la mayor fortuna entre los que pisan este suelo, del propio Hotel Llao Llao y del mismísimo presidente Javier Milei, a quien mantuvo alojado en otro de sus hoteles mientras era electo y asumía los atributos de mandatario que goza con su permiso.

Eduardo Elsztain, aquel muchacho de 29 años que no había logrado culminar sus estudios universitarios y llegó a encontrarse mano a mano con George Soros, gracias a su habilidad de edificar relaciones en la comunidad judía local, comenzó de la mano del magnate norteamericano su raid de negocios en el país.

Con la privatización del Banco Hipotecario como estandarte, Elsztain es la expresión más cabal del empresariado especulativo nacional, que opera como una sanguijuela de la riqueza Nacional y se vive de amasar fortunas y provocar quebrantos en el Estado.

Ya separado sus negocios de Soros, en el año 2005, llegó a la tesorería del Consejo Judío Mundial y su abanico de influencia global se extendió a niveles inimaginables. Elsztain hace transitar su riqueza y desprende migajas para alimento de toda representación política más allá de toda pretendida grieta ideológica. Hay dirigentes de todas las fuerzas políticas en la nómina de sus empleados.

Vivir con el permiso de Eduardo Elsztain, asegura poder político en un sistema de representación institucional diseñado para administrar una colonia. Jamás estuvo tan claro el asunto, como con este extravagante experimento llamado Javier Milei, el bufón que presentó su número al cierre de esta edición en el Foro de Llao Llao.

Desde hace una década, Eduardo Elszstain fundó un Foro con sus socios del enclave de negocios “Endeavor Argentina”, Federico Braun (La Anónima), Marcos Galperín (Mercado Libre), Martín Migoya (Globant), Karina Román (Román), entre otros. Desde el año 2016, el Foro se llama formalmente Llao Llao y tiene lugar en el lujoso hotel al que arriban entre 70 y 100 empresarios, para moldear la dependencia económica y la subordinación política de la Argentina a los intereses geopolíticos de Estados Unidos.

Durante el 2023 se arrimaron candidatos de todas las fuerzas política a rendir cuentas. En aquel entonces, la suite presidencial quedó en manos de Horacio Rodríguez Larreta, lo que evidencia la agudeza de análisis de los encumbrados empresarios. El fracaso en la perspectiva, lo atemperaron con tener representantes en todas las fuerzas con aptitud electoral, e incluso, el autoproclamado “cisne negro” de Javier Milei, por si rengueaba el debilitado sistema de una democracia que sólo atiende sus necesidades de rentabilidad.

Para este año, además de las extravagancias silenciosas propias de un sector social que cultiva el perfil bajo para que nadie edifique el lógico hartazgo que provoca su escandalosa riqueza, escogieron a Andrés Malamud para que les fabrique un placebo ideológico, hicieron un concurso de Gin Tonic y se pretendieron empapar de “cultura joven” con una charla de Federico Lauría, el tipo que hace negocios millonarios atrás de Bizarrap y la movida del trap.

Los empresarios escucharon a distintos expositores: funcionarios del Banco Mundial (Marcello Estevao), un ex analista de la CIA de origen cubano (Martín Gurri) y exhibieron poder logrando la concurrencia de los presidentes de Uruguay, Luis Lacalle Pou y de Paraguay, Santiago Peña, mostrando la ostentación de poder que concentran en clave de Sudamérica, como plataforma de comercio exterior para alimentar las guerras futuras de occidente.

En un contexto global en el que Estados Unidos ha perdido tanta autoridad que no logra condicionar ni siquiera a Israel, que ataca a cinco países en una semana y pretende presentarse como víctima de los acontecimientos internacionales, relato que cada vez encuentra menos receptores para que se lo crean. Contexto en el que la Otan, con participación plena de Estados Unidos y Europa, está siendo derrotada con el sacrificio de Ucrania; y China estropea en la guerra comercial a los intereses norteamericanos, lo cierto es que el abrazo al bando derrotado que exhibe la oligarquía nativa y reproduce el títere presidencial, sólo puede ofrecer un horizonte de peligros y miserias.

 

El bufón y la tierra prometida

“Este Gobierno realizó el ajuste fiscal más grande de la humanidad” dijo Javier Milei en su discurso ante los empresarios. Luego de repasar números que no atienden ninguna lógica, de explicar una realidad que sólo habita en su afiebrada mente y deslizar estupideces para divertimento de los magnates reunidos, dejó algunas frases que marcan los fundamentos de la “tierra prometida” a los patrones de su presidencia.

Se jactó de la derogación de la ley de abastecimiento, sostuvo que: “El que fuga capitales es un héroe, logró escaparse de las garras del Estado” promoviendo una catarata de ilícitos que conmoverían a cualquier aparente democracia. Señaló que solo va a dedicarse a realizar un ajuste monumental, a desmantelar el Estado, a destrozar los sistemas legales y dejarle el país en las manos de los empresarios: “Estamos generando las condiciones para que Argentina vuelva a crecer, del resto se van a encargar ustedes” y agregó: “Los que tienen el poder de sacar a la Argentina adelante, cambiando el futuro y creando riqueza son los empresarios, los emprendedores, no un político”.

Sostuvo que el ajuste del 15% del PBI que está realizando, es para sacarle el dinero al Estado Nacional y entregárselo a los empresarios: “El 15% del PBI que antes se lo llevaba el Estado en déficit fiscal para actividades parasitarias, vuelve al privado para inversiones productivas”. Les ofreció baja de impuestos y libertad absoluta para quedarse con posiciones monopólicas en los mercados nacionales.

Javier Milei les ofreció la tierra prometida a los empresarios reunidos en el Foro Llao Llao, que sueñan con sacrificar los intereses nacionales en el altar de una rentabilidad sin límites por pura radicalidad ideológica. También desnudó debilidades. La mental, la política y la institucional.

Javier Milei exhibió todo lo que precisa la oligarquía que saquea la Argentina, un personaje sin reparos ideológicos que se despreocupe de acumular poder con la gestión efectiva de su presidencia, que viva con limitaciones en la comprensión de los acontecimientos para no darse cuenta que las decisiones del Poder Ejecutivo no las asume ni él, ni su hermana, ni el zonzo de Adorni.

En definitiva, un personaje que viva con su permiso y asuma todos los costos políticos, sociales y económicos producidos por la ejecución de un programa diseñado para satisfacer sus intereses. Javier Milei es el golem que construyeron para ocultarse detrás.

El boludo que absorba los costos de la crisis, catalice el hartazgo social y sea lo suficientemente extravagante, para que se pueda identificar en razones estéticas los motivos de su decadencia, y sean pocos los que señalen el programa económico impuesto, como razón única de las consecuencias dramáticas de la tragedia social a la que están empujando a nuestro pueblo.

 

La miseria y los miserables

Cuando el Foro de Llao Llao culmine, los empresarios volverán a sus mansiones en aviones privados, helicópteros y embarcaciones. No hay imagen más obscena y explícita que represente el significado de la palabra “casta” como ese círculo de psicópatas sociales que han moldeado un sistema político en el que solo ellos ganen.

En su check out del Hotel Llao Llao, el país estará un poco peor que al momento del Check In.

En la Argentina, el 99% de los que la habitan, tiene menos plata en el bolsillo que hace cinco meses atrás. A todos ellos se le encareció el costo de vida de una manera inexplicable. A la enorme mayoría no le alcanza la guita para poder alimentarse y darle de comer a su familia.

Nadie tiene una razón valedera para justificar las atrocidades políticas, sociales y económicas que se ejecutan bajo el experimento presidencial de Milei. Y aun así, no hay representación política genuina de esa enorme mayoría que, si justifica aún a Milei, es como única consecuencia de una tormenta perfecta que combina ocaso intelectual en la modernidad occidental, con una profunda crisis de representación política que se autoinfligió el Movimiento Nacional, llamado a representar los genuinos intereses políticos de las mayorías populares.

Postales de esa crisis son las internas palaciegas de dirigentes que viven pensando en sus propias candidaturas y empiezan a ser víctimas de la desertificación ideológica que ellos mismos cimentaron durante la última década. Personajes que canibalizan sus propias referencias políticas para justificar el pasatiempo rentado en que transformaron su idea de militancia.

Senadores que echan nafta al hartazgo social aumentándose las dietas y tratando de señalarse entre ellos para ver quién es más responsable de la desvergüenza que protagonizaron. Que señalan a los tarados que gobiernan por sus aumentos de sueldo, como quien busca cómplices, en lugar de forjar una ética política con sus acciones. Que exhiben su lejanía con la realidad social de la mayoría de nuestra gente, cuando aducen no poder vivir con sueldos que solo percibe el 1% de la pirámide salarial de la Argentina.

Una clase política que finge vivir en Narnia, esa tierra de fantasía de los cuentos infantiles. Pero los dueños de Narnia son los que se reúnen en Llao Llao. La clase política, que apenas se mira en el espejo, sueña con que se le abra la puerta mágica que lo lleve a un lugar distinto a la brutal crisis que se avecina.

En el horizonte de la miseria planificada, sólo hay miseria. Y lucha. Y en esa lucha, la dignidad que se ofrece como forja en la que se aprietan los alambres de un futuro que exige militancia, convicciones y el diseño de un programa político que le permita a nuestro pueblo encontrar futuro donde sólo habita la angustia.

Fernando Gomez

Fernando Gómez es editor de InfoNativa. Vicepresidente de la Federación de Diarios y Comunicadores de la República Argentina (FADICCRA). Ex Director de la Revista Oveja Negra. Militante peronista. Abogado.

Compartir esta nota en